Pesaj: Responsabilidad colectiva
Uno de los temas subyacentes del korban Pesaj (sacrificio de Pesaj) es la importancia de ajdut - unidad nacional y el concepto de “cada judío es garante de su hermano”.
Hay una extraña insistencia en la unidad y la responsabilidad colectiva durante la semana de Pesaj.
Las partes dispares del pueblo judío pueden parecer naciones diferentes. Pero para Hashem, las partes son siempre UNA familia.
El Talmud dice: Hay dos cosas que no le pertenecen a la persona, pero la Torá la hace responsable de ellas como si le pertenecieran: una fosa que cavó en un dominio público, y jametz después de la hora sexta en erev Pesaj (Pesajim 6b).
El Talmud se refiere a lo siguiente. Aunque un dominio público no pertenezca a ningún individuo en particular, si una persona cava un hoyo en el dominio público que acaba causándole daño a otro, esa persona es responsable de ese daño como si el hoyo le perteneciera a él.
En cuanto al jametz (productos leudados), la Torá nos dice que no está permitido poseer jametz después de la hora sexta del decimocuarto día de Nisán. Sin embargo, advierte la Torá, si uno no se deshace de cualquier jametz que le haya pertenecido de acuerdo con la halajá (ley religiosa) antes de la hora prohibida de erev Pesaj, la Torá lo considerará responsable de guardar jametz en Pesaj.
Que la persona sea responsable de los daños debidos a una fosa que cavó en un dominio público es perfectamente razonable. Que la Torá le ordene a la persona renunciar a toda propiedad de jametz durante Pesaj, especialmente dado todo el significado simbólico del jametz, y que el judío sea considerado responsable por no hacerlo, también es razonable. Sin embargo, lo que no es obviamente lógico, es la necesidad del Talmud de enseñar ambas leyes en un solo aliento. Porque si nos fijamos bien – ¿hay alguna otra conexión entre estas dos leyes, aparentemente diferentes, que pueda proporcionar una visión de la festividad de Pesaj? (Después de todo, estamos en esa época del año en la que nos hacemos todo tipo de preguntas, verdad?)
Para responder a esa pregunta, tenemos que plantearnos otra: ¿El dominio público no le pertenece a nadie en particular o les pertenece a todos?
Si un dominio público es una sociedad conjunta, entonces cada individuo para el que ese dominio público específico es relevante posee una parte, aunque sea pequeña, de cada parte del dominio público -incluido el pozo que cava.
Sin embargo, si eso fuera así, entonces el Talmud no debería haber afirmado que la fosa no le pertenece a quien la cavó, lo que parece implicar, ni siquiera en form parcial. Si es así, entonces esto significa que el hombre no está siendo responsabilizado por su propiedad que ha dañado a otro, sino más bien, por haber cometido un acto irresponsable contra el propio público – el todo colectivo – del que él es parte integrante.
“¿Cómo se aplica este concepto a la festividad de Pesaj?
La respuesta es: porque durante la semana de Pesaj hay una insistencia extraña en la unidad y la responsabilidad colectiva. No lo percibimos tanto en nuestra época, porque ya no pasamos por el procedimiento de ser inscritos como parte de un grupo para una determinada ofrenda de Pesaj, ni nos encontramos en el recinto del Templo como parte de uno de los tres grandes grupos que ofrecían simultáneamente las ofrendas de Pesaj. Sin embargo, si hubiéramos vivido en aquella época, entonces ajdut -la unidad nacional y el concepto de que “cada judío es garante de su hermano”- habría sido muy real para todos nosotros.
Por lo tanto, el cumplimiento de la mitzvá y de todas las leyes de Pesaj (y de toda la Torá) no es una experiencia personalizada. Es, por el contrario, una experiencia colectiva, nacional. Y, por lo tanto, cuando incluso un solo judío es negligente en deshacerse de su jametz de acuerdo con la ley y la tradición, incluso sólo por ignorancia de las leyes, afecta a todos los judíos.
Porque, a pesar de todas nuestras discusiones, amargas peleas y “antipatía” revelada hacia el exterior, seguimos siendo un solo pueblo.
¿Entendieron? Un solo pueblo.
O mejor aún, como una misma familia. En la familia hay padres e hijos. Puede haber rivalidad entre hermanos y, en algunos casos, por desgracia, aversión mutua.
Pero para los padres, siempre es una sola familia, no importa cuántos hijos haya o lo diferentes que sean unos de otros. Si los hijos crecen, se casan y se mudan a otras partes del mundo, para los padres siempre es una sola familia. De hecho, a menudo parece que gran parte de ser padre consiste en asegurarse de que la familia siga siendo así.
Desde nuestro punto de vista, las muchas partes dispares del pueblo judío bien podrían ser naciones diferentes. Sin embargo, para Dios, nuestro Padre Divino, siempre es una sola familia, un solo pueblo judío.
Que el Pesaj de este año traiga consigo un sentido colectivo de responsabilidad y una desfragmentación del pueblo judío. Mientras nos preparamos para erev Pesaj, el momento en que ofrecemos la ofrenda de Pesaj, que tengamos el mérito de conocer otro tipo de eruv de Pesaj, aquel que tiene el poder de fusionar varias propiedades privadas en un solo dominio colectivo, unificado y lleno de un eterno sentido de confraternidad.
4/04/2023
LA NOSTRA PREGHIERA VA POR EL ROLO PRIMARIO DEL POPOLO DE ISRAELBARU HaSHEM QUE SE VEDEN SINIALES QUE ESTA POR VENIR ESTO.GRACIAS RAV POR AVER RICORDADO EN NOSOTROS ESTO.