Tu escudo protector

Yo siempre digo que la más grande salvación es poder vivir la verdad, aferrarnos a la emuná y no caer en la herejía. Esa es la única salvación que existe en este mundo. Cuando uno reza y Le pide a Hashem que le envíe la solución que necesita a sus problemas, ¿cómo tiene que rezar?

Y así es como uno tiene que rezar:

“Amo del universo, el peligro más grande de este problema que tengo es que pierda la emuná en Ti, que piense que Tú haces algo malo, que viva una mentira, que caiga en la depresión y que me queje constantemente, que olvide cuánto me amas. Amo del universo, la más grande salvación que espero de Ti es, en primer lugar, vivir con emuná, vivir con verdad, tener fe en que todo es para bien, no sentirme con derecho a recibir todo lo que quiero. Porque ¿para qué vine al mundo? ¿para juntar dinero? ¿para tener pareja? ¿para que tengamos hijos? ¿para que sea una persona sana? No. No es ese el objetivo para el cual vine al mundo. Yo vine al mundo para conocerte y estar conectado a Ti todo el tiempo. Entonces, lo que quiero obtener por medio de mis plegarias es, en primer lugar, emuná. Porque si tengo emuná, ya tengo todo lo que necesito.

Como sé que corro peligro de perder mi emuná debido a este gran problema que tengo, por eso Te quiero dar las gracias todos los días media hora por este problema en forma específica, para que siempre tenga presente que todo es para bien y que todo es con gran compasión, y que nadie me debe nada, y en especial Tú, no me debes nada, y que Tú siempre me amarás.

Que sea Tu voluntad que, en mérito de las gracias que Te daré, me salves y me protejas de todo pensamiento hereje, y que realmente sienta cuánto me amas, y entonces mi corazón se llenará de amor a Ti y, si logro eso, entonces habré hecho realidad mi más grande anhelo.

Esta es la causa por la cual es tan importante hacer media hora de agradecimiento todos los días, que es un tema que ya traté en detalle en mis otros libros. Y es el principal consejo para arrancar de raíz esa sensación tan peligrosa de que los demás nos deben algo, o que Hashem nos debe algo. No hay otra forma. Lo principal es dar las gracias profusamente por cada carencia que sufrimos.

Rabí Meir Abulafia dice que hay que esforzarse en forma especial con el tema de la gratitud. No es suficiente con dar las gracias una vez cada tanto.

Así como debemos tener horas fijas para hacer hitbodedut (plegaria personal) e introspección, de la misma manera es necesario hacer una sesión de agradecimiento de media hora todos los días, porque sin eso, uno cae en la herejía. Esta media hora de gratitud por las carencias, si la hacemos no con la intención de salvarnos de algún problema, sino de vivir con emuná, es un escudo protector espiritual que nos protege de todo tipo de errores, mentiras y pensamientos herejes.

Y entonces nuestras plegarias son plegarias de emuná y obran salvaciones, tal como enseña Rabí Najman de Breslev: “Cuando uno tiene el mérito de alabar y agradecer a Hashem a cada momento por todo lo que le sucede en la vida, al hacerlo, logra rezar de verdad, lo cual constituye la perfección de la plegaria”.