A La Luz del Shabát – Jukát

Dos personas que padecían la misma enfermedad, fueron al mejor médico. Este les dio una receta con el tratamiento a seguir…

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Maór HaShabát

Posteado en 05.04.21

Dos personas que padecían la misma enfermedad, fueron al mejor médico. Este les dio una receta con el tratamiento a seguir…

 
La Ley
 
“Ésta es la Ley de la Torá” (Números 19:2).
La palabra "Jok" significa, textualmente, ley. Pero en su significado más profundo, se trata de una ley que no tiene explicación alguna.
Un claro ejemplo, y a su vez el más conocido, es el Preceptode “Pará Adumá”, la vaca roja, la que impurificaba a los puros y a su vez purificaba a los impuros.
Está escrito en la Torá sobre el Rey Salomón: "Y le dio HaShem a Salomón inteligencia y discernimiento… Siendo el mas inteligente de todos los seres humanos" (Reyes I 5:9-11). A pesar de esto, al estudiar la Parashá de “Pará Adumá” él reconoció: “Pensé que la iba a entender (a la Torá) sin embargo está muy lejos de mí” (Eclesiastés 7:23).
 
Estas Mitzvót (Preceptos), a las cuales no les encontramos explicación, las que para nuestro discernimiento no tienen un motivo lógico, nos demuestran que por más brillante que sea la persona, su inteligencia es limitada, y que existen cosas que van mas allá del pensamiento humano y son inentendibles para él.
Estas son la Torá y las Mitzvót
 
La palabra "motivo", en hebreo, se dice: "Táam", la que a su vez tiene un segundo significado: "gusto". Obviamente, hay una diferencia muy grande entre estas dos acepciones.
 
Antiguamente, muchos Sabios no querían investigar el motivo de las Mitzvót. ¿Por que? Ellos decían:
1. ¿Quienes somos nosotros para entender cuál es la razón justa de las Mitzvót? Nuestra comprensión es ínfima frente a la sabiduría del Creador del Universo, que esta dotado de una inteligencia infinita e inalcanzable.
2. Si nos pondríamos a investigar el motivo de las Mitzvót, por falta de conocimientos e inteligencia, podríamos llegar a despreciarlas al no entenderlas como es debido.
Por naturaleza, la persona siente curiosidad, y quiere saber el por qué de todo. Es por eso que nuestros Sabios, utilizaron esta característica para encausarla positivamente, enseñándonos a sentir el gusto agradable de la Torá y las Mitzvót.
 
Podemos explicarlo mejor con esta parábola: Dos personas que padecían la misma enfermedad, fueron al mejor médico. Este les dio una receta con el tratamiento a seguir, uno de ellos aceptó el diagnostico del medico sin cuestionarlo. Mientras que el otro, al darle al medico su diagnostico, lo empezó a objetar, preguntando como funcionaba cada medicamento y si estaba seguro que serviría para su enfermedad, pidiéndole pruebas y mas pruebas de su eficacia.
 
Finalmente, insatisfecho, decidió que él, según su convicción, decidiría que medicamento tomar y cual no.
Como consecuencia, el primer hombre, aquel que no preguntó y confió plenamente en el medico, se curo por completo, mientras que la enfermedad del segundo cada vez se agravaba más.
De igual forma, debemos cumplir las Mitzvót sin cuestionar ni averiguar el motivo de cada una.
 
¿Acaso el Creador del Universodesea que cumplamos las Mitzvót sin entender? ¿Acaso no sería mejor que nos dijera el motivo?
La respuesta es que por cuanto HaShemes el Creador del Universo, Él es el Único que conoce con precisa exactitud las necesidades de cada uno y uno en particular, y que es lo mejor para todos. Mientras que nosotros, aunque a veces creamos que lo sabemos todo, en realidad nuestro conocimiento es limitado, y en muchos casos, nuestro razonamiento puede ser equivoco.
 
El Creador espera que cumplamos las Mitzvót con plena fe en Su bondad, con la certeza de que sólo Él sabe lo que es bueno para cada persona.
 
En el momento que cumplimos con los Preceptos, aun desconociendo su significado, automáticamente nos reforzamos en nuestra confianza en HaShem. Y es en ese momento cuando nos sentimos, verdaderamente, hijos fieles de nuestro Gran Padre.
 
En algunas ocasiones, se nos presenta la oportunidad de hacer Mitzvót cuando estamos atravesando una situación difícil, en ese momento anteponemos nuestra conveniencia y dudamos en cumplirla, sin embargo es justamente allí cuando debemos cerrar los ojos y demostrar toda nuestra confianza en HaShem, con la certeza que Él sólo busca lo mejor para nosotros.
 
Cumpliendo las Mitzvót sin hacer cálculos
El hijo de uno de los más importantes rabinos de Israel estaba por casar a su hijo.
Llegó el día tan esperado, el día de la boda. Y sólo faltaban unos minutos para partir al salón en donde se llevaría a cabo la ceremonia.
Como es sabido, este momento, es uno de los más vibrantes en la casa de cualquier judío, cuando el padre y la madre bendicen a sus hijos con mucha emoción.
 
De repente se escucharon golpes en la puerta de entrada. El más pequeño de los niños se asomó para ver quien era. Corriendo volvió a su padre y le dijo: en la puerta hay un hombre que quiere hablar contigo, pareciera ser un hombre rico…
El padre no sabia que hacer, se encontraba en un dilema, ¿debía recibirlo o no?, era obvio que este hombre ni se imaginaba que, justo en ese momento, estaban por irse a la boda de su querido hijo.
Seguramente esta persona venia a pedir una donación para una institución y se había disfrazado de hombre rico, para no ser despreciado.
 
El dueño de casa nunca le había negado la entrada a una persona pobre, nunca nadie se había ido de su casa con las manos vacías, sin embargo este no era justamente el momento adecuado para sentarse con este hombre a escuchar su historia.
Por otra parte no deseaba herir a esta persona diciéndole que estaban por salir y no podía atenderlo.
 
Finalmente, decidió acercarse a la puerta con la certeza de que se trataba de una Mitzvá (Precepto) enorme, y que era este el momento justo para cumplirla, quizás este merito crearía ángeles que acompañarían a su hijo siempre.
Parado al lado de la puerta se encontraba un hombre muy elegante y respetable.
El hombre se apresuro a decir: -Sé que están por salir. Sé que hoy celebran la boda de su hijo, pero justamente este es el motivo por el cual yo estoy aquí, sólo quisiera hablar con usted unos minutos…
 
El padre estaba seguro que solo se trataba de un hombre que intentaba aprovechar este momento de tanta emoción, para conmoverlo y pedirle una donación, sabiendo que el dueño de casa no se negaría en ese momento a dar una caridad…, pero ya no tenia opción…, debería escucharlo…
Se encerraron en el cuarto más cercano.
 
El extraño visitante comenzó diciendo: dígame, ¿Cuál es el monto de sus deudas…?
El padre del novio pensó no haber escuchado bien.
Entonces, le repitió su pregunta, y agregó: mire, yo se que a causa de este casamiento se ha endeudado mucho, y verdaderamente desearía ayudarlo… por favor dígame cuales son sus deudas…
 
El padre estaba boquiabierto, no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Lo primero que pensó fue que este hombre se estaba burlando de él, pero finalmente entendió que se trataba de un judío rico que verdaderamente deseaba ayudarlo.
Con su cabeza gacha le dijo cual era la suma exacta de sus deudas. Más de 10000 dólares debería devolver. El hombre inmediatamente tomo un cheque de su bolsillo, escribió la suma y se lo entrego con una gran sonrisa….
 
Luego del casamiento, el padre se entero que este hombre había llegado recientemente a la tierra de Israel y se había conmovido al escuchar los graves problemas económicos que los judíos de allí padecían, especialmente los Avrejím (quienes dedican todo el día al estudio de la Torá), decidió buscar a una familia que estuviera por casar a un hijo para pagarle todos los gastos de la boda. Este buen hombre visito al Rab Eliashiv y le consultó cual era en ese momento la familia más necesitada, llegando finalmente a este hogar.
 
¿Cuál fue el mérito de este Talmid Jajam (erudito de la Torá)?
El mismo lo contó: unos días antes del casamiento debí atravesar una prueba muy difícil.
Era el uno de los recolectores más fuertes de caridad, su trabajo era muy difícil, consistía en ir de una sinagoga a otra hablando frente al público con la finalidad de convencerlos de realizar donaciones.
Un Motzaéy Shabát (salida del Shabat)antes del casamiento, se realizo una colecta, sin embargo, los directores de esta organización sabiendo que estaba por casar a su hijo decidieron no llamarlo.
Pero a último momento, se enteraron que la mayoría de los recolectores se encontraban fuera de la ciudad. Inmediatamente lo llamaron en busca de ayuda.
– Ese Motzaéy shabat debí pasar por una prueba muy difícil. Ellos me llamaron exactamente en el último minuto, y si normalmente ya me resultaba difícil esta tarea, esta vez se tornaba aun más costoso. No es fácil pararse frente a un público numeroso y solicitar donaciones, menos en un momento en el que mi cabeza no se encontraba justamente en su lugar.
Se vio frente a una prueba muy grande…: -era muy fácil para mí en ese momento librarme de este compromiso. Todos entendían mi situación y nadie se animaría a quejarse. A pesar de todo decidí hacerlo.
 
-En ese momento pensé: Gracias a Di-sestoy por casar a mi hijo, quien tiene un padre, hasta los 120 años, pero aquellos huérfanos que esperan mi ayuda no tienen un padre que los ayude…. Yo seré el padre que los ayudará…
Y así lo hizo. Finalmente HaShem lo recompensó….
 
 
– Tomado y Editado de Maor HaShabát, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable: Eliahu Saiegh –
 
(Con la amable autorización de www.tora.org.ar)

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