¿Quién quiere al Mashíaj? – 4ta parte

No reces por el Mashíaj antes de leer esto – Continuación

Se dice en nombre del Admor Hazaken de Lubavitch, el Baal Hatania, que su mérito nos proteja, que el Mashíaj que todos piensan que vendrá – nunca vendrá; el Mashíaj que vendrá será alguien totalmente inesperado. Ya estamos en el cuarto artículo de una serie sobre el Mashíaj, y hemos aclarado el tema desde diferentes ángulos para aclarar quién es el Mashíaj, qué esperamos y por qué rezamos.

Hemos dicho que el Mashíaj no es un alguien que simplemente va a resolvar nuestros problemas; más bien, dará a conocer a Hashem y revelará la emuná (fe). Dijimos que el Mashíaj no es un fenómeno al estilo “abracadabra”, sino un proceso largo y profundo. Dijimos que la llegada del Mashíaj depende del trabajo  personal de cada uno sobre uno mismo y de la difusión del judaísmo. También dijimos que hay que rezar para que el Mashíaj venga con misericordia y para que todos los judíos sean meritorios de su venida.

Según esto, lo que dice el Baal Hatanya es comprensible. Porque pensamos – infantil y erróneamente – que el Mashíaj vendrá de cierta manera y esperamos que realice ciertos actos; pero llegará de una manera completamente diferente y realizará actos completamente diferentes. Y cuanto más se comprenda la esencia del Mashíaj, más precisas -y ciertamente más eficaces- serán las plegarias.

En este artículo hablaremos de un punto muy central de todo el tema del Mashíaj. Es un punto que quien lo entienda y lo viva puede estar viviendo en los Iemot haMashíaj (los días del Mashíaj) ¡ahora mismo! Sí, es así tal como suena. Comencemos entonces:

Al Mashíaj se lo llama “Mashíaj ben David”, porque es descendiente directo de David Hamelej; y el reinado que tanto deseamos que regrese y rectifique el mundo es “el reinado de Beit David”: ¡todo viene de David Hamelej!

¿Qué tiene de especial David Hamelej? ¿Por qué Hashem yitbaraj lo eligió a él y a sus descendientes para ser los reyes y los salvadores del pueblo judío?

Y la respuesta es: David era todo plegaria, como dice de sí mismo: “Y yo soy plegaria”.

David Hamelej vivió sus plegarias y enseñó a rezar a todo el Pueblo Judío – para todas las generaciones. Fue él quien nos legó el maravilloso regalo conocido como el libro de los Tehilim.

Es él quien señaló la principal tarea del ser humano en este mundo, la tarea de la que depende toda su rectificación personal así como la rectificación del mundo: ¡La plegaria!

Por eso el Mashíaj, descendiente y continuador de David, tiene la misión de insertar en el mundo la avodá de la plegaria: fortalecerla, enseñar a todos los judíos a rezar correctamente; ya hemos mencionado en artículos anteriores que el nombre Mashíaj viene de síaj (conversación), plegaria.

Rabi Najman dice que el Mashíaj les enseñará a todos los judíos a rezar el Shmone Esrei sin la interrupción de pensamientos ajenos. Al igual que ahora cada judío se pone Tefilín todos los días, en Iemot haMashíaj, dice Rabí Najman, cada judío pasará una hora al día haciendo hitbodedut.

Así que si quieres que venga el Mashíaj, haz de la tefilá (plegaria) el centro de tu vida. Como dice Rabenu: “Todo su corazón debe estar concentrado en ello” – ¡eso es Mashíaj!

Y no es sólo que el Mashíaj recomiende la tefilá; esta es fundamental tanto para el exilio como para la Redención. Rabenu explica que toda la historia de Yaakov y sus hijos yendo a Egipto es en realidad la historia de la tefilá yendo al exilio, y hasta el día de hoy la tefilá sigue en el exilio, pues la plegaria es llamada en la Guemará: “Algo que es de suma importancia, y que sin embargo la gente trata con desprecio”. Rabenu dice que el exilio de la tefilá y la hastará (ocultamiento del rostro Divino) que descansa sobre ella – ese es el aspecto principal del galut (exilio).

Rabenu dice además que el punto principal de la Gueulá (Redención) es redimir a la tefilá de su galut, y por lo tanto cada uno está obligado a comenzar su tefilá (es decir, el Shmone Esrei) inmediatamente después de completar la brajá de “ga’al Israel” (salvador de Yisrael). Porque el punto principal de la Gueulá es redimir la tefilá para que la tefilá pueda ocupar el lugar que le corresponde y recibir la atención que le corresponde, ya que toda la creación comprenderá que la tefilá es lo más elevado del mundo.

Por eso Jizkiahu dijo de sí mismo: “Hice lo que es correcto a Tus ojos”. Hice lo que es correcto a los ojos de Hashem. ¿Y qué es eso? Nuestros Sabios dicen que eso se refiere al hecho de que, en efecto, comenzó su Shmone Esrei inmediatamente después de completar “ga’al Israel”. Rabenu explica que él redimió a la tefilá de su exilio, y eso hizo que se encendiera la chispa del Meshiaj, y por lo tanto podemos entender por qué los Sabios dicen que Hashem quería convertirlo en el Meshiaj.

E incluso el Beit Mikdash – toda su esencia es “Porque Mi casa será llamada casa de plegaria para todas las naciones” – en otras palabras, lo que tanto esperamos – la venida del Mashíaj que construirá el beit Mikdash – es para que el mundo se una en torno a la plegaria.

Y por eso en todas nuestras plegarias sobre tikún olam (rectificación del mundo), rezamos también sobre la tefilá: “Y toda la humanidad invocará Tu nombre”. Y así, cuando pedimos por la Gueulá, decimos “Que hagas florecer rápidamente la descendencia de David Tu siervo” – ¡Amo del Mundo, revela la luz de David Hamelej, que es la luz de la tefilá en el mundo!

Se menciona en nombre del Arizal que la redención final no se deberá a la bondad de Hashem sino al mérito del Pueblo Judío, que será digno de la redención es decir, se despertará para rezar mucho, tanto como sea necesario, hasta que la Gueulá venga debido al Atributo de Justicia y de Compasión.

Cuando inviertes en la plegaria, le das a la plegaria el poder de liberarse de su exilio, como escribe Rabenu: “Cuando la gente reza con fuerza, eso le da a la plegaria la fuerza para resistir a la malvada realeza y salir del galut”. Vale decir, el más grande medio para acercar la Gueulá es rezar con kavaná (concentración). Incluso cuando no estás rezando por la Gueulá, en realidad estás acelerando su llegada – porque eso es precisamente la Gueulá.

Resulta que cualquiera que verdaderamente vive en tefilá y está conectado a ella, y es su ser-todo y-todo, e invierte en cada plegaria y la ve como una meta suprema y siempre está diseminando y fortaleciendo el asunto de tefilá -esa persona ya está viviendo en la Gueulá, en Iemot haMashíaj, y también está acelerando la Gueulá de todos los judíos.

Y cuando el judío realmente vive su tefilá, se expresa no sólo en las plegarias rutinarias; sino que se dirige al Santo, Bendito Sea, y Le habla cada día y en cada oportunidad usando sus propias palabras. Eso es lo que se llama “hitbodedut”. El Mashíaj simplemente le enseñará al pueblo judío y al mundo entero a hacer hitbodedut y a arrepentirse y hacer jeshbon nefesh (rendir cuentas) todos los días, y a pasar por un proceso largo y sistemático de rectificación de los propios rasgos (tikún hamidot) y de adquisición de emuná a través de la tefilá.

Continuará…