¡El Enojo Destruye la Vida!

Todos quisieran romper las cadenas del enojo, pero pocos lo logran realmente. La clave para eliminar el enojo de nuestras vidas es la fe. En este artículo enfocaremos en el enojo y sus costosas consecuencias. Sin fe no se puede vencer la ira…

El enojo

El enojo destruye vidas. El enojo oscila entre humeantes chispas en el corazón y expresiones de ira exterior y  violencia. El enojo puede ser infundado, basado en razones imaginarias o puede ser aparentemente justificado. Puesto que nuestros Sabios condenan el enojo del tipo aparentemente justificado, por supuesto que se deben evitar todas las demás formas de enojo.

Todos desean romper las cadenas del enojo, pero pocos lo logran. La clave para eliminar el enojo es la emuná – la fe.

Viviendo nuestra fe

El manejo del enojo y soluciones parciales como ejercicios de auto control fracasan en desarraigar el enojo, solo la fe puede sacar el enojo del corazón del hombre. Personas con altos niveles de fe no son infectados con el enojo.

Puesto que el hombre viene a este mundo con el propósito de corregir su alma, es prácticamente imposible evitar situaciones que estimulen sentimientos de enojo. El Creador nos enfrenta con todo tipo de situaciones y eventos que no son de nuestro agrado, con fe, sabemos que todo viene de Él y para el bien. Sin fe, somos peligrosamente susceptibles al enojo.

Viviendo la fe, evitamos el enojo. Aunque los demás nos traten deslealmente, nos insulten, o nos causen extremas injusticias, si nos concentramos en el Creador y recordamos que todo lo que El hace es para nuestro beneficio, no caeremos en el enojo.

Incluso cuando las cosas no van como quisiéramos, o nos sentimos defraudados con nosotros mismos o por nuestros defectos, teniendo fe no nos disgustamos, sabemos que sobrepasar las dificultades de la vida y nuestras propias faltas representan la razón por la cual vivimos en este mundo. De manera que no nos enojamos. ¡Por el contrario, simplemente nos arremangamos las mangas de la camisa y nos ponemos a trabajar!

Cuando aceptamos las dificultades de la vida como mensajes personales del Creador, no solo evitamos el enojo, sino que logramos un alto nivel de satisfacción. No hay nada más satisfactorio que recibir un mensaje de Di-s, entenderlo, y responder con la acción necesaria.

Conciencia espiritual

Con fe, desarraigamos el enojo; con conciencia espiritual, adquirimos fe. Por lo tanto, para desarraigar el enojo de nuestras vidas, tenemos que rogar al Creador que nos ayude a lograr conciencia espiritual, que es la comprensión de que el Todopoderoso dirige el mundo y todo lo hace con un propósito específico. En consecuencia, en la vida nada es casualidad, ni azar.

EL Rey Salomón dijo: “El enojo reside en el seno de los necios” (Eclesiastes 7:10). La necedad es ignorancia, y esta es lo opuesto a la conciencia. Como tal, mientras más conozca la persona al Creador, estará menos sujeta al enojo. Por ejemplo, los niños fácilmente se disgustan cuando no logran lo que quieren, porque todavía no han desarrollado la conciencia espiritual. Por lo tanto, la madurez no es tanto una función de edad cronológica como lo es de conciencia espiritual.

La persona con una conciencia espiritual muy desarrollada y una fe sólida no se disgustará aún cuando sea sometida a insultos o humillaciones extremas, puesto que sabe que son pruebas, o aflicciones provenientes del Creador para facilitar la rectificación de su alma. ¡Por el contrario, están felices!

Un dios falso

El enojo tiene un efecto más negativo en el cuerpo y en el alma que todas las trasgresiones de la Torá.- El Zohar enseña que aunque la persona haya estudiado mucha Torá y realizado buenas acciones, pierde todos los méritos por caer en el enojo. Este se asemeja a un ácido espiritual que literalmente corroe el alma. El Zohar llama al enojo un “dios falso” que elimina la santidad del alma.

En consecuencia, la gente enojada se desconecta totalmente del Creador. Cuando la persona se enoja, su alma lo deja; las fuerzas oscuras del mal llenan instantáneamente el vacío creado por la salida del alma controlando a la persona enojada. Debemos esforzarnos para evitar ese abismo espiritual. El arrepentimiento solo es efectivo cuando está acompañado del estudio de la fe y se vence al enojo. Debemos desarraigar el enojo para recuperar la santidad del alma.

La clave para los enigmas de la vida

Con frecuencia escuchamos sobre fenómenos inexplicables e inesperados, tales como:

*La pareja llevaba un maravilloso matrimonio y de repente, la esposa pide el divorcio.

*Los socios formaron juntos un negocio próspero, y ahora uno exige que el otro compre o venda su parte.

*La persona que llevaba una buena vida, de repente no le alcanza lo que tiene sin motivo aparente.

*Una persona antes equilibrada de repente comienza a actuar brutalmente.

La lista es extensa. Una llave maestra abre todos los acertijos anteriores – el enojo. Al enojarse y perder su alma santa, la vida de la persona da un vuelco hacia lo peor. La esposa ya no quiere vivir con un esposo cuyos actos están dirigidos por el lado oscuro. La abundancia fue tomada de tal persona, así como también la cordura y la razón.

Por nada en el mundo debemos perder la alma santa. El enojo es peor que la persona alegórica que vende su alma por un poco de gozo, puesto que con el enojo, no recibimos nada a cambio. Por el contrario, hasta este mundo se convierte en un infierno.

Pureza del corazón

La única manera de purificar un corazón del enojo es estudiar constantemente los principios de la fe. Después de aprenderlos, debemos rezar al Creador y pedirle que la fe se convierta en una segunda naturaleza, como respirar o ver. Mientras más fe logremos, más alejaremos el enojo y purificaremos nuestro corazón.

Enojado Con el Creador

Los siguientes principios pueden sonar fuertes, pero mientras más pienses en ellos, más cuenta te darás cuan ciertos son:

*Cuando la persona está enojada, ¡en realidad lo está con el Creador!

*¡La persona enojada está disgustada con la manera como el Creador hace las cosas!

No es un "juego de niños"

Las dificultades – como todo lo demás en la vida – vienen del Creador para estimular el arrepentimiento, alentar la rectificación de una actitud o un mal hábito perjudicial, o para obligar a la persona a buscar al Todopoderoso.

Muchos individuos buscan una vida de ocio y por lo tanto están enojados por las dificultades de la vida. No tienen la menor idea de cual es su misión en esta vida, es decir, rectificar sus almas. La rectificación del alma – como cualquier otro logro valioso – requiere dedicación y trabajo duro, mientras que un "juego de niños" no requiere ninguno. La vida no es un "juego de niños", y este no puede rectificar el alma.

A la luz de lo antes mencionado, con frecuencia, el enojo es el resultado de la debilidad moral y espiritual cuando la persona no desea enfrentarse a los retos que el Creador le presenta en su propio beneficio.

– Basado en el gran éxito "En el Jardín de la Fe" por R.S. Arush –