Los Huevos Perdidos #1

Si alguna vez pasaras en bicicleta o cabalgando rápidamente por "Manantial de Pureza" –y parpadearas– es muy posible que ni te darías cuenta que pasaste por el hermoso pueblecito…

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Rab Yonatán D. Galed

Posteado en 05.04.21

Basado en un relato por: Rab Lazer Brody
 
Ilustraciones: Rebeca Shapiro
 
 
Si alguna vez pasaras en bicicleta o cabalgando rápidamente por "Manantial de Pureza" –y parpadearas– es muy posible que ni te darías cuenta que pasaste por el hermoso pueblecito
 
 
Los Huevos Perdidos, primera parte:
 
A menos de ocho millas de la Posada del Viejo Isaac, encontrarás "El Manantial de la Pureza", un pequeño pueblecito que puede hacer sonreír abiertamente a cualquiera.
 
El centro de la cuidad es una pequeña calle de adoquines, con aceras desvencijadas, una tienda para suministro de agricultores y un lugar para descargas.La oficina de correos y la tienda de herramientas dan un toque de luz a la pequeña calle.
 
Casi nos olvidamos de la oficina del Guardabosques, el almacén de comestibles, y una cabaña de reposo para esquiadores.
 
Si alguna vez pasaras en bicicleta o cabalgando rápidamente por "Manantial de Pureza" –y parpadearas– es muy posible que ni te darías cuenta que pasaste por el pueblo…
 
Aunque, de verdad sería una pena perderlo ya que, como pronto verás, los personajes que viven allí pueden dar algunas lecciones a todos nosotros.
 
El Sr. Oscar, por ejemplo, es el dueño del almacén de comestibles y quien la dirige. ¡Él es un pequeño y  rechoncho hombrecito, con una cabeza calva y brillante, y con amigos en abundancia!
 
El Sr. Oscar tiene una pequeña chacra en las afueras de la ciudad.
 
En ella cultiva frutas y cría pollos que producen huevos blancos y marrones.
 
El señor Oscar expone sus productos frescos y los huevos en la acera, delante de su tienda.
 
Los huevos se encuentran agrupados en cartones abiertos de una docena de huevos cada uno, justo fuera del comercio al lado de la puerta.
 
El Sr. Oscar es un perfeccionista. Su tienda está impecable, y las latas siempre en Una misma hilera.
 
En cualquier momento, él puede hacer inventario exacto de todos sus productos.
 
Siempre se le ve con un lápiz detrás de la oreja y su limpio delantal blanco lo que le da la apariencia de un verdadero profesional.
 
La gente nunca vio al Sr. Oscar sin su agradable sonrisa… ¡Hasta el día en que sus huevos frescos comenzaron a desaparecer!
  
¡Ay! ¿Qué hará él ahora?…

 

 
Continuará…

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