Correcciones Del Alma
Por primera vez en mucho tiempo, se durmió con una sonrisa en los labios. La primera vez en muchas noches que se acostó con tranquilidad, sin dar vueltas en la cama...
Por primera vez en mucho tiempo, se durmió con una sonrisa en los labios, sin dar vueltas en la cama. Algo que le fue arrancado de su corazón, algo que le faltaba a su alma, le volvió…
La creencia en el Mundo Venidero es la base de la auténtica fe. Muchos de los enigmas de la vida reciben un sentido completamente distinto, cuando se entiende que la existencia del hombre en este mundo es sólo una parte de un completo camino que ha empezado mucho antes de su nacimiento, y que seguirá mucho después de su muerte.
Aquí una verdadera historia que ejemplifica esto de una forma maravillosa:
En una piadosa comunidad, hubo un caso que conmocionó a toda la ciudad y despertó muchas cavilaciones y preguntas sobre los caminos del Creador, tanto entre los mayores como entre los pequeños.
Una joven señorita, hija de una de las familias más importantes de la ciudad, se casó con un devoto comerciante, quien era un gran benefactor y columna central de la comunidad. Los primeros años de matrimonio fueron bendecidos con felicidad, abundancia e hijos. La esposa se conducía con mucho recato y se ocupaba con diligencia de la crianza de los niños, recitando los Salmos y ayudando a los pobres de la ciudad. El marido viajaba por negocios por todo el país, al mismo tiempo que establecía horas fijas de plegaria y estudio para su servicio al Creador. Sus muchos actos de beneficencia se extendieron sobre varios pueblos, y miles de pobres gozaron de los beneficios de su generosa mano.
Sorpresivamente, una desgracia cayó sobre los habitantes de la ciudad. ¿Dónde? ¡Justamente en la casa de la piadosa pareja! ¡En la casa de donde salió sólo caridad y bondad! ¡Justamente a ellos les pasó una desgracia estremecedora! Su hijo de tres años fue violentamente asesinado por un borracho desconocido.
La ciudad entera estaba conmocionada por el terrible caso. Miles de personas – entre ellas importantes y famosos sabios y líderes espirituales – entraron y salieron de la casa para consolar a los dolientes padres. Muchos se hicieron preguntas, pocos las expresaron a viva voz: ″¿Acaso ésta es la recompensa a esta piadosa pareja por todas sus buenas acciones? ¿Por qué el Creador les hizo una cosa así? ¿Por qué en una forma tan violenta?″. También un resentimiento sobre los caminos del Creador se infiltró en los corazones de algunos ciudadanos, un rencor que debilitó y confundió su fe y los alejó del servicio al Creador.
La pareja reaccionó frente a este hecho con fe completa, resignación, aceptando el Decreto Divino con amor, y siguiendo con su recto estilo de vida. Pero, no pasó mucho tiempo y otra desgracia cayó sobre ellos. Un terrible rumor se expandió por la ciudad: ¡el justo y modesto comerciante había caído muy enfermo y los médicos estaban preocupados por su vida! Inmediatamente, en toda la ciudad, se organizaron rezos públicos y lecturas de los Salmos para su bienestar.
El joven comerciante era amado por todos, muchos se habían beneficiado con su generosa mano, pero no sólo eso, él era uno de los principales de la comunidad, responsable de muchas instituciones de caridad y beneficencia. Con toda razón los rezos salieron del fondo del corazón y los lamentos partieron los Cielos.
Más y más gente seguía llegando para rezar, cuando cundió la noticia que los médicos lo desesperaron y no le dieron más que una semana de vida. El sabio de la ciudad, que era un gran justo y erudito declaró: “¡Eso no sucederá jamás! ¡No le ocurrirá a este hombre piadoso ningún mal!”.
Enorme fue la desilusión de los ciudadanos y muy grande fue su dolor y pena, cuando después de unos cuantos días falleció el joven comerciante, en el comienzo de su vida; él, cuya vida fue dedicada a hacer el bien y a la benevolencia. Tenía treinta y cinco años, y la joven viuda que perdió su respaldo, su fuente de vivacidad y alegría, no sabía cómo calmar su profundo dolor.
Todos sintieron la gran pérdida, y muchas preguntas llenaron sus corazones: ¿Por qué fue llevado de este mundo un hombre tan bueno y justo?
¿Por qué no ayudaron tantas plegarias que se rezaron a su favor? ¿Y cómo pudo ser que el justo Sabio de la ciudad decretó que vivirá, y a pesar de todo – falleció?
Pasaron unos años. Un viernes por la noche, el hijo casado de la joven viuda, vino a saludarla con un “feliz fin de semana”, la madre trató de sonreír, pero a su pesar, las lágrimas empezaron a fluir de sus ojos.
“Madre”, suplicó su hijo, “¡ya pasaron varios años!, ¡basta de lágrimas! Debe haber un límite de tiempo para lamentarse. El que prolonga su pesar demasiado, es poseído por él. Somos en verdad creyentes… ¿Qué sabemos nosotros de los cálculos de Di-s Todopoderoso? ¡Ciertamente todo lo que el Creador hace – es todo para bien! Por favor mamá, nos causas mucho dolor a todos nosotros y también al alma de papá, que en paz descanse, ciertamente él quiere que sigas con tu vida. He aquí, que ya hace unos cuantos meses que te proponen una excelente persona para desposarte y todavía estás dudando. Querida madre, ¡debes fortalecerte en la fe, estar alegre con lo que tienes y continuar adelante!”.
La joven viuda respiró profundamente. ¡Basta! decidió en su corazón. ¡Suficiente con el dolor! ¡Suficiente con la incredulidad! ¿Acaso soy más misericordiosa que el Creador? ¡Todo lo que el Creador hace es para bien! ¡Desde ahora me esforzaré en estar alegre! Así pensó la viuda en el fondo de su corazón. Y verdaderamente, ese fin de semana estuvo mucho más alegre y sonriente… Sus jóvenes hijos respiraron con alivio – por fin mamá sonríe con verdadera alegría, sin lágrimas que resplandecen en los extremos de sus ojos. Mamá vuelve a sí misma, nuevamente nos da fuerza y estímulo. Ellos estaban necesitados de este cambio como aire para respirar. Otro fin de semana de pena y de tristeza los hubiera quebrado mental y espiritualmente.
Esa noche, por primera vez en varios años, se acostó la joven viuda en su cama con el corazón liviano y con alegría. Por primera vez en mucho tiempo, se durmió con una sonrisa en los labios. La primera vez en muchas noches que se acostó con tranquilidad, sin dar vueltas en la cama, sin pensar en su fallecido marido, en su sonrisa y en las buenas palabras que le solía decir. Algo que le fue arrancado de su corazón, algo que le faltaba a su alma, le volvió – ¡la fe!
Y he aquí que sueña un sueño… Se ve parada en un hermoso jardín, iluminado con una agradable luz. Aroma no de este mundo subió hasta su nariz, y entendió que estaba en el Paraíso. Entre los árboles del jardín, distinguió la figura de un hombre anciano, con un noble rostro todo iluminado. Él se acercó a ella, y le preguntó si quería encontrarse con su fallecido marido. Ella aceptó con un movimiento de cabeza y él la guió hacia un enorme salón, repleto de Justos, sentados y escuchando apasionadamente una lección de un joven maestro. Al finalizar la clase el joven se aproximó a ella, y he aquí – ¡era su marido!
“¡Mi querido marido!”, se lamentó con emoción, “¿Por qué me dejaste sola en los mejores años de mi vida? ¿Cómo es que eres un maestro, enseñando aquí en el Paraíso? Fuiste un simple comerciante, no un maestro espiritual, ¿cómo llegaste a esto?”.
Su marido sonrió y le dijo: “Debes saber que en mi preexistencia fui un gran erudito y maestro espiritual, sólo que nunca contraje matrimonio. Cuando ascendí a mi lugar en el Paraíso, objetaron que es imposible que permanezca allí sin haber cumplido el primer Precepto – “Fructificaos y multiplicaos” (Génesis 1:28). Por eso volví en una nueva encarnación para casarme y engendrar hijos, criarlos en el camino de la fe y sustentarlos. Y así fue, descendí al mundo para casarme contigo y procrear hijos. Cuando cumplí el Precepto, y cumplí con la corrección de mi alma, no había ninguna razón para quedarme en el mundo inferior, y por eso morí. Ahora, como ves, estoy gozando de la recompensa por mis buenas acciones y mi servicio al Creador…”.
“Pero... tantas plegarias rezamos por ti, y el sabio de la ciudad decretó que no morirías, ¿por qué no sirvió?”, preguntó.
Le contestó su marido: “Todas las plegarias que rezaron – fueron todas aceptadas. Algunas me sirvieron para llegar al lugar donde estoy ahora; algunas fueron usadas para ayudar a nuestra comunidad y salvarla de duros edictos. Pero puesto que no tenía ningún otro rol que cumplir en el mundo, no había ninguna posibilidad que me quedara, y por eso tampoco ayudó el decreto del sabio. Pero tú, todavía tienes mucho más que hacer en el mundo – debes casarte por segunda vez y engendrar más hijos, debes también atender a nuestros hijos – todavía no terminaste tu misión. Tienes que esforzarte y continuar adelante para cumplir tu rol y tu objetivo final”.
“¿Y nuestro hijo?… ¿Por qué murió nuestro pequeño hijo?”, le preguntó.
Le contestó: “Nuestro pequeño hijo fue el alma elevada de un piadoso Justo. En su preexistencia fue raptado de su cuna y llevado a un lejano lugar donde mamó de una malvada mujer. Luego fue rescatado de sus raptores, creció y se transformó en un eminente Justo. Cuando murió, quisieron colocarlo en una alta posición en el Paraíso, pero el tiempo que mamó de la malvada mujer manchó su pura alma. Por consiguiente, lo descendieron nuevamente al mundo en una nueva encarnación, para que mamara de una mujer justa. Tú fuiste la elegida para este privilegio, por tu modestia y rectitud”.
“Pero... ¿Por qué murió en una forma tan espantosa?”, se lamentó, acordándose de la terrible visión de su hijo en las manos del borracho.
Le dijo su marido: “Nuestro querido hijo tenía que morir de cualquier manera en vista que cumplió su misión en el mundo. Al mismo tiempo que debía partir del mundo, se decretó un terrible Castigo Celestial sobre los habitantes de nuestra ciudad, un castigo de matanza y persecución por los muchos delitos cometidos por la gente.
Puesto que de una manera u otra llegó su momento de salir del mundo, aceptó el alma de nuestro hijo morirse en una forma peculiar, para expiar los pecados de toda la gente de la ciudad, salvando así a muchos adultos y niños de extrañas muertes y tormentos. Por supuesto que para una noble alma como la suya era un gran privilegio, y también por eso ascendió a un tal alto grado en el Paraíso, que ningún ser tiene permiso para verlo, salvo yo, que soy su padre. También tú, cuando llegará el momento, tendrás el privilegio de estar en su cercanía, por la aflicción que pasaste…”.
Después agregó: “¡Debes saber! Sólo porque te esforzaste con alegría, me dejaron revelarme a ti. ¡Durante el tiempo que estabas pesarosa, había sobre ti una gran acusación y casi perdiste tu segundo hijo! Todos mis pedidos de revelarme, no fueron aceptados”.
Se calló unos segundos y después dijo con voz suave: “Yo cumplí la corrección de mi alma, pero tú tienes mucho más que hacer en la vida. Ve, cásate con el candidato que te fue propuesto, continúa tu vida con alegría. Lástima por el tiempo precioso que estás perdiendo, continua con tu corrección, vete en paz… ve…”.
Su marido desapareció de sus ojos, y ella despertó de su sueño… El mundo le pareció nuevo y hermoso. Ahora comprendió lo que debía hacer. Pero sobre todo, entendió que todas las preguntas que ella y los ciudadanos se hacían fueron superfluas y sin sentido. Porque el Creador es justo y recto – esa es la única y absoluta verdad y no puede ser objetada.
No siempre se puede recibir contestaciones a preguntas durante el sueño de la noche, por eso el único consejo es fortalecerse en la simple fe que todo está bajo el control del Todopoderoso, y todo lo que hace – es para el eterno bien de cada uno. Cuando el hombre estará alegre con lo suyo, creyendo que está bajo la Supervisión del Creador y que todo está bajo Su control para su bien eterno, sólo entonces podrá saber cuál es su propio camino en la vida.
Continuará…
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed" – "Hilo de Bondad")
5/12/2024
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