Tremenda recompensa

“David” es un astuto hombre de negocios. Sin embargo, últimamente ningún proyecto le sale bien...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

He aquí una historia real, recién salida del horno.

 

“David” es un astuto hombre de negocios, que es un experto en tecnología, en perspicacia financiera y en técnicas de comercialización. Sin embargo, últimamente ningún proyecto le sale bien.

 

David fue bendecido con hijos maravillosos. Su hijo mayor, “Udi”, es igual a él: brillante, inteligente y atrevido. Estas características pueden ser una gran bendición, o exactamente lo contrario. Este año, a Udi le tocó un maestro sin mucha inspiración y Udi, con su mente brillante y memoria prodigiosa, se aburría en clase. En vez de usar su energía para estudiar Guemará, Udi se hamacaba de las vigas del aula. Justo antes de Shavuot, el maestro lo expulsó de la clase.

 

Todo el año, David y su mujer buscaron el tutor ideal que pudiera inspirar a David a que canalizara toda su energía en la Torá. Nadie lo logró. Hasta el cuello de trabajo, David no lograba encontrar tiempo para estudiar con su hijo.

 

Entonces llegó Shavuot. Como todos los demás hombres, David se quedó toda la noche despierto estudiando Torá. Udi le preguntó a su papá si se podía quedar despierto estudiando con él, que dicho sea de paso, era su modelo de persona. David por supuesto consintió. Y se quedaron los dos despiertos toda la noche estudiando, hasta las 4 de la madrugada, sin parar. Juntos terminaron todas las mishnaiot del Tratado Shabat. Udi se quedó maravillado tras estudiar con su padre. “Papá, ¿por qué no estudiamos juntos todas las noches?”. David no pudo negarse. Le prometió que si se portaba bien en el colegio, iba a estudiar con él media hora todas las noches.

 

Un día después de Shavuot, David recibió un email de uno de sus clientes. David vaciló. NO sabía si abrir el email o no, porque había descuidado ese cliente durante más de un mes, debido a que había tenido asuntos más urgentes que atender. Sin muchas ganas, David abrió el email: “Hola David, la estrategia de marketing en internet que nos planeaste hace tres meses fue todo un éxito. Este fue el mes más exitoso de toda la historia de la empresa. Tal como convinimos, pronto vas a recibir un cheque con una bonificación considerable. Te la mereces!”. David no podía creer lo que estaba viendo.

 

¿Acaso este cheque tenía algo que ver con el hecho de que hubiera estudiado Torá con su hijo toda la noche? La emuná dice que sí, que por supuesto. Hashem le demostró que el comercio cibernético no era su principal tarea en la vida y que su principal responsabilidad era enseñarles Torá a sus hijos. Una vez que lo hizo, empezó a fluir la abundancia en su vida.

 

No piensen que la historia de David es única. En mi reciente viaje a USA, dos agentes inmobiliarios de la zona de New Jersey vinieron a pedirme consejo y bendición. El primero me dijo que había mostrado a clientes cincuenta propiedades el mes anterior y aun así no había vendido ni una sola. Las doce horas de trabajo diarias no rindieron nada. Yo le pregunté si tenía problemas matrimoniales. Me dijo que no, gracias a Dios, y que su mujer era un ángel. Entonces le pregunté si estudia Torá con sus hijos. Otra vez dijo que no, que no tiene tiempo. Le propuse que reconsiderara sus prioridades y reservara un tiempo cada día para estudiar con sus hijos, pase lo que pase. Luego lo bendije, deseándole que tuviera mucha felicidad de sus hijos y un sustento adecuado y fácil de obtener.

 

El segundo agente inmobiliario me pidió consejo acerca de cuál es la mejor forma de invertir el diezmo. Esta persona trabaja solamente 5 a 6 horas por día y normalmente vende cuatro casas por mes. La semana antes de verme, había vendido dos casas en un mismo día, que era un ingreso de 28.000 dólares de comisiones! Cuando le pregunté, me dijo que él estudia religiosamente con cada uno de sus seis hijos todos los días!

 

La mala inclinación quiere que la persona se quede estancada en la pobreza espiritual y monetaria. La más grande mentira de la mala inclinación es que ganarse la vida tiene que ser la primera prioridad. ¡No es así! En el momento en que ordenemos nuestras prioridades y pongamos a nuestros hijos en primer término dedicando un tiempo cada día a estudiar con ellos, veremos una tremenda recompensa: hijos buenos y estudiosos y bien educados, y a la vez un sustento abundante. Cien por ciento ganancia!

 

 

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1. Juan Perez

6/20/2017

Acertado

Lazer Brody siempre tan acertado.

2. Juan Perez

6/20/2017

Lazer Brody siempre tan acertado.

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