Rabi Najman sobre Janucá
Los días de Januca son días de agradecimiento y alabanzas al Creador. El agradecimiento y la alabanza son la esencia del deleite del Mundo Venidero...
Los días de Janucá son días de agradecimiento y alabanza. Y el agradecimiento y la alabanza son la esencia del deleite del Mundo Venidero…
Rabi Najman sobre Janucá
La semana que viene celebraremos si Di-s quiere la festividad de Januca. Y para entrar en tema, queremos presentarles una selección de consejos que ofrece Rabi Najman de Breslev en su libro Consejo acerca de esta fiesta tan llena de luz:
1. Cumpliendo el Precepto de encender las velas de Janucá reconocemos la gloria de Di-s. Su gloria es exaltada y magnificada en el mundo hasta que aquellos que estaban alejados del Creador se despiertan para retornar a Él.
Podemos alcanzar el verdadero temor al Cielo, armonía en el hogar y una plegaria genuina. La controversia y la difamación malévola son anuladas y se difunde paz universal en todos los mundos espirituales (Likutey Moharán I, 14).
2. Por medio de cumplir el Precepto del encendido de las velas de Janucá, atraemos sobre nosotros el Conocimiento del Creador, el Dáat. Este Conocimiento es el "buen aceite" (Salmos 133) de la memoria, por lo cual el hombre recuerda siempre que todo en este mundo, tanto en general como en particular, sólo tiene sentido en relación al Mundo Venidero.
3. Los días de Janucá son días de agradecimiento y alabanza. El agradecimiento y la alabanza son la esencia del deleite del Mundo Venidero. Ellos hacen que brille la luz de la Verdad: que podamos rezar verdaderamente, aprender la Torá verdaderamente de los labios del verdadero Maestro, y se realicen verdaderas uniones maritales.
Estos tres rayos de verdad envían luz a todas las facetas diferentes del habla y llevan a la facultad de la palabra a la perfección. Con esto somos capaces de traer la santidad y la alegría del Shabát a los seis días de la semana, así la simple unidad de Di-s es revelada.
Todas estas correcciones espirituales, tikuním, se producen mediante el encendido de las velas de Janucá y la alabanza y agradecimiento que ofrecemos en estos días.
Cuán valioso es si logramos y producimos esos tremendos tikuním, correcciones espirituales, en Janucá (Likutey Moharán II, 2).
4. Las peticiones de perdón que hacemos al Creador en Iom Kipúr, el "Día de la Expiación", nos ayudan a experimentar la santidad de Janucá. La razón es que el tema de Janucá es la consagración del Santo Templo (janukát Beit HaMikdásh), y en Janucá atraemos Su santidad sobre nosotros. Pero esto sólo es posible hacer cuando nuestros pecados han sido perdonados, como sucede en Iom Kipúr.
La gran enseñanza que el Santo Templo encarna y declara al mundo consiste en que "el Señor, Él es Di-s", en todos Sus aspectos Él es sólo Uno. Este conocimiento puede liberarnos de las garras del pecado. En ninguna otra parte el amor de Di-s por Israel es revelado con tanta claridad como en el perdón de los pecados.
Cuando irradiamos el santo Conocimiento de la unidad de Di-s a nuestros hijos y alumnos en esta generación y en todas las generaciones del futuro, podemos alcanzar una visión de los niveles transcendentales de la santidad, la cual está más allá de este mundo y lo que le rodea. Esta visión es un anticipo de la alegría del Mundo Venidero.
Es mediante el encendido del aceite de las velas de Janucá que llegamos a percibir estos niveles y luego nuestra misma vida y sustento son atraídos por la Voluntad Suprema. Podemos ser dignos de recibir una tremenda revelación de la Voluntad y favor del Creador incluso aun mientras comemos.
Recibimos el anhelo a cercarnos a Di-s con un deseo que no tiene límites. Pero sólo será posible alcanzar estos niveles en Janucá, si el hombre está cerca de un verdadero Maestro pleno de genuino amor. Cuán valioso es encontrar tal Maestro.
– Extraído del Likutey Etzót ("Consejo") por Rabi Natan de Breslev. Traducción al inglés del Rabino Avraham Greenbaum. Publicado por Breslov Research Institute) –
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