¿Quién no quiere?

¿Quién no quiere ser un maestro de fe, un maestro de buenos rasgos de carácter, una persona calma, feliz, espiritual, que reza por cada cosa, que estudia Torá con constancia, que hace buenas acciones con su prójimo?

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Grupo Breslev Israel

Posteado en 05.03.25

A fin de producir un verdadero cambio, necesitamos tener intenciones espirituales sumamente fuertes. Pero no basta con la intención. Debemos también expresar nuestras intenciones espirituales con la boca, traduciéndolas en largas plegarias por la espiritualidad. Tal como afirma Rabí Najman: “Sabrás que no es suficiente con que la persona anhele con el corazón solamente. También debe expresar sus anhelos con los labios. Esa es la base de la institución del servicio de rezo. Esto se debe a que el anhelo del corazón crea un alma potencial y “vocales”. Pero cuando la persona expresa su anhelo con la boca, esa alma se vuelve real”.

Nos enseña el Midrash: “Ábreme una apertura de arrepentimiento como el orificio de una aguja y Yo te abriré portales por los que podrán entrar carruajes”. La apertura es el corazón y la voluntad. Todos poseemos voluntad – todos podemos hacer estas aperturas. Entonces ¿por qué Hashem no nos abre portales tal como nos prometió? De hecho, lo único que se te está pidiendo es que hagas una apertura y te despiertes. Esa apertura tal vez sea muy pequeña, pero debe llegar de un extremo al otro (Kol Mevaser, en nombre del Sefer Niflaot Jadashot). Rabí Dessler escribe en un tono similar, ampliando esta misma idea (Mijtav MiEliahu, 3ra Parte, p. 92):

La pregunta es – ¿dónde hacemos una apertura? En el corazón. Cada pensamiento de arrepentimiento constituye una apertura que derriba la cortina de hierro que nos separa de nuestro Padre Divino. Incluso si el individuo solamente logra hacer una apertura del tamaño del orificio de una aguja, no obstante, recibirá, por gracia de Hashem, Bendito Sea, una ayuda tan poderosa del Cielo que lo sacará de la situación materialista en la que se ha sumido, y lo elevará a un nivel inconmesurablemente más elevado… pero solamente con una condición: que esa apertura sea como el orificio de una aguja, que se extiende de un extremo al otro. El significado de esta apertura es que la voluntad es poderosa, genuina y continua, y libre de toda defectuosidad causada por la duda o por la indecisión…. Una vez que se cumple esta condición, qué increíble es la cantidad de beneficio comparada con la pequeña cantidad de las posesiones originales.

Qué maravillosa es Su bondad, Bendito Sea. Él nos prodiga abundante espiritualidad a cambio de incluso el movimiento más leve de nuestra parte. Además, el Cielo considera todas estas grandes consecuencias como si realmente fueran nuestras, como si las hubiéramos alcanzado por nuestros propios medios.

¿Cómo podemos hacer una apertura que pase de un lado al otro? Por medio del trabajo de la voluntad. Únicamente cuando hablamos con constancia media hora por día, enfocando toda nuestra atención en alcanzar un solo objetivo, esa apertura verdaderamente se extenderá de un extremo al otro. Y entonces Hashem abrirá las puertas de la santidad y la pureza, y la ayuda del Cielo se verá multiplicada miles y miles de veces, más allá de toda medida.

Todos queremos. ¿Quién no quiere ser un maestro de fe, un maestro de buenos rasgos de carácter, una persona calma, feliz, espiritual, que reza por cada cosa, que estudia Torá con constancia, que hace buenas acciones con su prójimo? Tal como enseña Rabí Natan (Likutey Halajot – Arev – 3): “¿Quién es tan necio y loco como para no querer el genuino y eterno bien?”. Pero para poder realmente lograr esto, debemos utilizar los principios espirituales, las reglas de la vida. Y entonces sí podremos realmente cambiar.

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