Un regalo llamado “dolor”

Uno de los mayores regalos que nos hizo Hashem fue la capacidad de sentir dolor. El dolor nos advierte de cosas que son peligrosas. Estaríamos en graves problemas si no nos mantuviéramos alejados del calor. Alguien que no siente el calor, no sabe que debe evitarlo, y el daño a su cuerpo podría ser terrible e incluso fatal. El dolor es sólo una señal de advertencia, una “luz roja” que nos dice que dejemos de causarnos daño o que nos alejemos de los peligros.

Pero ni siquiera el dolor en sí ayuda, por nuestra simple tendencia a huir de él, ignorarlo, reprimirlo y seguir con la vida sin ningún cambio. Lo sabio es llegar a las conclusiones correctas a partir del dolor, ponerlas en práctica y hacer un cambio en la vida.

Sin embargo, existe una forma de sabiduría mayor que esa. La verdadera sabiduría es saber que hay dolor en el mundo, y buscar y aprender qué hacer con antelación, para que el dolor no empeore. Por eso les advertimos a los niños con antelación que no se acerquen al fuego, y no esperamos a que se quemen para que aprendan a tener cuidado con el fuego.

Panel de control

La parasha de esta semana comienza con las famosas palabras: “Mira esto: En este día pongo ante ti una bendición y una maldición: la bendición, si obedeces los mandamientos…; y la maldición, si no obedeces los mandamientos”. ¿Qué nos dice aquí la Torá?

Para darle una respuesta sencilla a esta pregunta, se puede decir que el pasuk habla aquí del poder de elegir y del mandamiento de elegir el bien; pero eso plantea dos cuestiones: Una, el asunto del libre albedrío está escrito explícitamente más adelante, hacia el final del libro de Devarim: “Mirad: Hoy he puesto ante ti la vida y el bien, y la muerte y el mal… He puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que vivas tú y tus hijos”. Y la pregunta número dos, en nuestra parasha no se menciona en absoluto el tema del libre albedrío.

Así que la pregunta es, si el tema aquí no es la libertad de elección, entonces ¿cuál es el tema? ¿Qué viene a decirnos la Torá al decir que hay una bendición y una maldición? ¿Cuál es el mensaje?

El mensaje de nuestra parasha es el tema del dolor. De la misma manera que el dolor es una ley de la naturaleza destinada a protegerte y hacerte tener cuidado y ser precavido y proteger tu vida – así también todo este mundo y todo lo que sucede en tu vida – toda la bendición y la maldición – es todo un gran panel de control que te ayuda a navegar correctamente en los caminos y tortuosos caminos de la vida:

Cuando la vida parece estar estancada, cuando sientes lo contrario de la bendición, cuando surgen los problemas – eso es simplemente una señal de tránsito, y una alerta destinada a guiarte y hacerte cambiar de dirección, para que no te hagas daño. Cuando las cosas van bien, y estás vivo, y te sientes bendecido física y emocionalmente, experimentando la bendición interior y familiar – eso significa que estás en el camino correcto, y debes continuar por ese camino.

¡Haz una hora de hitbodedut cada día!

Una hora de hitbodedut significa que una vez al día analizas lo que estás haciendo en la vida, ¡y buscas formas de mejorar!

Esto es lo que se llama en todos los libros sagrados jeshbon nefesh – tomar en cuenta. Ninguna empresa puede funcionar, desarrollarse o prosperar sin rendir cuentas, sin planificar, sin comprobar constantemente cómo va el negocio, sin tratar incesantemente de mejorar.

Es exactamente lo mismo cuando se trata de servir a Hashem. Una de las personas más grandes en ese ámbito fue el Ramjal, que determinó inequívocamente: “¿Cuál es el consejo que nos dan? ‘Bo’u jeshbon’– tengamos en cuenta al mundo, porque ellos ya probaron y vieron y supieron que sólo este es el verdadero camino para que la persona alcance el bien que desea, y nada más”.

En el mismo capítulo, el Ramjal compara la vida con un laberinto, en el que, sin jeshbon nefesh, la persona chocará constantemente con las paredes y se perderá – y el jeshbon nefesh es la única manera de abrirse camino con seguridad por el laberinto.

Y en nuestro contexto, cuando haces jeshbon nefesh a diario, tu camino está allanado. No te quedas “atascado”; siempre tienes el visto bueno, la luz verde, y entonces tu vida está llena de muchas bendiciones, y evitas muchas cosas que son lo contrario.

Abrir los ojos

Otra ventaja de hacer un hitbodedut diario de una hora es que muchas veces, sin autoexamen, pasas por alto la “sensación de dolor”; no te das cuenta de las luces amarillas que aparecen en tu vida. Pero si tienes una hora de hitbodedut, aunque te encuentres con una luz amarilla de vez en cuando, tomas nota de ella inmediatamente, e inmediatamente haces todas las correcciones y todas las acciones para que esta luz amarilla no sólo no se vuelva roja, sino que vuelva a ser verde.

Así vemos que Parashat Ree es como su nombre: nos abre los ojos para ver la realidad de la forma más clara: La vida contiene bendiciones y maldiciones que dependen directamente de nuestros actos, guiándonos por el camino correcto. El ietzer hará (la mala inclinación) no es más que ceguera voluntaria, mientras que el ietzer hatov (la buena inclinación) es ver la realidad. La batalla entre las dos inclinaciones es entre ver y ser ciegos. Nuestra parasha nos llama a dejar de ser ciegos y empezar a ver.

Terminaremos con las palabras del Ramchal, quien nos explica como hacer jeshbon nefesh y una hora de hitbodedut:

“La regla es: una persona debe examinar todos sus actos y supervisar todos sus caminos para no dejarse ni un mal hábito o una mala midá (rasgo), por no hablar de las transgresiones y las malas acciones voluntarias. Veo la necesidad de que la persona sea meticulosa, pesando sus caminos todos los días como los grandes comerciantes que siempre están pesando sus tratos para que no salgan mal, y debería tener tiempos y horas establecidos para esto, para que su pesaje no sea casual, sino que esté firmemente establecido, porque los resultados son multiples”.

¡Que Hashem nos dé el mérito de hacerlo!