Podemos salvar vidas

Él era una persona que lo tenía todo en la vida: una novia modelo, dinero, una casa espectacular, y mucho más. Pero su fin fue tan trágicamente vacío… No puedo evitar jugar el juego de la culpa, pensando qué habría pasado si me hubiera mantenido en contacto con él, si lo hubiera ayudado. Yo sé la verdad, que es que yo podría haber salvado esta vida. Si le hubiera dado un libro llamado En el Jardín de la Fe.

Mientras escribo estas líneas, se me desgarra la mente y el cuerpo se estremece. Hace apenas unos momentos que me enteré de la terrible noticia – mi mejor amigo del secundario se suicidó.

La forma en que me enteré fue muy extraña. Tuve un sueño y él estaba en él. No recuerdo exactamente qué fue lo que ocurrió. Cuando me desperté, tuve esta extraña sensación de que tenía que encontrarlo y volver a contactarlo después de siete años de no haber hablado con él. Más tarde, ese mismo día, me fijé en Internet a ver si encontraba su nombre. Y entonces vi que decía “En memoria de…”.

Me resulta muy difícil escribir esto, pero siento que es mi responsabilidad y además sé que él así lo querría. Fuimos muy buenos amigos: cuando éramos adolescentes hacíamos gimnasia juntos, compartíamos música y nos encantaba hablar todo el tiempo de lo que pasaba en Israel. Recuerdo cuando mis padres se divorciaron que él me dio un libro muy inspirador que me ayudó a mantenerme enfocado en tener éxito en la vida. Era la historia verdadera de un hombre que había construido su propio barco y había zarpado él solo al océano Atlántico. Era una demostración de lo que una persona puede llegar a lograr con su fuerza de voluntad. Él era esa clase de persona – siempre interesándose por los demás en los momentos difíciles.

La vida siguió y yo empecé con mis planes de inmigrar a Israel y empezar una nueva vida con foco en el estudio de la Torá. Él se quedó en los EEUU para seguir una carrera y así fue como perdimos contacto…

Él sufría de muchos problemas emocionales y su falta de conocimiento sobre cómo tratarlos fue lo que finalmente lo condujo al suicidio. Le faltaba la emuná simple de que todo está en manos de un Padre compasivo. Si él hubiera sabido que las dificultades que tenemos en la vida fueron designadas por Hashem para que acudamos a Él en busca de ayuda, jamás habría hecho lo que hizo. ¿Por qué? Porque entonces también habría sabido que la situación en la que estaba era para su propio bien y que había algo que tenía que aprender de su lucha.

La gran mayoría de nuestros lectores conocen y utilizan los principios de emuná antedichos. Pero apenas tal vez un uno por ciento ha experimentado la muerte de un amigo debido a depresión y falta de emuná, que podría haberse evitado. Entonces yo pregunto: podemos nosotros, como judíos y como gentiles justos, seguir aceptando que el suicidio todavía forme parte de nuestra sociedad? Absolutamente no! Porque tenemos la solución: la emuná. Pero todo va a cambiar cuando cambiemos nosotros…

Ahora piensen en esa persona que conocen y que no tiene amigos ni nada le va bien. Decidan que van a asegurarse de que esa persona tenga un amigo: ustedes! Ayúdenlo! Como seguidores de la Torá y simplemente como las personas buenas que somos – tenemos toda la responsabilidad de ayudar a los que están sufriendo. Tenemos que dirigir nuestra emuná no sólo a ayudarnos a nosotros mismos, sino también a ayudar a los demás. Cómprenles un libro, o mejor aún, hagan una sesión de estudio juntos una vez a la semana. Ustedes ya saben los conceptos. Lo único que tienen que hacer es enseñárselos a los demás. Es muy posible que estén salvando una vida.

Y lo bueno es que cuando uno enseña, uno mismo se está beneficiando. ¿Cómo? Al fortalecer al otro, uno reconfirma sus propias creencias y renueva su propia emuná y su devoción. Y no sólo eso sino que Hashem lo recompensa con milagros. Piénsenlo un momento: es muy posible que ustedes sean los únicos que están llegando a esa persona. Por eso, es responsabilidad de ustedes no dejar pasar ni un solo día más sin hacer algún esfuerzo por ayudar a toda esa gente. Y quién sabe… es posible que estén con pensamientos suicidas y ustedes los salven!

Lo que le pasó a mi amigo puede fácilmente pasarle a cualquiera que todavía no haya aprendido lo que nosotros sí tuvimos la suerte de aprender: que todo es para bien; que toda persona, incluyendo las madres solteras, los exconvictos, los soldados, pueden volverse a Hashem en su propia privacidad y desahogarse con Él. Como alumnos de Rabí Najman, Rav Shalom Arush y las enseñanzas de Breslev, deberíamos sentirnos facultados para salvar vidas literalmente!