El Alfiletero Humano

A principios del verano de 1939, apenas dos meses antes de que los Nazis invadieran Polonia, Kaila Burda le dijo a su marido Gamliel: “No sé qué hacer…”

Este año, el Día del Holocausto en Israel cae el jueves 5 de mayo

A principios del verano de 1939, apenas dos meses antes de que los Nazis invadieran Polonia, Kaila Burda le dijo a su marido Gamliel: “No sé qué hacer. Jasia quiere ir a la colonia de verano junto con sus compañeras del colegio. ¿Por qué no la dejamos ir y listo?”.

“Kalia, esta es una época muy difícil. ¿Cuándo vas a entender que no podemos quedarnos más acá? Jasia es la única judía en su clase. Yo preferiría que se quede en casa”. Pero en casa no tiene nada que hacer, fuera de dibujar. ¡La pobre se queda sentada todo el día en casa y se la pasa dibujando y dibujando todo el santo día! Lo que necesita es salir un rato al aire libre y jugar con las otras niñas”.

Gamliel se encogió de hombros: “Eso es un problema, pero haz lo que tú quieras”.

Al final Jasia sí fue a la colonia de verano. Al final del primer día, Jasia volvió a casa toda llena de sangre, acompañada por una de sus maestras de sexto grado. “Nosotros no podemos hacernos responsables por su hija”, dijo la maestra en polaco a los estupefactos Gamliel y Kaila, que se quedaron parados en el umbral de la casa. “Ella es la única niña judía en nuestra escuela y las demás niñas lo saben. Estaban jugando a la “modista” y decidieron que la hija de ustedes sería “el alfiletero…”.

Después de Kristallnacht en Alemania, el antisemitismo en la vecina Polonia comenzó a escalar a un ritmo desenfrenado.

Si bien Gamliel tenía una visa de salida desde 1926, Kaila se negó a abandonar su nativa Grodno y a su amada familia. Gamliel juró que no iba a esperar al día siguiente – él se iba de Polonia junto con su hija de 12 años, con o sin su mujer.

Gamliel, Kaila y su hija Jasia se fueron de Polonia en el último buque que zarpó, pocas semanas antes de la invasión Nazi.

Hacia 1941, los judíos de Grodno fueron apiñados en el gueto de Grodno. Aquellos que sobrevivieron a las labores forzadas, a las enfermedades y al hambre fueron transferidos a Auschwitz y a Treblinka en 1942 y exterminados en las cámaras de gas en 1943.

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Hasta el día de hoy mi mamá -que Dios le conceda largos y sanos días- no se recobró del todo de aquel trauma que sufrió a la edad de doce años. Obviamente, esta imagen de su hija ensangrentada debe haber sido terrible para mis pobres abuelos, de bendita memoria.
La persona que contempla esta escena sin Emuná ni perspectiva histórica habría dicho de inmediato: “¿Cómo es posible que Dios permita una crueldad semejante?”.

Añadamos ahora la perspectiva histórica. Toda la familia de mi mamá que se quedó en Grodno fue masacrada, ya sea en el ejército polaco como en el gueto, o en Auschwitz o en Treblinka. Mi mamá, junto con sus padres, llegó a Norteamérica y creció, se casó y crió a sus hijos.
El “alfiletero andante” fue el que forzó a mis abuelos a dar ese paso decisivo. Gracias a ese alfiletero andante, ahora hay tres generaciones de la familia Brody viviendo una vida de Torá en la Tierra Santa de Israel.

Si miramos la imagen total, nos damos cuenta de que todo fue para bien.

Esta es la lección del Día del Holocausto. Es evidente que nadie es capaz de describir el dolor o siquiera imaginar aquello por lo que tuvieron que pasar los sobrevivientes. Pero cuando venga el Mashíaj, no hay duda de que todos sabremos por qué el Holocausto fue un paso necesario para alcanzar la completa redención de nuestro pueblo, rápidamente y en nuestros días.

El hecho de que entendamos o no entendamos qué es lo que hace el Creador y por qué lo hace no cambia el hecho de que todo lo que Él hace es para nuestro máximo bien, sin excepciones.. Y así como los jugadores no se van del estadio en el medio del juego, nosotros tampoco podemos saber el resultado de nada de lo que el Creador hace en este mundo si no lo apreciamos desde una perspectiva histórica.

Y hasta que no veamos el ciclo total de los movimientos del Creador en el tablero de ajedrez global, no podemos de ninguna manera comprender Su estrategia.

¿A que no saben qué? No nos incumbe entender ni la estrategia del Creador ni Su forma de pensar. Entonces la pregunta es ¿qué es lo que hacemos durante una crisis y en especial algo especialmente catastrófico?

Nos fortalecemos en Emuná, sabiendo que HaShem, el Creador del Universo, hace todo para bien, incluso cuando nos transforma en un alfiletero humano.

Y que sea Su Voluntad que las benditas memorias de todos los mártires del Holocausto jamás caigan en el olvido. Amén.