Nuestra responsabilidad como padres

No es el intelecto ni los ingresos de los padres los que determinan el futuro de sus hijos, sino su santidad personal.

La lujuria es como la muerte, porque finalmente conduce a años y años de amargura y tristeza perdidos buscando fantasías, además del peor castigo de todos, que es ser cortado de la conexión que cada persona tiene con Hashem. Los padres que no tratan de mejorar están creando una influencia negativa en sus hijos. Muchas de las dificultades que esos niños tienen en la vida surgen de la lujuria. Sin embargo, dice Rabí Najman que nunca hay que perder la esperanza. La teshuvá corrige todo. Cuando tratamos de corregirnos no sólo nos aseguramos un futuro mejor sino que además generamos una influencia positiva en nuestros hijos.

Cuando el padre ve que sus hijos están alejados de la Torá y las mitzvot, o que son haraganes e irrespetuosos, o cualquier otro problema, ese padre debería sentir vergüenza, ya que él es la raíz de esos problemas. Pero tengan cuidado: que la vergüenza que sienten ustedes, los padres, sea un catalizador para la teshuvá y el deseo de acercarse a Hashem y no una causa para estar deprimidos. Esta es una oportunidad excelente para declarar un nuevo comienzo, para aceptar responsabilidades por sus actos del pasado y no echarles la culpa a los niños por sus faltas.

A veces, la persona hace teshuvá y ahora se enoja con sus hijos porque ellos no quieren observar el Shabat, no quieren ir con él a la sinagoga o se comportan de una manera que él no acepta. Entonces el padre les grita, los trata mal y les destruye su autoestima, pero eso es injusto, porque ellos son solamente un reflejo de él. Tenles compasión y date cuenta de que ellos son el producto de tu dimensión interior. En realidad, ellos deberían estar enojados contigo.

La solución comienza con la teshuvá: cuando uno siente vergüenza de la forma en que vivió la vida hasta ahora y quiere corregir sus faltas. Por eso, si ves deficiencias en tus hijos, pídele humildemente a Hashem que te ayude a librarte de la lujuria. Y en cuanto a ellos, sé compasivo y comprensivo, y sabe que ellos sufren por tu culpa. Esto te va a ayudar a hacer teshuvá sinceramente.

Cada madre y cada padre deben saber que la santidad personal, el recato y tener cuidado con los medios sociales a los cuales se exponen – todo esto ejerce un tremendo impacto en la salud emocional y espiritual de sus hijos.

Este es el mejor momento para que empecemos a liberarnos de la lujuria y para que empecemos a crear un hogar de amor y santidad, con hijos felices y exitosos que sean una fuente de gratificación tanto en este mundo como en el próximo.