Aprendamos a Aceptar los Altibajos
A todos nos da terror la posibilidad de equivocarnos y después tener que vivir con la culpa de habernos complicado la vida a nosotros mismos y también al resto de la familia.
A todos nos da terror la posibilidad de equivocarnos y después tener que vivir con la culpa de habernos complicado la vida a nosotros mismos y también al resto de la familia.
Muchas veces la gente se pregunta por qué se siente tan triste y tan ansiosa. Por lo general, esto se debe a que se enfrenta a una plétora de opciones: desde qué preparar para la cena, pasando por con quién casarse hasta a qué escuela enviar a los hijos. Cada una de esas decisiones nos conduce a todo un grupo de consecuencias, algunas obvias y otras no tanto; algunas positivas y otras negativas. A todos nos da terror la posibilidad de equivocarnos y después tener que vivir con la culpa de habernos complicado la vida a nosotros mismos y también al resto de la familia.
A medida que las responsabilidades se van multiplicando, también se van multiplicando las decisiones que tenemos que tomar y también la ansiedad que sentimos, y en especial cuando explota la burbuja y nos “equivocamos” en tal o cual decisión, y nos damos cuenta del lío en que nos metimos.
A menudo, la gente se enfrenta a la ansiedad del “exceso de opciones” de dos maneras diferentes: o bien se desconectan o bien se transforman en fanáticos del control, y tratan de reducir al máximo todo lo que desconocen y todos los riesgos que ello acarrea. Si somos sinceros, veremos que ninguna de estas dos opciones verdaderamente llega a la raíz del problema.
¿Y cuál es la raíz del problema? Que no creemos en Dios o que sí creemos, pero no verdaderamente creemos en que Dios es el que dirige el mundo y que cada detalle de nuestras vidas, hasta el más minúsculo, e inclusive las situaciones tan difíciles en las que nos encontramos a veces, fueron diseñados en forma especial por Él y que todo es en última instancia para nuestro propio bien.
O diciéndolo con otras palabras: la raíz del problema radica en que no vivimos en el Mundo de la Emuná. La gente con emuná tiene confianza en las decisiones que toma, porque sabe que incluso si resulta ser una decisión “errónea”, finalmente va a conducir a algo bueno.
Además, la gente con emuná sabe que Dios está detrás de todo lo que ocurre, así que se esfuerzan mucho más por hacer entrar a Dios en la escena ya desde el comienzo, incluyéndolo en el proceso de toma de decisiones. Y cuando la decisión que uno toma la toma con inspiración Divina, entonces por lo general, es la decisión acertada. E incluso en esas ocasiones infrecuentes en las que las cosas no salen como esperábamos, de todos modos sabemos que todo proviene de Dios y que finalmente será para nuestro propio bien.
¡Dios puede hacer cualquier cosa! Dios puede dar vuelta las cosas en un millonésimo de segundo. Dios puede darte toda la inspiración, toda la información y toda la claridad que necesitamos para poder tomar una buena decisión. Dios nos ama. E incluso si todo el tiempo nos equivocamos, Él quiere que retornemos a Él, para que pueda darnos un abrazo, y ayudarnos a empezar a arreglar el lío que hicimos. Por eso tenemos que confiar en Dios, y confiar en que todo lo que Él hace proviene de un lugar de amor, de amor profundo. Tenemos que estar dispuestos a decirnos a nosotros mismos: “Ahora mismo voy a volver a Dios. E incluso si Él quiere darme una cachetada, voy a aceptar todo lo que Él haga, porque no estoy dispuesto a renunciar a Dios”.
Por supuesto que Dios Mismo jamás renuncia a nosotros. Él nos ama y nos acepta en forma incondicional, y siempre lo hará.
A esta altura, tu Mala Inclinación muy probablemente estará saltando como loca, tratando de acaparar tu atención. Aquí estoy yo, diciéndote que Dios es capaz de cambiar todo en un instante, que Dios te puede quitar toda la ansiedad, que Dios puede poner fin a tu depresión -en forma permanente- y tu alma ya casi se convence. Estás ya casi listo para empacar tus problemas y mudarte al Mundo de la Emuná.
Pero si lo haces, entonces se terminó el partido. Y a tu Mala Inclinación eso no le gusta nada. Por eso ella está haciendo un último y desesperado intento por llevarte a las rastras de nuevo hacia las dudas, la confusión, la ansiedad y la depresión.
“Aguarda un minuto. ¿Quién es este Dr. Ballen? Piensa un segundo: si todo este tema fuera tan fácil de afrontar, entonces ¿por qué hay tanta gente en el mundo entero sufriendo de ansiedad, de depresión y tomando Prozac? ¡Acuérdate de todas las veces que trataste de ‘mirar en positivo’ y fracasaste? Hiciste el intento durante dos semanas enteras, tres años atrás, y fue un rotundo fracaso. Y hasta te sentiste peor que antes. ¿De veras vas a creer en las locuras que te está tratando de meter en la cabeza este tipo?”.
¿Acaso alguna vez te preguntaste por qué la Mala Inclinación sigue merodeando, tratando de hacernos caer en la trampa, de confundirnos y de transformarnos en personas cínicas, deprimidas y amargadas? Después de todo, Dios es capaz de hacer lo que quiera. Sin ningún problema, Él ya hace rato podría habernos librado de nuestra Mala Inclinación, incluso hace ya miles de años. ¿Por qué, entonces, todavía tenemos que seguir luchando? La respuesta es: porque Dios no va a hacer todo el trabajo en lugar de nosotros, ya que de esa manera estaría quitándonos nuestro libre albedrío, gracias al cual podemos esforzarnos para ganarnos nuestros méritos espirituales.
E inclusive cuando tenemos un maestro, un guía espiritual que puede prever el futuro, aun así tenemos que hacer nuestro trabajo, quitando de nuestras mentes el veneno de la duda y la confusión. Mi propio rabino, el Rabino Shalom Arush, no siempre responde en forma directa las preguntas que le hace la gente. ¿Por qué? No porque no pueda responder, sino porque no siempre es eso lo que Dios quiere de Sus santos maestros.
Dios nos dio la Mala Inclinación para que nos enfrentemos a ella; nosotros, no nuestros rabinos. Nosotros: los débiles, los deprimidos, los limitados, los confusos, los ansiosos. ¿Y por qué? Primero, porque Él sabe que somos capaces de hacernos cargo de la tarea. Segundo, porque cada vez que nos esforzamos por vencer a la Mala Inclinación, Le estamos causando una enorme felicidad a Dios.
Dios quiere nuestro esfuerzo, nuestra lucha; Él quiere que volvamos a levantarnos una y otra vez, después de que nos caímos. Y si eso es lo que Dios quiere de nosotros, entonces ¿Por qué nosotros queremos algo diferente? ¿Por qué queremos “soluciones rápidas”, “opciones fáciles” y “curas instantáneas” que exigen muy poco esfuerzo de nuestra parte? ¿Por qué queremos algo que Dios no quiere para nosotros?
Cuando nos empecinamos en reprimir, evitar o apagar nuestros sentimientos negativos, estamos actuando como si directamente no creyéramos en Dios.
Si no crees que lo que Dios está haciendo con tu vida te va a conducir a la más grande felicidad -incluso si por ahora esto implica hacerte sentir ansioso y deprimido – entonces simplemente no crees en Él. Y está bien, porque entonces sabemos que hemos perdido nuestra fe y que tenemos que empezar a anhelarla de nuevo. Y no pasará mucho tiempo antes de que clames ante Él desde un lugar todavía más elevado.
Ya sé lo que estás pensando: que es demasiado doloroso ver lo bajo que he caído; en qué terrible situación me encuentro; qué inútil me siento. Ahora bien: el antídoto a todo esto es no darnos por vencidos y seguir tratando de sentirnos felices. Tenemos que ejercitar nuestros músculos espirituales hasta más no poder. Tenemos que sentir el dolor. El dolor es solamente temporario, y es el medio por el cual podremos alcanzar un increíble período de crecimiento y de abundancia. Porque apenas Dios amaine, sentirás un alivio. Así es como tenemos que enfrentar el dolor en la vida: no como algo de lo que tenemos que escaparnos a toda costa, sino como algo que tenemos que encarar y utilizar para nuestro crecimiento personal.
7/18/2018
Los altibajos
El reconocer nuestras debilidades nos permite acercarnos más a Nuestro Creador….. confiar en si amor y en su benevolencia.
7/18/2018
El reconocer nuestras debilidades nos permite acercarnos más a Nuestro Creador….. confiar en si amor y en su benevolencia.