Elevando lo mundano

La búsqueda del sustento parecería estar totalmente separada del estudio de la Torá, nuestras plegarias y nuestros logros espirituales. La pregunta es cómo integrarlas...

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Dennis Rosen

Posteado en 04.04.21

La mayoría de nosotros vive una vida doble.

 

Todo el tiempo que pasamos ganándonos la vida parecería estar totalmente separado de nuestro estudio de la Torá, nuestras plegarias y nuestros logros espirituales. La pregunta es ¿cómo podemos integrar todos estos aspectos de la vida?

                      

Las intenciones cuentan.

 

Al final de la parashá Bereshit, la Torá dice: “Janoj anduvo con HaShem”. Tal como explica el rabino Zelig Pliskin en su libro Ama a tu prójimo, el Midrash dice que Janoj era un zapatero cuya mente estaba sumida constantemente en temas exaltados. No eran pensamientos místicos, sino que se esmeraba mucho por asegurarse de que cada puntada fuera perfecta de modo que no engañara a sus clientes. Él trataba de hacer que cada zapato fuera lo más cómodo posible a fin de prodigarle a todos sus clientes el máximo confort. En otras palabras, su principal motivación era ayudar a los demás más que meramente vender zapatos para ganarse la vida.

 

El Jafetz Jaim habló en cierta ocasión con un joven que era farmacéutico y le dijo que lo envidiaba por la forma en que él servía a HaShem en su profesión haciendo tanta bondad con los demás, a lo cual el farmacéutico respondió: “Si le voy a ser franco, la verdad es que hago esto para ganarme la vida”. El Jafetz Jaim dijo que no hay ningún problema en ganar dinero, pero al mismo tiempo uno debería tener en mente que está sirviendo a HaShem al ayudar a los demás. El joven farmacéutico se tomó muy en serio aquel consejo y a partir de ese día cambió su forma de pensar. Con el tiempo, el farmacéutico llegó a ser un gran erudito de la Torá y líder de su comunidad.

 

Creando una estrategia de integración

 

A partir de estas dos historias, podemos empezar a construir una estrategia para integrar nuestros esfuerzos cotidianos en el trabajo junto con nuestra vida espiritual, transformándonos en un ente armonioso. Esto elevará y santificará las horas que pasemos en el trabajo y al mismo tiempo nos permitirá aprovechar este tiempo para acercarnos a HaShem.

 

  1. Debemos recordar que servimos a HaShem al ayudar a los demás como resultado de nuestro trabajo. No importa el tipo de trabajo que tengas, siempre puedes encontrar formas de ser de beneficio a los demás.
  2. Recuerda que trabajas para mantener a tu familia, educar a tus hijos y apoyar las causas de HaShem. Pídele a Él que te ayude a alcanzar estos objetivos que en realidad son Suyos.
  3. Recuerda que tu misión es santificar el nombre de HaShem y acercar a la gente a Él como resultado de tu comportamiento modelo en el trabajo. Esa es la principal función del judío. Recuerda que la medida en la que la gente percibe la presencia de HaShem en este mundo depende de ti.
  4. No olvides orar antes de emprender una nueva tarea o una nueva transacción o negocio. Dice el Jazon Ish que al orar antes de cada cosa, tanto grande como pequeña, estamos fortaleciendo nuestra emuná. Además, Rabi Najman de Breslev enseña que obtener cualquier logro sin haber orado antes es malo para la persona porque le crea la falsa impresión de que el éxito es por propio mérito, lo cual puede inflarle el ego y llevarlo a la arrogancia.
  5. Tenemos que darle las gracias a HaShem por cada logro, tanto grande como pequeño. No hay nada que nos acerque más a HaShem que la gratitud. El término hebreo de la palabra “judío”, Yehudí, proviene de la raíz “hodaá”, que significa dar las gracias. Dar las gracias constituye una parte fundamental de nuestro trabajo ideal. Las expresiones de gratitud nos acercan a HaShem y promueven la verdadera felicidad. Dice Rabi Najman que cuanto más gracias uno le de a HaShem más motivos tendrá para dar las gracias.
  6. Tenemos que usar nuestra experiencia laboral para construir la emuná. En la plegaria ashrei que se recita tres veces al día decimos: “Todos los ojos miran hacia Ti con esperanza y Tú les provees su alimento en el momento adecuado”. En otras palabras, miramos a HaShem en busca de nuestro sustento, no al jefe ni a la inversión en la bolsa de valores. Al hacer esto estamos invocando la compasión Divina, que es la que abre los canales de la abundancia. Esto nos coloca por encima de las estrellas, en una situación en la que podemos ganarnos el sustento con abundancia incluso en circunstancias adversas.

 

 

Dice el Rabino Arush que existe una fórmula de dos palabras para vivir con paz mental: “HaShem provee”. Según él, mucha gente no cree que HaShem les proveerá de sustento en el futuro debido a que tampoco creen que es Él el que les provee el sustento hoy.

 

Conclusión

 

Podemos aprovechar los desafíos que se nos presenten en el trabajo para ayudar a los demás, ganar fondos para apoyar causas dignas, santificar el Nombre de HaShem, dedicarnos a la continua plegaria, expresar la gratitud y construir emuná. Cuando lo hagamos, estaremos cumpliendo con nuestra misión espiritual en esta vida a cada instante del día laboral. Y que en el mérito de integrar nuestra vida laboral con nuestra vida espiritual, HaShem nos provea abundancia a nosotros, a todo Israel y a todo el mundo, amén.

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