Protección contra Ishmael – 1ra parte

“Huye a la montaña, no sea que perezcas” (19:17) 

Esav e Ishmael

El Salmo 55 describe que antes de la llegada del Mashiaj, los judíos enfrentarán tiempos desafiantes y difíciles. Sufrirán a manos de los descendientes de Esav y Ishmael.

Sin embargo, todos aquellos que se sientan inspirados a retornar a Hashem a través de la teshuvá, merecerán la protección Divina. Como continúa diciendo David Hamelej, todos consentirán a Hashem diciendo: “Pasamos por fuego y agua, y Tú nos sacaste a la abundancia” (Salmos 66:12)

El Zohar HaKadosh (Volumen III, pág. 246) enseña que “fuego” se refiere a Esav y “agua”, a Ishmael. Antes de la llegada del Mashíaj, Esav y Ishmael infligirán sufrimiento a los judíos. Sin embargo, cuando retornen a Hashem, serán liberados de todos esos peligros.

Cuando llegue la Redención Final, los judíos Le dirán a Hashem (Salmos 13-14): “Te pagaré mis votos, que pronunciaron mis labios y habló mi boca en mi angustia”.

David HaMelej nos está dando una lección crítica. Durante la era antes de la llegada del Mashiaj, cuando se enfrentan a la tragedia y los tiempos difíciles, los judíos deben buscar la protección Divina mediante la búsqueda de la inspiración para cambiar y hacer teshuva. Sin embargo, la inspiración por sí sola no es suficiente. Deben aprovechar el poder de esa inspiración expresándolo a través de una “kabalá” – un compromiso verbal para cambiar su comportamiento. De este modo, se actualiza el potencial de teshuvá y cambio.

Esto es una mitzvá. Como dice el pasuk (Bereshit 28:20): “Y Yaakov pronunció un voto, diciendo…”. Nuestros Sabios enseñaron (Bereishit Rabá 70:1) que este pasuk nos enseña que siempre que uno se enfrenta a circunstancias peligrosas, cuando está sufriendo, debería hacer un voto para aceptar sobre sí mismo una mitzvá. 

Caballos y perros

Los tzadikim han enseñado que esto es análogo a un jinete con su caballo. Para que el caballo cabalgue más rápido, el jinete lo azota. El caballo no piensa que el latigazo viene del jinete. Lo único lo que ve es el látigo; y se mueve más y más rápido tratando de escaparse del látigo, o sea, del dolor. Como resultado, el caballo y el jinete cabalgan cada vez más rápido.

Esto es lo que escribió David HaMelej (Salmos 32:9), “No seas como un caballo, como una mula, que no discierne”… Es decir, no puedes ser como un caballo o una mula que no ve que hay un jinete sosteniendo ese látigo. Por el contrario, debes entender que cada evento doloroso que ocurre en este mundo es dirigido por Hashem, con el único propósito de despertar a los judíos a que fortalezcan su Avodat Hashem y su compromiso con las mitzvot.

Especialmente en esta generación, tenemos que ser diligentes para cuidarnos de la influencia de aquellos que nos llevarían a pensar que todo lo que sucede en este mundo es pura coincidencia y casualidad.

La Mishná al final de Sotá describe la era anterior a la llegada del Mashiaj y enseña que el rostro de la generación será como el “rostro de un perro”. El Jafetz Jaim, zt “l, explicó que cuando alguien arroja una piedra a un perro, ¡este la persigue e intenta morder la piedra! Ni siquiera se da cuenta de que hay una persona que arrojó la piedra. Así también, explicó el Jafetz Jaim, la generación anterior a la llegada del Mashiaj no reconocerá que Hashem ha enviado estos desafíos a fin de despertar a la generación a que haga teshuvá.