Un buen comerciante
Hay un fundamento de la fe que es la base de todo asunto de negocios, comercio, negociaciones y sustento...
Hay un fundamento de la fe que es la base de todo asunto de negocios, comercio, negociaciones y sustento…
Hay un fundamento de la fe, que es la base de todo asunto de negocios, comercio, negociaciones y sustento, y es la creencia que todo el sustento del hombre esta determinado en el comienzo del año hebreo.
La expresión práctica de la fe es la confianza en el Creador. Es decir, que el hombre sabe que el rol del Creador es sustentar a sus criaturas, y que el Creador cumple lealmente su rol. Por lo tanto, todo lo que le es determinado al hombre, le llegará sin duda. Y esto no depende del esfuerzo, ni de la inteligencia y ni de la rectitud del hombre, como está escrito en la bendición posterior a la comida (versión antigua): "Él es el que nos alimenta – y no por nuestras acciones, Él es el que nos sustenta – y no por nuestra rectitud. Él prefiere Su bien sobre nosotros…". Y de ninguna manera, puede ningún hombre tocar lo que no se merece, y sustraer lo que no le fue decretado desde el Cielo, como dijeron los Sabios (Tratado Yoma, 38): "No hay un hombre que pueda tocar lo que está dispuesto para su prójimo".
Solo cuando el hombre entiende este fundamento, y cree en él con fe completa y simple, solo entonces puede tratar todos sus asuntos financieros, y pasar todas las pruebas de fe con éxito, tranquilidad y alegría, sin llegar al enojo, a la impaciencia, al hurto y al fraude.
En la práctica, un hombre que posee confianza en el Creador, jamás piensa en el dinero. El sabe que el Creador es el que le sustenta, y no piensa en nada más que esto. Toda su relación con el tema del sustento concluye en tres palabras: El Creador sustenta. Punto.
Lo que te fue determinado – te llegará
He aquí que todo negocio es una serie de pruebas de fe. En cada momento el comerciante atraviesa esta prueba: Si creer, que todo su sustento está determinado desde el Cielo, y entonces estará calmado y alegre y conducirá todos sus negocios con tranquilidad, honradez y rectitud. O por el contrario pensar que todo su sustento depende de su esfuerzo, y entonces estará nervioso y tenso, y comenzará a hacer muchos esfuerzos y subterfugios e incluso fraudes.
Todo reposa sobre la simple fe que todo el sustento del hombre le está fijado desde el Cielo con exactitud. Y el único libre albedrío que tiene el hombre es solo elegir de que canal le llegará su prosperidad – si por un canal de oro – es decir por caminos de rectitud, con alegría y tranquilidad, o por un canal de alcantarilla – por medio de nervios, intrigas, y caminos engañosos.
No existen tres posibilidades, sólo dos – o que tu crees que recibirás lo que te fue determinado, en su tiempo y su momento; y si no de este lugar – será de otro lugar; y si no hoy – mañana. Y el resultado es que estés en calma, y así vivarás una buena vida, y ciertamente que no te complicarás con transgresiones, engaños, hurtos etc., o que tu no crees, y entonces el resultado es que estás tenso y nervioso, tu vida es un infierno, y te complicas con malos negocios y deudas. Hay personas que llegaron incluso a la cárcel como consecuencia de negocios precipitados. Y si todavía no llegaste a esto, de cualquier manera tu vida está llena de agitación e inquietudes, y seguro que llegarás a transgresiones de fraudes y hurtos.
¡Es debido acordarse! Todo lo que le está fijado al hombre con gran precisión, y el que se conduzca con rectitud o no, no lo beneficiará ni con una moneda más de lo que le fue determinado. Encontramos, que también el comerciante que hizo un negocio honestamente y también el comerciante que tomó dinero en forma fraudulenta, recibieron justamente lo que les fue determinado; pero la diferencia es, que el que recibió dinero con rectitud – lo gozará, y al que lo tomó fraudulentamente – lo dañará y solo le hará sufrir…
Continuará…
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush)
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