Renovar el amor

Hashem es un Padre que nos ama, que sólo quiere darnos lo mejor y colmarnos de beneficios y de ayuda. Y hay quienes preguntan: ¿Esto es sólo cuando somos buenos hijos y nos portamos bien?

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.10.24

Renovar el amor

La semana pasada escribimos que el punto principal de la teshuvá (arrepentimiento y retorno a Hashem) es saber que Hashem es un Padre que nos ama, que sólo quiere darnos lo mejor y colmarnos de beneficios y de ayuda. Y hay quienes preguntan: ¿Esto es sólo cuando somos buenos hijos que dan alegría a su padre, o también cuando nos portamos mal?

El Netivot Shalom usa exactamente el ejemplo que trajimos aquí para probar que cuanto más bajo es el estado espiritual del hijo, más se revela el amor del Padre en el Cielo. Y así, podemos ver más y más la tremenda misericordia, el deseo de ayudarnos y salvarnos y sacarnos de nuestro lamentable estado y proporcionarnos da’at (conciencia espiritual) y ayuda y todo lo que necesitamos para rehabilitarnos y llevarnos de vuelta a la buena senda.

La etapa principal para hacer teshuva empieza por saber que eres un hijo amado. Y si esto es cierto para cada uno, cuánto más lo es para alguien que ha pecado y caído y se ha distanciado, y alguien que tiene dificultades y factores inhibidores y malas inclinaciones.

Traer sobre nosotros la salvación

La yeshúa (salvación) es, por supuesto, no sólo una salvación material, sino también y principalmente una salvación espiritual, que es la verdadera salvación, tal como: emuná completa, teshuvá, kedushá (santidad), rectificación de los actos, rectificación de las midot (rasgos), éxito en el estudio de la Torá y en la plegaria y en el servicio a Hashem, así como shmirat habrit.

Es por eso que la esencia de la teshuva del pueblo judío y la asombrosa revelación de los Trece Atributos de la Misericordia fueron revelados precisamente después del Pecado del Becerro de Oro, después de que los judíos cayeron de su elevado nivel. El ietzer hará aprovechó la oportunidad para mostrarles que estaban muy alejados de Hashem y que no tenían esperanza, y por eso se lamentaban tanto.

Pero Moshe Rabbeinu sabía que no existe tal cosa como que Hashem esté disgustado con el Pueblo Judío, y tenía perfecta fe en que ellos seguían siendo Sus hijos amados, así que no no cedió hasta que el amor y la misericordia de Hashem se revelaron completamente, causando una salvación para todas las generaciones. Por eso se nos prometió que “Siempre que Israel peque delante de mí, deberán realizar este servicio ante mí, y yo los perdonaré”.

La preparación para el día santo

Este es un mensaje infinitamente valioso, claro y nítido para todo judío: Todo absolutamentetodo- depende de saber que Hashem te ama. Los tzadikim se esforzaron mucho para revelar la misericordia de Hashem y Su inmenso amor, todo para nuestro beneficio – para que lo sepamos bien y no olvidemos ni un momento esta gran verdad: que siempre, y en toda situación, somos los hijos amados de Hashem.

Cada persona que crea con fe completa y simple que Hashem es un Padre cariñoso y siempre la ama, y siempre hace sólo el bien y más bien – nada en el mundo logrará confundila. De cada caída se levantará fortalecida.

Ese es el acercamiento al sagrado e imponente Iom Kipur. No nos acercamos a Hashem vacilantes y temerosos, temiendo que esté enojado con nosotros. Es exactamente lo contrario: Nos acercamos a Hashem con alegría e inmensamente agradecidos, sabiendo claramente que Él nos dio este día sagrado precisamente porque nos ama y quiere perdonarnos y darnos la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva y empezar de nuevo. Y Él quiere concedernos jojmá, bina, y da’at (sabiduría, entendimiento y comprensión) – enseñándonos cómo cambiar y mejorar verdaderamente nosotros mismos y nuestras acciones, y cómo evitar malas acciones de ahora en adelante.

El arrepentimiento por las malas acciones que hicimos viene precisamente de saber que Hashem nos ama,

Hay algunas consideraciones prácticas, tanto para el Iom Kipur que se aproxima -que sea bueno- como para todo el año:

Cada vez que te acerques a Hashem -antes de rezar, antes del vidui (confesión) en Iom Kipur, al comienzo de tu hitbodedut diario, cada vez que reces o digas Tehilim o visites las tumbas de los tzadikim- siempre, siempre, siempre comienza repitiendo que sabes que Hashem te ama. Siempre recuérdate a ti mismo y piensa que Hashem te ama y hace las cosas por tu bien y lo único que Él quiere es hacer más y más cosas buenas para ti.

Esa es la primera teshuva que tenemos que hacer en Yom Kipur: ¡pedir perdón por no creer lo suficiente en que Tú nos amas! Ayúdanos a creer en eso, a saberlo y a vivirlo plenamente.

Ese es el punto donde comienza todo. Es imposible avanzar en cualquier cosa relacionada con servir a Hashem sin saber esto.

Saber esto y repetirlo constantemente cambia la vida. Mejora y trae sobre ti Ayuda Celestial en todo lo que hagas. Tus plegarias en Iom Kipur serán completamente diferentes, porque estarás rezando con plena esperanza y fe en que Hashem desea ayudarte y desea salvarte. Tu hitbodedut será completamente diferente, y merecerás el perdón, el indulto y un gmar jatimá tová, un buen decreto final para este año.

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