No, no te equivocaste!
“Rabino, cometí una terrible equivocación. ¡Me casé con la persona equivocada! Por favor deme su bendición para que pueda divorciarme”.
Muchísima gente me asegura que se equivocó de persona al elegir pareja, porque después de la boda se dan cuenta de toda clase de sorpresas desagradables que les hacen la vida imposible. “Rabino, cometí una terrible equivocación. ¡Me casé con la persona equivocada! Por favor deme su bendición para que pueda divorciarme”. Cuántas veces oigo estas mismas palabras…
Cuando alguien me pide que lo bendiga dándole la “luz verde” para el divorcio, yo les digo que vayan a la corte rabínica. Ellos son los que arreglan el divorcio, no yo. Además, el concepto mismo de que uno se casó con la persona equivocada es erróneo según el punto de vista de la Torá. Y les explico por qué.
En muchas instancias en la Guemará nuestros Sabios nos dicen que cuarenta días antes de la concepción del ser humano, un eco Divino proclama: “La hija de Fulano se casará con el hijo de Mengano”. Vemos entonces que todo el concepto de la pareja va más allá de la lógica humana. Se trata de un secreto Divino según el cual Hashem decide qué alma se ha de unir con qué alma. Hashem es el único que conoce cada alma, la rectificación que necesita alcanzar y sus pasadas reencarnaciones. Por lo tanto, Él es el que decide.
La gente muchas veces se enoja sin motivo. Escuchamos frases tales como “Este vecino me arruinó el shiduj (pareja)” o “esta persona habló mal de mi hija y arruinó una propuesta de matrimonio espectacular”. Pero en realidad no fue el vecino ni nadie más: Hashem simplemente decidió que ese no era el shiduj. Recordemos el primer principio de emuná: “Él solo hizo, hace y hará todos los actos”. Y la formación de parejas no es excepción. No hay nada fuera de Él.
Nadie en el mundo puede arruinar un shiduj si Hashem decide que esa pareja se ha de unir. Eso también significa que nadie es capaz de elegir su propia pareja. Hashem se encarga de eso. El Arizal dijo que si Hashem permitió que dos personas se unan bajo el palio nupcial entonces eso significa que son dos almas gemelas. ¡No hay ninguna equivocación!
La palabra clave cuando se trata de encontrar tu pareja es emuná.
Hay personas que rechazan propuestas de matrimonio debido a que ella no es lo suficientemente atractiva (a sus ojos corruptos) o él no tiene suficiente dinero. Pero estas personas deberían pedirle a Hashem que las guíe, porque están ciegas. Hashem los priva de la capacidad de ver. Ok, sí consiguieron engancharse a una chica atractiva o a un tipo millonario, pero entonces vienen corriendo a contarme que cometieron el peor error de sus vidas.
Por el contrario, aquellos que buscan pareja con emuná pura e inocente tienen éxito. ¿Saben por qué? Porque confían en Hashem, y Él les muestra los defectos de sus parejas antes de que se casen. Y entonces ellos aceptan a sus parejas tal como son y son felices en su matrimonio.
Mi rabino en la yeshivá me propuso que conociera a la joven que hoy es mi mujer y la madre de mis once hijos, que Hashem los bendiga. Yo oí decir que era una joven muy especial. Mi rabino quiso darme toda clase de detalles pero yo no quise investigar ni saber demasiado. Simplemente recé.
Yo dije: “Hashem, no tengo idea de cómo buscar pareja ni de qué es lo mejor para mí. Yo confío en Ti. Por favor, déjame conocer a la joven indicada”. Dejé todo en manos de Hashem. Los hechos hablan por sí mismos.
Alguien que lee mis libros y escucha mis CDs me oyó decir que al buscar pareja hay que buscar los buenos rasgos: un buen carácter y un buen corazón. Esta persona siguió mi consejo. Alguien le propuso que conociera a una joven discapacitada. Él vaciló pero se acordó de lo que había aprendido y aceptó la propuesta. Se casó con ella y tuvieron hijos preciosos, por afuera y por adentro. En una de mis charlas, este hombre vino a contarme: “Sí, rabino, mi esposa tuvo polio de chiquita y es discapacitada en una pierna, pero es una persona tan agradable, y una esposa tan fantástica y una madre tan dulce que Le doy las gracias a Hashem y también a usted por ella cada día!”. Si este hombre no hubiera encarado el tema del shiduj con emuná, ¡se habría perdido de conocer a su pareja!
El Steipler, de bendita memoria, les dijo una vez a varios “solterones”: “Ustedes conocieron a sus parejas hace ya muchos años, pero las rechazaron con ambas manos”.
Si estás casado/a, tienes que saber que tu pareja no es por error. Y si aún eres soltero/a o si estás buscando pareja a tus hijos, entonces no te hagas “el inteligente” – encara el tema con emuná simple y con mucha plegaria. Asegúrante de los componentes básicos (buen carácter y buen corazón) y encárgale el resto a Hashem. Y recuerda que un buen corazón vale muchísimo más que una cara bonita o una abultada cuenta bancaria, que pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Pero el corazón de oro siempre permanece.
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