El Juzgado de la Mente

Enseña el Midrash que el camino que debe seguir una nación está determinado por la persona que se encuentra a la cabeza de esa nación…

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Jaim Kramer con Abraham Sutton

Posteado en 05.04.21

Enseña el Midrash que el camino que debe seguir una nación está determinado por la persona que se encuentra a la cabeza de esa nación…
 

Rosh HaShaná: El Juzgado de la Mente

Los ojos de Di-s están sobre ella [la Tierra] desde la cabeza [comienzo] del año hasta su final. -Deuteronomio 11:2
 

 Enseña el Midrash que el camino que debe seguir una nación está determinado por la persona que se encuentra a la cabeza de esa nación (Bereshit Rabá 89:4). También en términos fisiológicos, no hay nada que suceda en el cuerpo sin haber sido primero procesado (a la velocidad de la luz) a través de las sinapsis neurales. De manera similar, en el ciclo del tiempo, Rosh HaShaná, el Año Nuevo Judío, es literalmente la "cabeza" del año. Durante el año no hay nada que suceda sin haber sido destinado, al menos de modo potencial, en la "cabeza".
 

Visualicemos el cerebro como un juzgado. El testimonio será dado por los sentidos, mientras que la mente, actuando como juez imparcial, pasará el dictamen.

La mente, en tanto que juez, realiza incontables y rápidas decisiones basadas en la información de los sentidos. Cuanto más precisa sea esta información, más posibilidad tendrá de llegar a una decisión correcta. La cantidad de información que debe ser procesada en el cerebro para poder cruzar una calle o conducir un automóvil o una bicicleta es asombrosa. Las primeras veces que una persona conduce está mucho más consciente de sus movimientos. Su reacción usual es, "¿Cómo podré concentrarme en mirar hacia delante, a los costados, hacia atrás y a la vez mover las manos y los pies (especialmente con el embriague y en una calle en bajada), todo a la vez y al mismo tiempo?".

Luego, y de manera milagrosa, el cerebro parece coordinar de alguna manera todas estas actividades en un suave fluir. Pero, aun así, cualquier detalle erróneo o dejado de lado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Aunque no seamos conscientes de ello, nuestras vidas están literalmente en peligro veinticuatro horas al día – y no sólo cuando nos encontramos en la ruta. Un movimiento incorrecto de nuestra parte, basado en un error de cálculo o una mala interpretación de la información entregada por nuestros sentidos, pueden llevar al desastre. Podemos entonces comprender la importancia de la rectificación y del ajuste de nuestros sentidos.

Las decisiones que basamos en la información procesada a través de nuestros sentidos tienen consecuencias muy importantes, que pueden afectarnos directamente como individuos y que pueden extenderse hacia aquellos que nos rodean: la familia, los amigos, los vecinos y los compañeros de trabajo. De hecho, los efectos de nuestras decisiones pueden mantenerse por generaciones enteras.

Ahora tratemos de imaginar el tribunal celestial en Rosh HaShaná.
De acuerdo con la tradición (cf. Zohar II,32b), cada Rosh HaShaná Di-s "Se sienta" a juzgar, basándose en cómo hemos vivido nuestras vidas en el pasado, individual y colectivamente, y decidir aquello que necesitamos, como individuos y en forma colectiva, para cumplir nuestras misiones particulares en la tierra en el año que está por comenzar. ¿Cómo se realiza este juicio? ¿Acaso debemos ser participantes pasivos en un juicio que determina no sólo el año entrante, sino todos los siguientes años de nuestras vidas y, más allá de la vida, la Eternidad? ¿Hay algo que podamos hacer para asegurar que seremos inscritos en el Libro de la Vida en Rosh HaShaná?

Hay algo que definitivamente podemos hacer. Podemos purificar nuestros sentidos, las "lámparas de nuestra menorá" y, a través de ellos, nuestros pensamientos. ¿Por qué? Porque nuestras acciones – todas las acciones del año pasado y también aquellas de los años precedentes – son meramente manifestaciones de nuestro patrones de pensamiento. La manera en la cual nos comportarnos es un resultado de la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos y a nuestra existencia en este mundo. Por lo tanto, el principal factor determinante que influencia nuestro juicio en Rosh HaShaná no es aquello que hemos hecho hasta ahora, sino cómo pensamos – que es el más poderoso indicador de cómo actuaremos de ahora en más. En Rosh HaShaná, todo "está en la cabeza". Son nuestros pensamientos los que determinan cómo seremos juzgados en este santo día.

Tal vez esto parezca injusto. ¿Qué sucede si una persona no puede evitar pensar ciertos pensamientos no adecuados en Rosh HaShaná? ¿Quiere decir que está condenada para siempre? Por supuesto que Di-s toma en cuenta las dificultades con las cuales Él prueba a cada ser humano, y es indulgente cuando es necesario. Pero esto no quiere decir que debamos tomar menos seriamente nuestros pensamientos. Si un mal pensamiento llega a nuestra mente, es nuestra responsabilidad absoluta desviarlo y arrojarlo fuera antes de que tenga la oportunidad de desarrollarse. Al principio esto resulta muy difícil – hasta que llegamos a comprender cuán fácil es. Esta es la "tarea" de Rosh HaShaná.

En esto subyace la clave de Rosh HaShaná en tanto que la "cabeza" del año. Así como la semilla contiene en potencia un árbol completo, de la misma manera en Rosh HaShaná se establece la pauta para todo lo que sucederá durante el año entrante. Así como cada miembro del cuerpo está conectado con el cerebro a través del sistema nervioso, de la misma manera todos los días del año pueden ser vistos como conectados a Rosh HaShaná y derivando su fuerza vital de ese día. En ese sentido, encapsuladas dentro de la esencia de cada Rosh HaShaná, se encuentran todas las lecciones que necesitaremos aprender durante el año.

Por consiguiente aquello que pensemos en el día de Rosh HaShaná será de crucial importancia, ya que el juicio del tribunal celestial no sólo estará basado en las acciones de los años anteriores, que no son tan importantes ni tan decisivas, sino en la calidad y el tema de los pensamientos que nos ocupen la mente en Rosh HaShaná. Si nuestros pensamientos son santos y sabemos que podemos cambiar para mejor, no importa lo que hayamos hecho en el pasado, ellos serán el factor decisivo en Rosh HaShaná. Esto "convencerá" a la corte celestial de que somos sinceros en nuestro deseo de que esta vida sirva como un tikún (rectificación), no sólo del año pasado, sino de todos los años de nuestras vidas y de todas las encarnaciones previas. Esto nos alineará con el plan último de Di-s para toda la creación.

Estos conceptos tienen una aplicación mucho más amplia. Cada Rosh HaShaná es sólo una "celda" de un gran sistema de Nuevos Años que en última instancia se conectan con el primer Año Nuevo en el Jardín del Edén. (La tradición nos dice que el Sexto Día de la Creación, día en que se creó a Adán, fue Rosh HaShaná; ver Pirkey de Rabí Eliezer 8. Rosh HaShaná es llamado iom harat olam, el "cumpleaños del mundo" , no por el mundo creado los cinco días anteriores, sino por la creación de Adán, el "microcosmos del mundo" , por quien toda la Creación fue traída a la existencia). De manera similar, cada persona en este planeta es parte de una conciencia mayor que llamamos Adán (humanidad).

En Rosh HaShaná, todas las criaturas de la tierra son "juzgadas" ; es decir, su existencia y misión son evaluadas con relación a su parte en el drama colectivo de la vida sobre esta tierra. El "veredicto" decretado es nada menos que aquello necesario para volverla a alinear con su propósito original. Por tanto,Rosh HaShaná implica reconectar todo lo que existe en el mundo con la semilla-pensamiento original de la creación, en términos de por qué existe y cuál es su propósito en relación al cuadro total de la vida.

Cuando el Rebe Najmán habla de Rosh HaShaná en términos de la "cabeza" , todas estas implicancias subyacen a sus palabras. Es por ello que enfatiza el hecho de tener pensamientos buenos y santos durante Rosh HaShaná, lo que requiere que seamos conscientes de cada pensamiento que entra en la mente y lo utilicemos para alcanzar una mayor conciencia de Dios. Por supuesto que también debemos prestar atención a nuestros pensamientos y mantenerlos puros todos los días del año; sin embargo, en Rosh HaShaná, la cabeza del año, el poder del pensamiento aumenta cientos de veces.

Es por esta razón que el Rebe Najmán enfatizó la importancia de viajar para estar con los grandes Tzadikim en Rosh HaShaná. Los Tzadikim son el rosh (cabeza), los verdaderos líderes de Israel. En Rosh HaShaná podemos rectificar y afinar nuestros sentidos juntando tres "cabezas":

Rosh HaShaná: la cabeza del año.

El Tzadik: el rosh y líder de Israel.

El rosh del individuo: la mente de cada persona y sus pensamientos.

Cuando estas tres "cabezas" se juntan y forman una sola cabeza, se producen grandes rectificaciones y se abre para nosotros una nueva dimensión de vida, allí donde antes sólo veíamos una interminable repetición del pasado.

– Extraído de "Anatomía del Alma" escrito por Por Jaim Kramer Con Abraham Sutton –

Gentileza: www.tora.org.ar

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1. Nancy

9/27/2019

Para tener en cuenta tres cabezas la cabeza del año nuevo, la del Zadik o lider, y los pensamientos individuales

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