El Midrash Dice – Lej Leja
Abram y Sarai dedicaron sus vidas al servicio de HaShem. Abram convencía a los hombres de servir a HaShem y Sarai a las mujeres. Abram tenía ahora setenta y cinco años y...
La tercera de las diez pruebas de Abraham: Se le ordena dejar su tierra y viajar con destino desconocido
Abram y Sarai dedicaron sus vidas al servicio de HaShem. Abram convencía a los hombres de servir a HaShem y Sarai a las mujeres.
Abram tenía ahora setenta y cinco años y HaShem jamás se le había revelado. Finalmente, las palabras proféticas de HaShem le llegaron.
-"Vete de tu país, de tu lugar natal y de la casa de tu padre" – le ordenó HaShem.
-"Vete de tu país, de tu lugar natal y de la casa de tu padre" – le ordenó HaShem.
Una botella de perfume permaneció sellada y envuelta en la esquina de un estante. Nadie nunca disfrutará de su fragancia mientras permanezca cerrada. Sólo si alguien viene a abrirla y agitarla emanará su aroma.
HaShem le ordenó a Abram salir de la casa de su padre, diciendo -"Has alcanzado un nivel tan elevado, Abram! Si permaneces en un solo lugar, ¿cómo se difundirá tu reputación? Peregrina y la fragancia de tu personalidad atraerá a la gente lejana y cercana para Servirme. Asimismo dejar tu país será para tu beneficio personal. Si te quedas aquí, no serás digno de tener hijos, pero si cambias tu lugar de residencia te transformaré en una gran nación. El pueblo judio será tu descendencia."
Cuatro acciones tienen el poder de modificar un decreto Divino:
– tzedaka – dar caridad
– tefilá – rezar
– teshuvá – mejorar las acciones de uno
– shinui shem – ser renombrado
Algunos añaden:
– shinui hamakom – cambiar la residencia
Este último punto lo aprendemos del hecho que HaShem le dijera a Abram (12:1) "Véte de tu país etc. y te haré un pueblo grande". Abram solamente mereció tener hijos despues de cambiar su residencia.
Mudarse a un lugar extraño ayuda a anular un decreto Divino, pues el corazón del hombre se vuelve mas humilde cuando se va de su hogar.
HaShem bendijo a Abram diciendo – "Te daré riquezas y te daré el poder de bendecir a quien quieras. Engrandeceré tu nombre en todo el mundo. Bendeciré a los que te bendigan y al que te maldiga, maldeciré. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por tu causa. Por tí y tu descendencia caerá lluvia y rocío sobre todo el mundo".
Cuando Abram escuchó el mandamiento de HaShem, cuestionó -¿Cómo puedo abandonar a mi padre anciano? He enseñado a otros a ser bondadosos y considerados. ¿Yo abandonaré a mi propio padre? ¿No estaré profanando Tu Nombre?
-Te eximo de la obligación de honrar a tu padre – contestó HaShem.
– Puedes dejarlo. Tu padre y tus hermanos quienes aparentan ser amistosos en realidad traman en contra tuyo. Piensan matarte.
HaShem no reveló a Abram adonde viajaría. Abram viajó con destino desconocido. Esto hizo que la prueba de dejar su hogar fuera aún más difícil.
Abram pasó la prueba exitosamente. No preguntó ni una sola vez.
Abram pasó la prueba exitosamente. No preguntó ni una sola vez.
-¿Cuánto durará el viaje? ¿Qué lugar has pensado para mí? De él se dice (Tehilim 119:60) "Me apresuré y no dude en cumplir con Tus órdenes".
Inmediatamente tomó a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, el hijo de su hermano Haran, y a la gente que había atraído bajo las alas de la shejina, y enseguida salieron de viaje.
Inmediatamente tomó a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, el hijo de su hermano Haran, y a la gente que había atraído bajo las alas de la shejina, y enseguida salieron de viaje.
La partida de un hombre tan eminente como Abram no podía pasar inadvertida. Todos los nobles le otorgaron regalos y el mismo Rey Nimrod le envió un sirviente que se llamaba Eliezer para acompañarlo y servirle.
Durante el viaje, Abram cruzó Aram Naharaim y Aram Najor. Observó que sus habitantes se pasaban la vida comiendo, bebiendo y festejando. -Espero que mi destino no sea en esta tierra- pensó Abram.
Cuando llegó a Eretz Canaan, notó que la gente se ocupaba de trabajar la tierra.
Dijo – Espero que mi suerte esté en esta tierra.
HaShem se reveló a Abram en Sh’jem y anunció -"Entregaré esta tierra a tus descendientes."
Abram construyó un mizbeaj (altar) para agradecer a HaShem por las buenas noticias que sus descendientes recibirán Eretz Israel.
Abram no se radicó en forma permanente en la ciudad de Sh’jem sino que continuó su travesía. Abram viajó toda su vida. ¿Cuál era el propósito de su peregrinaje por Eretz Israel?
1. En cada una de las escalas, HaShem le dio a Abram un anticipo de los eventos futuros que acaecerían a sus descendientes allí y él rezó por ellos.
– Por ejemplo, en Sh’jem, Abram rezó a favor de Iaakov y su familia porque los hijos de Iaakov, Shimon y Levi en el futuro pelearían contra la ciudad.
– En Ai rezó para que HaShem mitigara el castigo que caería sobre sus hijos como consecuencia del pecado de Ajan en ese lugar (Iehoshua 7).
2. Según la Halaja, una manera de adquirir la tierra es caminarla a lo ancho y a lo largo. Cuando Abram peregrinaba por Eretz Israel estaba tomando posesión de esta.
Dondequiera que Abram visitara difundía el Nombre de HaShem. Debatía la verdadera fé con miles de personas y las convencía que fueran sus seguidores.
* * *
Brit bein Habetarim/El acuerdo entre las partes
HaShem le promete a Abram descendencia
Después que Abram ganó la batalla contra los cuatro reyes, tuvo miedo. Estaba preocupado -He matado seres humanos en la guerra. ¿Quizás hubo gente justa entre ellos?
-"No temas"- HaShem lo consoló. -"Arrancaste las espinas del campo". Abram seguía inquieto. -¿Quizás mi porción en el mundo- por- venir ya se haya consumido en este mundo? Después de haberme salvado milágrosamente de la hoguera de Nimrod, fui victorioso ante un ejército de cuatro reyes poderosos. ¿Es posible que ya no reciba ninguna recompensa en el olam haba? HaShem le aseguró -"A pesar de los milagros que experimentaste, Yo no te quité nada de tu futura recompensa. Mereces todos los milagros que se te concedieron porque nada de lo que hiciste fue por tí, todo fue en Mi Nombre. Por lo tanto tu recompensa está intacta para el olam haba."
-¿Puedo hacerte un pedido?- preguntó Abram.
-"Pide lo que quieras"- contestó HaShem.
-Cualquier cosa que me concedas será inútil para mí- dijo Abram -mientras yo sea estéril y no tenga hijos.
El fuerte deseo de Abram de tener hijos se debía a que quería fundar una nación para servir a HaShem.
-¿Quién tomará mi lugar cuando yo muera?- preguntó. ¿Será Lot, quien desea ser mi heredero o mi excelente alumno Eliezer quien enseña mi Torá a otros?
-"Ninguno te heredará"- HaShem le prometió. -"Tu propio hijo lo hará".
-Amo del Universo- objetó Abram -He visto en las estrellas que no podré tener un hijo.
-"Olvida la astrología"- HaShem dijo. -"Tu destino está por encima de la prognosis de las estrellas. La nación judía no está supeditada al mazal (destino natural).
Una vez R. Iannai y R. Iojanan estaban parados en las puertas de Tiberías. Junto a ellos había dos astrólogos gentiles quienes observaban a todos los trabajadores como iban a sus labores en la mañana. ¿Ven allí a esos dos hombres entre los trabajadores? preguntaron a los Sabios. Salen a trabajar esta mañana pero jamás volverán con vida. Están destinados a morir de una picadura de serpiente.
R. Iannai y R. Iojanan esperaron que los trabajadores volvieran. Entre ellos estaban los trabajadores de quienes habían hablado los astrólogos. ¿Acaso no dijeron que esos dos no volverian de su trabajo con vida porque serían mordidos por una serpiente? – preguntaron los Sabios.
-Sí- confirmaron los astrólogos.
-Pero volvieron en paz- comentaron los Sabios.
Los astrólogos llamaron a los dos hombres y les preguntaron – ¿Que hicieron hoy?
-Lo mismo que todos los días- contestaron. Rezamos el sh’ma y sh’moné esrei, y fuimos a trabajar.
-¡Ustedes son judíos! exclamaron los astrólogos. -Las predicciones de los astrólogos no son aplicables a los judios.
El mazal (destino) del K’lal Israel no es absoluto. Es posible modificarlo mediante la oración, la caridad y los méritos espirituales.
HaShem le prometió a Abram -"Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo". Abram tenía fé en HaShem y no le pidió una señal para corroborar Su palabra.
Qué importante es la fe, fue en mérito a su fe que Abram heredó este mundo y el olam haba.
¡Cuán importante es para la gente tener fe! Esto se puede aprender de la historia de la comadreja y el manantial.
Una vez, una niña se alejó mucho de la casa de su padre y se perdió. De repente, se encontró en el desierto. Caminó un largo tiempo y estaba muy sedienta. Para su alivio descubrió un aljibe a la distancia. Corrió hacia él y encontró una soga adentro. -Voy a bajar para recoger un poco de agua- pensó. Descendió y bebió pero cuando quiso volver a subir no pudo hacerlo. Lloró amargamente y pidió ayuda. Pero ¿quién la escucharía en ese lugar desértico? Justo en ese momento, pasó un joven y escuchó el grito de las profundidades del pozo.
Sorprendido gritó -¿Quién está allí abajo? ¿Eres un demonio o un ser humano? La niña gritó desde el aljibe y le relató lo que le había ocurrido. Se lamentó de su suerte y le pidió ayuda para salir del pozo.
-Te ayudaré- dijo -con una condición. Acepta casarte conmigo.
La niña aceptó y él la ayudó a salir del pozo. Hablaron entre sí y se pusieron de acuerdo para casarse. El joven prometió dirigirse a sus padres lo antes posible y comprometerse oficialmente.
-¿Quienes son nuestros testigos del compromiso?- preguntó la niña. En ese momento pasó una comadreja y el joven dijo -Deja que la comadreja y el manantial sean nuestros testigos de que seremos fieles el uno para el otro.
Partieron, el joven a su hogar y ella a la casa de su padre. Ella permaneció en casa esperando que su prometido llegara y cumpliera con su promesa. El tiempo pasó y él nunca apareció. Los padres de la niña le propusieron otros candidatos, pero ella se negaba diciendo que no se podía casar con ningún otro. No le importaba quien era el propuesto, ella se mantuvo firme en su posición negativa. Con el tiempo la gente la consideraba extraña y perdieron la esperanza de que algun día se casara.
Y ¿qué pasó con el joven?
Cuando volvió a su hogar estaba demasiado ocupado y olvidó el episodio en el desierto. Se casó con una joven de su pueblo natal. Su esposa le dio un hijo, pero cuando el bebé tuvo tres meses, ocurrió una desgracia. El bebe fue mordido por una comadreja y murió. Tuvieron otro varón, pero un día cuando jugaba junto al manantial cayó en él y murió. La esposa desconsolada le dijo a su marido -Si nuestros hijos hubieran fallecido de muerte natural, yo aceptaría el decreto Divino sin cuestionamientos. Pero como los eventos fueron tan extraordinarios, debemos buscar la razón de este extraño castigo y sondear en nosotros alguna culpabilidad anterior.
Ahora la escena del desierto de hacía mucho tiempo vino a la mente del esposo. -¿Es posible que se me castiga por no cumplir con mi palabra?- pensó. Le contó a su esposa lo que había ocurrido junto al manantial. -Es tu obligación averiguar qué le ocurrió a la niña- le recriminó a su esposo. -Era tu obligación serle fiel.
El hombre viajó al pueblo de la niña y preguntó si había alguien con ese nombre y si estaba casada.
-Hay una solterona que responde a ese nombre- fue la respuesta. -Pero no está en su sano juicio. No tiene sentido hablarle de matrimonio. Si llega un pretendiente, comienza a actuar en forma extraña. Escupe frente a él y desgarra sus vestimentas.
El hombre fue de inmediato a la casa de la niña y le explicó al padre la historia que había sucedido hacía mucho tiempo, culpándose a sí mismo por la desgracia de su hija. -Me he liberado de mi esposa para cumplir con mi palabra- le explicó a su padre -y me casaré con su hija. El padre lo condujo con su hija, pero cuando él intentó hablarle, ella comenzó a gritar y a actuar en forma extraña como lo hacía cada vez que alguien se le declaraba. El dijo solamente dos palabras -la comadreja y el manantial. La niña se desmayó y cuando se recuperó volvió a ser la de antes. Se casaron y vivieron una vida llena de bendiciones, tuvieron hijos y vivieron para ver a los hijos de sus hijos.
* * *
Cuatro personas fueron nombradas por HaShem antes de nacer.
– Itzjak, como dice (Bereshit 17:19)"Sara tu esposa va a dar a luz para tí, un hijo: llamarás su nombre Itzjak".
– Shlomo, como HaShem le dijo a David (Divrei Haiamim 22:9)
"Tendrás un hijo, su nombre será Shlomo".
"Tendrás un hijo, su nombre será Shlomo".
– Ioshiahu, como dice (Melajim 13:22) "Un hijo nacerá en la casa de David, Ioshiahu será su nombre".
– Ishmael, tal cual Hagar fue avisada (16:11), "darás a luz un hijo y llamarás su nombre Ishmael".
Recibir un nombre antes de nacer significa grandeza.
– Itzjak fue nombrado antes de nacer pues fue el fundador del pueblo judío y el primer hijo nacido de padres sagrados.
– Shlomo fue el constructor del Beit HaMikdash.
– En los tiempos de Ioshiahu, las diez tribus fueron devueltas a Eretz Israel (Meguilá 14:2), un antecedente de los futuros milagros de reunión en el exilio.
– Ishmael fue nombrado antes de nacer, como demostración de que se le brindó el potencial para elevarse en importancia. Si su descendencia hubiera superado sus malos impulsos, hubieran merecido recibir la Tora.
* * *
La octava de las diez pruebas de Abram: Brit- Milá – Circuncisión
Cuando Abram cumplió noventa y nueve años, se le ordenó que se circuncidara. Recibió esta mitzvá antes que naciera Itzjak porque HaShem quería que Itzjak fuera sagrado de nacimiento.
HaShem le informó a Abram -"Mientras no estés circuncidado, eres imperfecto. Al realizar el brit milá adquieres un nuevo grado de santidad y te elevarás por encima de las leyes de la naturaleza. Durante veinte generaciones he esperado que tu llegaras y realizaras la circuncisión. Si te niegas a realizar esta mitzva, volveré el mundo a la nada."
-Si la mitzva de brit- milá es tan importante- preguntó Abram – ¿Por qué no se la diste al primer hombre, Adam?
-"No preguntes más"- dijo HaShem. -"Tú fuiste el encontrado merecedor de esta Mitzvá."
Abram objetó – Hasta ahora pude tener influencia en la gente. Pero ahora tendrán miedo de estar cerca mío. No querrán hacerse el brit- milá.
-No te preocupes por ello. Es suficiente para tí que yo sea tu D-s. No perderás por haber cumplido con la mitzvá de milá, mantendrás la existencia del mundo. En mérito a esta mitzvá celebraré un acuerdo contigo. Al cumplirla, tus hijos heredarán Eretz Israel.
En lugar de Abram te llamarás Abraham. Hasta ahora fuiste Abram, padre de tu tierra natal Aram. Después de la circuncisión, serás Abraham, padre de muchas naciones.
El valor numérico del nombre Abraham equivale a 248, lo que demuestra que después de su brit- milá. Abraham adquirió el dominio de los 248 miembros de su cuerpo.
Hahsem ordenó. "La mitzvá de milá será observada por toda tu descendencia. Cada recién nacido varón será circuncidado al octavo día de su nacimiento".
HaShem quiso diferenciar a Su pueblo elegido mediante una señal especial. No creó al hombre físicamente perfecto en el momento del nacimiento para enseñarnos que así como nos perfeccionamos físicamente mediante la milá así también es nuestra obligación en vida mejorar espiritualmente.
11/26/2022
Extraordinario todo lo que se aprende en estas lecciones!!
Muchas gracias.
10/17/2021
Gracias
6/02/2020
Aprender