Un mundo de infinitas posibilidades

Cuando uno insiste en su postura sin aceptar la realidad, se está condenando a sí mismo a una vida de frustración, porque nunca va a poder ser de esa manera.

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 05.04.21

Nuestro tiempo de estadía en este planeta es muy limitado. Lo máximo que podemos aspirar a vivir son 120 años y Dios nos da ese lapso para que llevemos a cabo un trabajo espiritual. Si no trabajamos para acumular méritos tal como se espera de nosotros, entonces vamos a tener que empezar todo de nuevo, desde cero. Dios nos va a seguir mandando una y otra vez a este mundo, hasta que logremos completar la misión para la que fuimos creados.

 

La buena noticia es que, finalmente, a todos se nos garantiza que tendremos éxito. Nuestros profetas nos dicen que todas las naciones del mundo van a conocer a Dios. Incluso las naciones más “malvadas” van a tomar conciencia de que todo su prestigio y todas sus ventajas materiales tienen que ser puestas al servicio de los que están más cerca de Dios, y que no temen arriesgarse y sufrir dolor y aflicciones.

 

Pero aun antes de llegar a esa “etapa final”, aquellos que están dispuestos a vivir con incertidumbre ya van a gozar de una vida muchísimo mejor en este mundo. Esto se debe a que cuando la gente exige que todo sea exactamente tal como ellos desean, se están condenando a sí mismos a una vida de miseria y frustración, porque nunca va a poder ser de esa manera.

 

Si nuestro “plan modelo” no concuerda con los planes que Hashem tiene para nosotros, entonces vamos a ser tremendamente infelices. Pero cuando cambiamos de planes y los modificamos de acuerdo con las circunstancias en las que nos encontramos, y de acuerdo con los indicios Divinos que constantemente recibimos, entonces todos vamos a llegar adonde tenemos que llegar en la vida, aunque no sea el lugar donde teníamos intenciones de llegar en un principio.

 

He aquí un ejemplo…

 

Un conocido mío negociaba hace poco con el dueño del departamento acerca de la oportunidad que se le había presetnado de mudarse con su familia a un departamento que le reduciría los costos en un cincuenta por ciento. El hombre había tenido problemas para pagar el alquiler durante varios meses y le atraía mucho la idea de mudarse a un departamento más barato en otro barrio, que le iba a posibilitar un mejor estándar de vida a un precio mucho más barato. Ya había encontrado el departamento ideal y todo, pero el propietario empezó a exigirle ciertas condiciones que lo hicieron sentir muy incómodo. En primer lugar, quería que le pagara tres meses por adelantado; además no estaba dispuesto a arreglar ningún artefacto que se rompiera y para colmo, quería que le pagara un mes de alquiler adicional para cubrir el mes que había perdido cuando se fueron los inquilinos anteriores.

 

Por un lado, se trataba de un departamento espectacular, en un barrio buenísimo, y a un precio sumamente atractivo. Pero si bien era una “pichincha”, nuestro potencial alquilino decidió no firmar contrato. “Algo” (un mensaje integrado de Hashem ) le decía que se estaba metiendo en problemas y que tenía que seguir teniendo fe en Hashem, que Él le enviaría algo mucho mejor. Y así fue como siguió orando para que llegara una oferta mejor.

 

Un par de días más tarde, nuestro amigo recibió una llamada del agente inmobiliario, que tenía excelentes noticias: “Escucha, el dueño cambió de opinión. Está dispuesto a limpiar el departamento, a pintar las paredes y a arreglar cualquier desperfecto. ¿Todavía te interesa el departamento?”. Nuestro amigo pasó la prueba de renunciar al departamento “ideal” y al final Dios se lo entregó todo arreglado en bandeja de plata.

 

Por supuesto que Dios hace millones de cosas a la vez. Además de darle a mi amigo la oportunidad de hacer crecer su emuná al decodificar el mensaje que Él le estaba enviado, y proceder en base a él, también le había dado al propietario la oportunidad de arrepentirse y transformarse en una mejor persona. Porque cuando actuamos con emuná, Dios nos conduce por el camino indicado y tomamos las decisiones correctas.

  

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