Por qué hay que votar cuanto antes
En las elecciones generales de USA que se llevarán a cabo la próxima semana, sólo un puñado de votos determinará en qué dirección se inclinará el mundo
La Guemará enseña que con una sola mitzvá se puede inclinar el mundo entero del lado del pecado y la destrucción al lado del mérito y la bendición. En las elecciones generales de USA que se llevarán a cabo la próxima semana, sólo un puñado de votos determinará en qué dirección se inclinará el mundo. Dios nos está dando un claro ejemplo del poder de una sola elección.
Durante miles de años, la seguridad de Oriente Medio se basó en el odio mutuo que se profesaban persas y babilonios. En la antigüedad, Ciro luchaba contra Nabucodonosor. Más tarde, fueron los
Hoy, es Irán contra Irak.
Ambas naciones eran poderosas. Si no se las controlaba, cualquiera de ellas podría engullir a todas sus naciones vecinas más débiles y tomar al mundo como rehén a cambio de petróleo barato. Pero mientras ambas pudieran pulverizarse mutuamente, ninguna podría ir más allá de sus propias fronteras.
Esta fue la realidad durante miles de años… hasta que 537 personas de Florida tomaron una decisión.
Esa elección puso en el poder a un líder que destruyó Iraq y lo ocupó durante ocho años. Cuando su sucesor finalmente se marchó, Iraq estaba indefenso. Irán se lo tragó, junto con Siria, Yemen, Líbano y Gaza.
Hace casi un cuarto de siglo, los votos de un pequeño puñado de personas alteraron el rumbo del mundo entero.
Las elecciones de este año no serán diferentes. Las elecciones de un pequeño puñado de personas determinarán el destino del mundo durante décadas, incluso durante generaciones.
El mensaje de Rabi Najman
Rabi Najman de Breslev nos enseña que todo en el mundo físico refleja lo que sucede en el mundo espiritual. La mano que abre la heladera expresa la supremacía del alma sobre el cuerpo. El alma descansa en el cerebro, y es el cerebro el que dirige la mano hacia la torta de zanahoria que quedó de ayer…
A medida que nos acercamos al gran día en que Hashem nos enviará a Mashíaj ben David para redimir al Pueblo Judío y salvar a la humanidad, el Rebe de Lubavitch nos enseña que lo único que hizo falta fue una sola cosa para inclinar a la Nación Judía a merecer su llegada.
Él le diría al adolescente tatuado que examina un par de tefilín lo mismo que al experimentado estudiante de Yeshiva: Es posible que tu accinoar sea el que lo cambie todo.
Un solo voto con una mitzvá, una oración o un comportamiento refinado determinará el destino del mundo durante décadas, incluso durante generaciones.
Votamos tres veces al día
“Nos arrodillamos y nos inclinamos para reconocer ante el Rey que reina sobre los Reyes, el Santo, bendito sea”.
Rezo de Aleinu.
Recitamos el rezo Aleinu tres veces al día, todos los días. En él, declaramos que Dios es el Rey que reina sobre los reyes. Declaramos que los líderes de este mundo tienen poco o nada de libre albedrío. Todos ellos cumplen las órdenes de su Rey, que es nuestro Padre.
¿Acaso realmente importa si es un Republicano o un Demócrata el que está a cargo?
En mayo de 1948, Estados Unidos se encontraba en una recesión de posguerra. Las fábricas habían dejado de producir armas para luchar contra los nazis, y la gente estaba perdiendo sus empleos. Temían la reanudación de una depresión que sólo se detuvo cuando empezó la Segunda Guerra Mundial en 1939, pero que había terminado tres años antes.
El presidente demócrata Harry S. Truman no fue elegido. Truman, que era senador de Missouri, tomó el relevo del presidente Franklin Roosevelt tras su fallecimiento.
Los votantes se habían cansado del gobierno demócrata durante 16 años ininterrumpidos. La recesión había causado estragos en la vida de la gente, y pocos pensaban que Truman estuviera a la altura de la tarea de arreglar todo ese desastre.
En mayo de 1948, mientras se presentaba a su primer mandato completo de cuatro años, ¡se quedó a 20 puntos de su oponente!
¿Acaso reconocería el Estado de Israel? Su Secretario de Estado, el general George Marshall, le advirtió que si lo hacía, se le opondría abiertamente. Para Truman, esto sería el último clavo en su ataúd político. El general Marshall era un héroe de guerra, y Truman ya tenía una dura montaña que escalar si quería cerrar la brecha en menos de seis meses.
Pero Truman hizo lo impensable. Se convirtió en el primer líder mundial en reconocer a Israel apenas 11 minutos después de su declaración de Estado.
Uno pensaría que el judío alemán Henry Kissinger haría todo lo posible para salvar a Israel cuando los árabes atacaron por sorpresa en Yom Kippur en 1973.
Pero no lo hizo. Quería que sus hermanos y hermanas de Tierra Santa “sangraran” un poco para poder obligarnos a rendirnos y retirarnos.
Sería su jefe, el presidente republicano Richard M. Nixon, quien le quitaría la autoridad a Kissinger y ordenaría un puente aéreo para suministrarnos todo lo que necesitábamos para asegurar nuestra supervivencia.
Menos de 1 de cada 4 judíos votó por el republicano Donald J. Trump en 2016. Se podría pensar que su política se haría eco de los mundos de un compañero republicano, James Baker, que una vez dijo famosamente: “Olvídate de los judíos. No nos votan de todos modos”.
El presidente Trump reconoció Jerusalén, los Altos del Golán y partes de Yehuda y Shomron como territorio israelí. Intermedió en el primer acuerdo de paz con naciones árabes que no requería que cediéramos tierras. Se retiró de un tratado que daría a Irán la bomba nuclear y eliminó al principal general iraní.
En 2008, 4 de cada 5 judíos eligieron al demócrata Barack Obama como presidente. ¿Acaso esto lo convirtió en amigo nuestro? En su primer día en el cargo, nos ordenó dejar de luchar contra Hamás en Gaza después de que dispararan misiles contra nuestras ciudades. Obligó a Bibi a congelar la construcción de viviendas en la Tierra de Israel.
Cuando estábamos en guerra con Hamás en 2014, retuvo armas que nos habían prometido por tratado. En sus últimos días en el cargo, permitió que las Naciones Unidas aprobaran una resolución según la cual Israel no pertenecía al pueblo judío.
No es la persona en el poder quien determina el destino de Israel. Es Él, que ocupa el poder eterno, quien determina nuestro destino. A veces Él usará a los líderes de este mundo, y a veces no.
Vota cuanto antes y vota a menudo
¿Acaso cuatro años más de Donald Trump lograrán que tengamos fe en los EE.UU. por encima de Dios, poniendo demasiada confianza en un viejo amigo? ¿Y si Harris es elegida, acaso pondrá a Israel en una situación tan precaria que todos recurramos a Hashem, y sólo a Hashem, para que nos salve?
No lo sé.
Lo que sí sé es que cada voto cuenta, y el judío vota con su mitzvá. Declaramos a Dios soberano sobre los líderes del mundo y vivimos nuestras vidas con la fe de que no son los votos ni los candidatos los que determinan nuestro destino, sino las mitzvot y el mérito.
En Hiljot Teshuva, el Rambam nos dice que si cometes un pecado, te inclinas tú mismo y al mundo entero inclinándolos hacia el lado de la culpa, y eres la causa de su destrucción; pero si cumples con tu deber, te inclinas a ti mismo y al mundo entero hacia el lado de la virtud, y logras tu propia salvación y la de ellos.
Cada vez que recitamos el Shemá Israel, proclamando la Soberanía de Dios sobre el mundo, y cada vez que decimos Aleinu Leshabeaj proclamando la Realeza de Dios sobre los gobernantes, estamos votando con nuestras vidas por Dios con las mitzvot que nos ordena nuestro Rey.
No tenemos que esperar hasta el 5 de noviembre de 2024 o el 7 de noviembre de 2028. Podemos votar por Hashem tantas veces como queramos ahora mismo y en cada momento en adelante.
Tu voto es tan importante, que puede marcar el comienzo de la época en la que no serán necesarias más elecciones.
David Ben Horin vive en Afula con su familia, millones de girasoles y Matilda, nuestra camella local. Lastartup israelí de David, 300 Marketing Solutions, es una agencia de lean marketing para startups y pequeñas empresas que crea y promociona ROI optimizados para SEO dirigidos a la audiencia adecuada en LinkedIn para que tu negocio sea la estrella del espectáculo.
10/30/2024
GRACIAS RABINO BEN HORIM POR LA ENSENASA.