Cambiar de perspectiva

Tal vez creas que no tienes capacidad de elección. Pero ahí es donde te equivocas.

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Grupo Breslev Israel

Posteado en 17.06.24

Querido amigo: quiero dejarte en claro que, no importa el nivel en el que te encuentres, y a pesar de cada dificultad que estés enfrentando, siempre eres capaz de elegir el bien. Tienes una forma de elegir en cada situación dada, y eres capaz de cambiar todos tus rasgos de carácter y mejorar tus deseos, y adquirir nuevos niveles en tu servicio Divino.

Piensa lo siguiente: tal vez creas que no tienes capacidad de elección. Esto es porque piensas que tu libre albedrío radica en el ámbito de la acción y ves que te falta fuerza para controlar y cambiar tu comportamiento. Pero ahí es donde te equivocas. Es verdad que no tienes control sobre tu comportamiento (tal como explicaremos más adelante). ¿Qué es lo que sí controlas? Únicamente tu voluntad. En el momento en el que descubres el poder del libre albedrío sobre el cual sí tienes control, entonces comprendes que cada persona, no importa en qué nivel se encuentre, posee una total libertad de elección y que todo lo que Hashem espera de nosotros es algo fácil, simple y accesible a cada persona, incluso a las personas más degradadas, más viles y más impías, literalmente, a cada persona que existe, no importa a qué nivel se encuentre.

Permíteme explicar. Estás equivocado si piensas que tu libre albedrío radica en el ámbito de la acción. La emuná (fe) simple nos enseña que todo está en manos de Hashem, incluyendo todo lo que hacemos, todo lo que decimos y todo lo que pensamos. Tus acciones no están en tus manos, sino que Hashem es el Amo de todas las acciones. Y tal como expresa en forma clara el primer principio de fe del Rambam (Maimónides): “Yo creo con fe perfecta que el Creador, Bendito Sea, crea y dirige a todos los seres vivos y que Él solo hizo, hace y hará todas las cosas”. Esta es la base de la fe, de la emuná: que el Creador Mismo llevó, lleva y llevará a cabo todas las acciones.

Esto debe entenderse en el sentido más literal, o sea, incluyendo hasta aquellas acciones que uno está seguro que dependen de uno mismo. Incluso ellas se producen únicamente por el poder de Hashem, ya que Él es el Amo del universo. Y siendo así, cada acción que la persona lleva a cabo surge del poder del Creador. Con referencia a esto, dice el versículo “Todas nuestras obras Tú las hiciste” (Isaías 26:12).

Siendo así, ¿cuál es el papel que juega el individuo? El individuo lo único que hace es implementar su voluntad. A eso se refiere la enseñanza de la Guemará que dice “Allí por donde la persona desea ir, por allí se la conduce” (Makot 10b). Uno no va a ninguna parte ni hace nada por sí mismo. Más bien, es como una marioneta con hilos que se manipula desde Arriba. Entonces ¿qué es lo que la persona hace ella misma? ¡Pone en práctica su propia voluntad! Y entonces se la conduce por el camino por el que desea ir, y con ese fin se le concede la capacidad de actuar.

Sin embargo, incluso si es incapaz de actuar, en el Cielo se considera como si hubiera actuado. Tal como afirma la Guemará: “Si una persona tuvo la intención de hacer una mitzvá pero se vio impedida, se considera como si la hubiera hecho” (Berajot 6a).

Por lo tanto, lo que más se espera de una persona es su voluntad, o sea, que quiera cumplir. Si hay algunos aspectos del servicio Divino que te ves impedido de llevar a cabo, no te pongas triste, ya que lo principal es que quieras hacerlos. Y entonces logras dos cosas: primero, tu voluntad se considera como una acción y segundo, con tu voluntad finalmente podrás lograr todo lo que te propongas, porque se te conducirá por el camino que deseas tomar. Y esto ocurre incluso si ahora no ves la forma de que esto se haga realidad. Cuando el Cielo quiera guiarte por allí, lo hará sin ninguna dificultad. Hashem es Todopoderoso y Él puede hacer que alcances todo lo que anhelas.

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