El árbol de la curación

¡Qué fácil sería que la solución a todos los problemas estuviera al alcance de la mano! Bueno, realmente es así, más o menos… solamente hay que saber dónde encontrarla. Como ya les he dicho en previas publicaciones, mis estudios de terapias naturales para sanar el cuerpo me dejan boquiabierta. El poder de curación que HaShem le ha conferido a las plantas es increíble.

Las plantas tienen la capacidad de curar, HaShem las ha imbuido de esa capacidad. No hay que olvidar que Quien sana es HaShem y no un objeto ni una persona. Una vez que tenemos ese punto claro, sigamos adelante. Como les decía, las plantas son muy útiles para ayudar a la persona en su estado de salud. Hay algunas que ayudan a mejorar la digestión, otras que sirven para aliviar problemas respiratorios y así podemos seguir enumerando y llenando un sinfín de libros con sus propiedades y aplicaciones. La cuestión es que se requiere un tiempo que hoy en día parecemos no tener. Parece más seguro y eficiente tomar una pastilla de Acamol y, si los dolores no se pasan, tomar otra más y otra más hasta que el dolor se alivia. Hoy en día debido al ritmo de vida que tenemos “no podemos” invertir nuestro tiempo en preparar una infusión y esperar tranquilamente a que surta efecto. Eso es para hippies trasnochados que tienen todo el tiempo del mundo, dirán algunos.

Pues bien, déjenme decirles que HaShem ha creado este mundo sabiamente y en la naturaleza no ha creado un árbol de Acamol, ni un arbusto que da pastillas de ibuprofeno o de antiácidos. HaShem ha hecho este mundo sabiamente poniendo al alcance de nuestra mano las hierbas que serán más útiles a la población de cada parte del mundo.

Durante mucho tiempo se ha hablado de la importancia que tienen las hierbas y la alimentación sobre la salud, y gracias a Di-s es un campo en desarrollo para el tratamiento de enfermedades. Tal y como se está comprobando en recientes investigaciones, a veces las vitaminas son más eficientes que la medicación. En algunos casos, se pueden solucionar pequeños malestares añadiendo algunos alimentos ricos en la vitamina en cuestión que la persona necesita a la dieta y, en otras ocasiones, se puede tomar una suplementación vitamínica. Ya lo sé, el B-complex no sale de una mata en el suelo, pero a veces hay que tomar medidas adicionales.

Para el tratamiento de las enfermedades que HaShem manda a este mundo la persona tiene que poner un gran esfuerzo por su parte para estar sano. Y esto, no incluye solamente el tratamiento médico y el espiritual, sino también llevar un estilo de vida saludable. Por eso les decía al comienzo que tenemos la solución al alcance de la mano. Repito, no me refiero con esto a que exista un árbol que provea Acamol para el resfriado sino que HaShem creó preciosos naranjos cargados de vitamina C, pequeñas bolitas azules llamadas de diversas formas (en el lugar del que vengo se llaman arándanos y en inglés blueberries) que además de ser deliciosos son una fuente excelente de vitamina C. Pero, claro, esto supone para muchas personas un esfuerzo extra. Para su sorpresa, si se añade este “extra” es decir, si se toman medidas preventivas en el ámbito material (alimentación saludable) y en el ámbito espiritual (plegaria diaria) se puede conseguir evitar la aparición de enfermedades.

Como en todos los casos, en el equilibrio está la clave. Utilizar los recursos naturales que HaShem nos ha dado en primer lugar y como medida preventiva (en lugar de tomar pastillas para todo) y si la cosa se pone fea entonces recurrir a tratamientos más fuertes sería lo ideal. Piénsenlo, tal vez les valga la pena tomar unas infusiones para prevenir una futura hipertensión, una diabetes o algunas enfermedades más graves. Que HaShem nos cuide y guarde siempre de todo mal. 

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