¿Quién quiere al Mashíaj? – 3ra Parte

La Gueulá no es un atajo, sino un proceso.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 13.06.24

“Tal vez esta semana…” le dijo Yosef a su amigo en la sinagoga. “Si Hashem quiere, con Su ayuda”, respondió el amigo. Cada semana los dos rellenaban un boleto de lotería y se deseaban éxito mutuamente. Pero aquel día una de las personas que estaban cerca los oyó e irrumpió en su conversación. “¿Qué? ¿Quieren ganar la lotería?”. “Por supuesto”, respondieron los dos. “Tenemos familias numerosas e hijos casados. Queremos comprarles departamentos. Unos cuantos millones más no nos vendrían mal…”.

“¿En serio?”, dijo el desconocido. “No tienen idea de lo que están hablando. No conocen mi historia personal, pero puedo decirles exactamente lo que le pasa a alguien que gana la lotería. A mí me pasó. Después de ganar la lotería, mi vida se vino abajo. Mi hogar se vino abajo. Y debo tanto dinero que, aunque trabaje el resto de mi vida, no podré pagar ni el diez por ciento de mis deudas…”.

Este fenómeno de personas de todo el mundo que ganaron la lotería y sus vidas se arruinaron, es un fenómeno muy conocido y extremadamente común. Y la pregunta que surge es – ¿cómo es posible?

La explicación sencilla es que cualquier cosa en la vida que no sea el resultado de un trabajo duro y un proceso largo y sistemático no puede perdurar, y al final causará dolor.

En la vida no hay atajos. Cualquier cambio repentino y extremo es muy peligroso para el cuerpo y el alma, ¡incluso un cambio para mejor! Y hay innumerables ejemplos de esto.

Incluso un preso que sale de la cárcel pasa por un momento difícil porque no está acostumbrado a la vida “fuera”. Y por eso los israelitas no salieron de Egipto en un día, sino que fue un proceso que duró casi un año entero, cuando todavía estaban en Egipto pero habían dejado de trabajar.

También después del Éxodo de Egipto tuvieron que pasar por un proceso de cuarenta y nueve días de refinamiento y purificación antes de recibir la Torá.

Y esto se llama “una Gueula apresurada”. El proceso no fue perfecto, porque no había opción. Y por lo tanto, incluso después de todo eso todavía no estaban listos para entrar en la Tierra y se vieron obligados a pasar cuarenta años en el desierto.

En los artículos anteriores hablamos de los errores que la gente comete sobre el Mashiaj y el anhelo de la Gueulá.

En el primer artículo, enfatizamos que debemos rezar para que la Gueulá venga con gran misericordia, sin problemas ni desastres, y que todas las almas judías, sin excepción, sean dignas de ella.

En el segundo artículo, enfatizamos que la persona debe rezar por la Gueulá sólo desde un lugar de fe completa, o sea, desde un lugar de alegría y gratitud por todo lo que tenemos, y no porque estemos luchando con nuestros problemas; debemos pedir por el Mashiaj debido a que él revelará y dará a conocer el Nombre de Hashem, y no por un Mashiaj imaginario que resolverá todos nuestros problemas.

En este artículo hablaremos de otro error, que complementa los dos primeros puntos.

Hay quienes piensan, equivocadamente, que la venida del Mashiaj será en un momento, y después todo será completamente diferente. Esto es un gran error. El período de Yemot haMashiaj (los días del Mashiaj) durarán años, e incluirá procesos profundos y una lenta reconstrucción del Pueblo Judío. No existe el “de repente todo irá bien”, porque un cambio así es peligroso y poco saludable.

Estos procesos tienen lugar en el Pueblo Judío colectivamente, y en todos y cada uno de los judíos personalmente.

Y estos procesos son difíciles y no siempre agradables.

Por lo tanto, cuando pides que venga Mashiaj para no tener que pasar por el proceso, en realidad estás pidiendo algo que es exactamente lo contrario de Mashiaj. Quien realmente quiere a Mashiaj quiere ver el proceso de la Gueulá, y esto lo podemos ver ahora mismo.

Sí –  todos los problemas y todas las dificultades que estamos experimentando – no entendemos lo que Hashem está haciendo – pero está claro que al igual que todo este largo exilio es parte de la preparación y el refinamiento del pueblo judío antes de la Gueulá, así también todos los problemas que tenemos hoy son una parte inseparable del proceso de la Gueulá.

Por eso, cuando uno reza para que venga el Mashiaj, debe pedirlo no porque estemos cansados de pasar por el proceso de la Gueulá, sino para que veamos claramente la Providencia Divina de Hashem en el proceso de la Gueulá y lo vivamos con plena emuná (fe) y alegría.

Y así también con cada judío en particular. El judío que verdaderamente anhela que venga el Mashiaj comprende que el proceso de su venida es un proceso de tikún (rectificación), y que ese proceso puede comenzarlo él mismo en este mismo momento.

Rabi Natan dijo “Mi Mashiaj ya está aquí”, porque Rabi Natan estaba involucrado en su propio tikún personal según el consejo de Rabi Najman y se dedicaba a hitbodedut todos y cada uno de los días. Y sabía que esto es exactamente lo que el Mashiaj les dirá a todos los judíos que hagan, por lo que no hay diferencia entre antes de la venida del Mashiaj y después.

El término Mashiaj se relaciona con el término hebreo “sijá” (conversación), porque él hará que todos los judíos hablen con el Creador en sus propias palabras y hagan teshuvá y jeshbon nefesh (dar cuenta de sus actos) cada día y pasen por un largo y sistemático proceso de rectificación de sus rasgos de carácter y adquisición de emuná.

En este proceso hay dificultades y nisionot, pruebas de la propia emuná. Este “entrenamiento” no es fácil, porque para ser digno de Gueulá, ¡hay que trabajar! Pedimos que venga el Mashiaj no para no tener que trabajar, sino para acelerar y aumentar nuestro trabajo.

Así que todo el que trabaje en sí mismo y haga una hora de hitbodedut a diario ya está viviendo en Yemot haMashiaj.

¿Cómo es esto? Para ser un soldado de combate hay que pasar por un entrenamiento muy duro y difícil. El soldado comienza su entrenamiento de arranque, y después de una semana ya ha tenido suficiente, y les dice a sus comandantes: “Estoy harto de este entrenamiento. Quiero pasar directamente a infantería y servir en el frente…”.

Si trabajas en ti mismo, te estás preparando para la venida del Mashiaj de la mejor manera posible, y así puedes rezar para que venga el Mashiaj; pero si no trabajas en ti mismo y no prestas atención a lo que te está sucediendo, ¡deberías tener miedo de que venga el Mashiaj!

La Gueulá no es un atajo, sino un proceso. El que reza por la Gueulá debe rezar para que sea capaz de hacer lo máximo de su parte para impulsar su proceso personal y el del Pueblo Judío en su conjunto, y para que tenga la fuerza para seguir adelante y soportar los procesos de la Gueulá.

Porque hemos pasado por este largo exilio para que salgamos de él “no precipitadamente”, como dice el navi: “esta vez no saldrás precipitadamente, no saldrás huyendo”. El Midrash dice: “Salieron precipitadamente de la tierra de Egipto, pero al final de los tiempos no saldrán en forma precipitada, no saldrán huyendo”. El Kli Yakar dice sobre esto: “En la Gueulá final, después de que el pecado habrá sido completamente borrado por este largo exilio, su mérito será suficiente para que salgan del exilio sin miedo, sin problemas, sin retraso y sin prisa”.

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1. PAULIN NIKOLLI

6/14/2024

BARUJ HaSHem,POR ESTE ENSENANSA ,GRACIAS RAB SHALOM HARUSH ,GRACIAS A BRESLEV.

Gracias por tu respuesta

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