El libro que cambia vidas

Durante una de las tantas charlas que doy, llegó una mujer que pidió hablar antes de que empezara la clase. Se presentó y dijo que era maestra en una escuela laica y contó que leyó el libro “Las Puertas de la Gratitud” y empezó a enseñarles a los alumnos a dar las gracias. Todos los días, al empezar las clases, hacía con ellos un ejercicio en el que cada alumno escribe una página de agradecimientos. La maestra me trajo los cuadernos de los agradecimientos para que los viera.

Yo los leí y me quedé maravillado al ver lo que habían escrito aquellos niños tan puros y tan inocentes, al ver cómo saben dar las gracias, y las cosas maravillosas que escriben… Fue muy emocionante; yo leía y se me caían las lágrimas… La maestra me contó que los padres empezaron a percibir un cierto cambio en sus hijos: de repente empiezan a dar las gracias por cada cosa y están mucho más contentos y más obedientes. Todo el día dan las gracias: “Sí mamá. Por favor. Gracias, gracias”. Algo muy extraño. Los padres empezaron a indagar a ver qué había sucedido y entonces fueron a hablar con la maestra y ahí fue cuando comprendieron todo. Cuando la directora del colegio se enteró del tema, ¡decidió que a partir de ahora toda la escuela va a empezar a estudiar el libro “Las Puertas de la Gratitud”!

Ojalá realmente que en todas las escuelas y todas las universidades se estudiara el libro “Las Puertas de la Gratitud”. Ojalá que en todas las yeshivot y las escuelas de Torá se estudiara “Las Puertas de la Gratitud”. ¡Ojalá que todo el Pueblo de Israel y todo el mundo estudiaran este libro y que todos empiecen a dar las gracias al Creador!

Todos los libros que el Creador me concedió el mérito de escribir son muy importantes; todos los CDs son muy importantes, pero el más importante de todos es “Las Puertas de la Gratitud”, y el CD más importante es “Deja de Lloriquear” como así también “Besos al Creador del Mundo” y “Solamente Gracias”, y todas las Joyitas de Emuná que hablan del mismo tema.

No soy yo el que dice esto, sino que es algo que ya lo dijeron nuestros Sabios (Vaikrá Rabá 9:7): “En el futuro se anularán todas las ofrendas excepto la ofrenda de gracias; se anularán todos los rezos, pero el agradecimiento no se anulará”. Y en el Shulján Aruj se expresa este mismo concepto en forma de ley (Oraj Jaim 51:9): “El Mizmor Letodá se dice con una melodía, porque todas las canciones habrán de anularse, excepto el Mizmor Letodá”. Cuando venga el Mashíaj solamente va a quedar el “Mizmor Letodá”. Y por eso mismo hay que estudiar el libro “Las Puertas de la Gratitud”.

La persona que da las gracias merecerá la Redención completa y vivirá con emuná. Por eso, cada persona debe tomar una libreta y anotar todos los agradecimientos que pueda, todos los que alcance. Y cada persona debe estudiar todos los días el libro “Las Puertas de la Gratitud”. Incluso aquel que estudia y ora para mejorar sus rasgos de carácter, no importa qué parte de sí mismo quiera corregir, igualmente deberá estudiar todos los días Las Puertas de la Gratitud y las Joyitas de emuná, como así también escuchar el CD “Deja de Lloriquear” o el CD “Besos al Creador del Mundo”. Es muy importante que recordemos entonces que ¡tener emuná es dar las gracias!

La luz de la Torá es un camino de vida lleno de valor interno y emuná y es la rectificación del llanto en vano de nuestros antepasados y de todos los problemas de la generación en la que vivimos. Todos tienen que estudiar las Joyitas de Emuná lo más posible y también difundirlas lo más posible, para que todos digan todo el día canciones de alabanza al Creador. Y aunque no es algo que suela hacer, yo les prometo que todo aquel que estudie las Joyitas y los CDs de la gratitud y dé las gracias de todo corazón va a ver con sus propios ojos cómo Hashem le dará todo lo que necesita y logra recibir todas las salvaciones a todas las dificultades y carencias que tiene, tal como testimonian las historias verídicas de este libro.