El poder del castigo y el peligro del indulto

Hace unos días, el presidente estadounidense Joe Biden indultó a su hijo, Hunter Biden, por una letanía de delitos. En lugar de cumplir su pena, Hunter Biden quedará impune. Puede que sea una forma fácil de salir de un aprieto, pero la pregunta es- ¿es de verdad lo mejor para nosotros encontrar una forma de escapar al juicio?

En Parshat Toldot, Rivka sabía la verdad. Sabía que, por mucho que Itzjak anhelara sacar lo mejor de cada uno, darle a Esav la oportunidad de desarrollar su potencial dándole la bendición familiar no iba a funcionar.

Y así fue como conspiró con Yaakov para que este recibiera las bendiciones del primogénito, bendiciones que Esav ya le había vendido a Yaakov.

Cuando llegó el momento de que Yaakov se casara con su amada Rajel, fue Yaakov quien fue engañado. Su tío Lavan conspiró con Leah y Rachel para asegurarse de que la bendición de Itzjak pasara a sus dos hijas, cambiando a Rajel por Leah el día de la boda de Yaakov.

Algunos lo ven como un castigo por haber engañado a Esav.

Pero, ¿acaso Yaakov no tenía ya derecho a esta bendición que le compró a Esav varios años antes?

Hashem, en Su amor por Sus almas más santas, las somete a los más altos estándares de conducta personal para que puedan limpiarse de todas las impurezas y entrar en los más grandes reinos celestiales.

Yaakov era tan sensible al pecado, que incluso después de que Hashem le dijera que lo protegería de Lavan, de Esav, y de la necesidad, la pobreza y la enfermedad, Yaakov seguía suplicando a Dios que velara por él.

¿Por qué?

La Guemará, en el tratado Berajot, afirma que Yaakov temía haber pecado desde que Hashem le prometió protección Divina y, como resultado, haber perdido estas bendiciones.

Esa es la bendición del castigo. Nos mantiene a raya. El temor a Dios llevó a Yaakov a ser aún más estricto en Su Torá y mitzvot – incluso cuando su dedicación fue puesta a prueba viajando fuera de la Tierra de Israel, equilibrando su vida entre trabajar para Lavan y ser padre de cuatro familias, y el gran desafío de la riqueza masiva.

Además de servir como catalizador para que Yaakov alcanzara una mayor grandeza, el “castigo” de ser “engañado” para casarse con Leah nos dio a todos nosotros a Reuven, Shimon, la clase sacerdotal de Levi, la tribu real de Yehuda, los eruditos de la Torá de Isasjar y Zevulun.

Todo lo que hace Hashem, incluso al hacer justicia mediante el castigo, ¡es por nuestro bien!

El problema con los indultos

Obtener un indulto por un crimen antes de que se aplique ningún castigo te niega la oportunidad de arrepentirte. Nos quita el sufrimiento que borra las penas de nuestros pecados.

Adán pecó, y todos tenemos que pagar por ello muriendo. Eva pecó, y las mujeres tienen que pagarlo con un embarazo y un parto nada fáciles. Cometimos el pecado del becerro de oro, y hasta el día de hoy, todo judío tiene que pagar por ello.

De los trece principios de la fe judía del Rambam, el número 11 es la Emuná completa, en la que recibimos una recompensa por una mitzvá y un castigo por un pecado.

Recibimos perdones parciales todo el tiempo. Rara vez, o nunca, Hashem nos dará nuestra medida completa de castigo por todo el mal que hacemos.

Pero pagamos por las cosas malas que hacemos de una manera u otra. Todos sufrimos, y es durante esos momentos cuando decidimos estudiar un poco más de Torá cada día, dar un poco más de dinero para caridad y refinar nuestra forma de hablarnos unos a otros.

Un perdón completo no es tan eficaz para llevarnos al punto de penitencia.

La promesa del castigo

En este mundo, el castigo es una bendición. Conduce al arrepentimiento, que a su vez conduce a una recompensa aún mayor. Dios nos reserva esa recompensa en el Otro Mundo, el único lugar donde podemos recibirla en toda su medida.

Con el indulto en el bolsillo, Hunter Biden no tiene motivos para cambiar de actitud o expiar los delitos que cometió y que lo llevaron a necesitar un indulto. Puede que incluso crea que ha vencido al sistema para poder seguir cometiendo esos delitos.

Le resultará aún más difícil hacer lo necesario para obtener la recompensa final allí donde realmente importa. En un nivel más profundo, el presidente Biden privó a su hijo de la oportunidad de borrar sus pecados, e incluso de revertirlos.

El castigo es una parte tan importante de nuestro trabajo en este mundo que el Talmud nos dice que si la vida carece de cualquier tipo de sufrimiento durante 40 días, tenemos que hacer un serio recuento personal.

Se lo buscó

Por engañar a Eva para que comiera del fruto prohibido, Dios le concedió a la serpiente un perdón infinito: viviría sobre su vientre y comería polvo. Tendría la comida delante de ella toda su vida. Nunca estaría en un estado de sufrimiento en el que tuviera que clamar a Hashem o hacer alguna mejora.

El sufrimiento y el dolor son descargas eléctricas necesarias para nuestro sistema, administradas por nuestro Padre y Juez Verdadero para ponernos en movimiento.

No tenemos una eternidad para servir a Hashem en este mundo.

La vida es dura. Es tentador tomarse un descanso. La Guemará nos advierte que vayamos a la sinagoga directamente desde el trabajo porque, si vamos a casa, nos vamos a sentar a comer algo, luego a descansar, etc hasta que el sueño nos domine por completo y perdamos la mitzvá de recitar el Shemá Israel.

La necesidad de que Klal Israel aproveche todas las oportunidades de merecer la paz para el Pueblo Judío con cada acto divinamente dirigido hoy es mayor que nunca.

Por eso no podemos permitirnos un perdón. No podemos desperdiciar ni una sola oportunidad de arrepentimiento, retorno y redención Divina.

David Ben Horin vive en Afula con su familia, millones de girasoles y Matilda, nuestra camella local. Lastartup israelí de David, 300 Marketing Solutions, es una agencia de lean marketing para startups y pequeñas empresas que crea y promociona ROI optimizados para SEO dirigidos a la audiencia adecuada en LinkedIn para que tu negocio sea la estrella del espectáculo.