Pensión Completa

El hombre poseedor de la fe sabe, que Quien le da la vida, el Creador Mismo, le dará también con qué vivir: vivienda, ropa, alimento... En otras palabras – una pensión completa...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

La Fe y los Rasgos del Carácter – La Avaricia #2:

 
El hombre poseedor de la fe sabe, que Quien le da la vida, el Creador Mismo, le dará también con qué vivir: vivienda, ropa, alimento… En otras palabras – una pensión completa…
 
 
Una separación difícil
 
El hombre creyente no es avaro, pues cree y confía en el Creador y no en su dinero. Él sabe que hay una regla inmutable:
 
¡El dinero y el hombre no coexisten – o se le quita el dinero al hombre, o se quita al hombre de su dinero!
 
Según esta regla, el que confía en su dinero, se fía de hecho en algo destinado a perderse por una de las dos formas mencionadas:
 
a)  O se le quita su dinero – como vemos todo el tiempo, personas que corrieron y trabajaron duro toda su vida para amontonar dinero y guardarlo preciosamente, finalmente lo perdieron todo y murieron empobrecidos. Todo lo que dejaron a sus herederos fue sólo un gran paquete de deudas.
 
b)  O se le quita de su dinero – es decir que aunque el dinero quedara, el hombre mismo deberá dejarlo atrás. Sea simplemente por su muerte, o incluso antes, por no poder aprovecharlo más, como vemos en el mundo de los multimillonarios cuando sufren todo tipo de enfermedades, y están entonces incapacitados de sacar provecho de su dinero. Ellos admiten abiertamente que preferirían la salud a la riqueza, la cual no puede salvarles de su desgracia. Resulta que ellos destruyeron su salud por amontonar su fortuna y ahora la gastan toda para retornarla.
 
Pensión completa
 
El hombre poseedor de la fe sabe, que Quien le da la vida, el Creador Mismo, le dará también con qué vivir: vivienda, ropa, alimento… En otras palabras – una pensión completa.
 
Por lo tanto, él sabe que mientras el Creador desea que viva, no tiene de qué preocuparse; pero también cuando el Creador quiera que muera, no tiene que preocuparse, pues todo el dinero del mundo no podrá salvarlo. ¿Acaso podrá el hombre sobornar con dinero al Ángel de la muerte para que lo deje vivir? Resulta entonces, que el hombre creyente vive apacible y tranquilamente gracias a su fe, pues sabe que el mundo posee un buen “Director General” que se preocupa por él y por todas las además criaturas.
 
El Creador goza de tu alegría
 
El hombre creyente sabe, que Quien le ha dado el dinero hoy, puede dárselo también mañana, por lo tanto, no tiene miedo de gastarlo. Y no sólo no es avaro, sino que es feliz de usar su dinero para todas sus necesidades, porque cree que es precisamente para eso que el Creador se lo ha dado.
 
En cambio, el hombre carente de fe tiene miedo de utilizar su dinero, pues teme que no le quedará para el día siguiente. Sobre este tipo de persona han dicho los Sabios: “Todo aquel que tiene pan en su cesta y se pregunta ‘¿Qué comeré mañana?’, es un hombre de muy poca fe”.
 
Debemos saber que el Creador Mismo tiene complacencia y gozo cuando el hombre utiliza su dinero con alegría. ¿A qué es esto comparable? Al padre que le da dinero a su hijo querido, con el fin de que viva bien y que no le falte nada.
 
Cuando un padre ve que su hijo utiliza su dinero para comprar las cosas que necesita y que lo complacen, y al mismo tiempo trata de alegrar a sus hermanos, esto le causa un gran regocijo, pues todo padre goza sabiendo que sus hijos están contentos.
 
También tiene la satisfacción que su hijo sabe que le contenta con su alegría y que cuando el dinero se acabe, su padre le dará más.
 
Pero si ve que su hijo vive en la pobreza, restringiéndose y sin sacar provecho del dinero que recibió, el padre se aflige y piensa: ¿Para qué le di dinero, sino para que viva bien y que no le falte nada? ¿Por qué vive en la pobreza y en la escasez?
 
Como se entiende, lo mismo ocurre con el Creador, nuestro Padre en el Cielo. Cuando nos da dinero, es para que vivamos ampliamente y para que también abramos nuestra mano a nuestros hermanos. Esta es Su Voluntad y Su placer, que el hombre utilice su dinero alegremente. No obstante, hay gente a la que le fue decretado vivir en la pobreza, y es esta también Su Voluntad, pues es lo mejor para ellos según la corrección que sus almas necesitan. Pero a quien esto no le fue decretado y tiene dinero, y a pesar de ello limita sus gastos viviendo una vida de miseria – causa pena al Creador.
 
 
Continuará…
 
 
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed" – "Hilo de Bondad")

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