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Descubre la conexión de Purim con Pesaj y cómo esto afecta tu sustento

La alegría produce más alegría
La simjá (alegría) del mes de Adar no termina después de Purim; al contrario: recién comienza. Y se vuelve mejor, y cada vez mejor. Más simjá y más simjá.
La simjá de Adar es intrínsecamente diferente de la tristeza del mes de Av. Durante Av, disminuimos nuestra alegría, pero solo hasta Tishá BeAv (el noveno día del mes) y no más allá. De hecho, inmediatamente después de Tishá BeAv festejamos el 15 de Av, que en el pasado fue uno de los días más alegres para nuestro pueblo. Pero en Adar continuamos agregando más simjá, incluso después de Purim.
La Guemará en Taanit dice: “Cuando Adar comienza, se aumenta la alegría”. Rashí explica que “estos fueron días de milagros para Israel: Purim y Pesaj”. Uno podría preguntarse, ¿cuál es la conexión con Pesaj? Pero podemos entender de Rashí que Purim y Pesaj son un único y prolongado proceso de simjá.
Este proceso comienza ya en Shabat Shekalim, antes de Rosh Jódesh Adar, continúa con Rosh Jódesh Adar, cuando se aumenta la alegría, y desde ahí sigue hasta la tremenda simjá de Purim. Y desde la alegría de Purim se llega a la Parashá Pará, que leeremos esta semana, preparándonos para los días de alegría del mes de Nisán y Pesaj.
Así, los días de Nisán son todos días de inmensa alegría, y no se dice el rezo de Tajanún durante todo el mes. Hay quienes tienen la costumbre de no ir al cementerio en todo ese mes, incluso en el Iortzait de un ser querido, y además no se ayuna durante Nisán. Algunos dicen que incluso un novio y una novia, que normalmente ayunan el día de su boda, no ayunan si la boda se lleva a cabo en Nisán.
Vida y libertad
Pesaj, por lo tanto, es “la festividad de la libertad”, porque libertad y simjá son lo mismo. Como dice Rabí Najman: “Porque la simjá es el mundo de la libertad, en el sentido de ‘con alegría saldrás’; al estar alegre, uno se libera y sale del galut (exilio)”.
Eso es lo que insinúa Rabí Najman cuando dice: “Porque Purim también es ciertamente un camino y una vía hacia Pesaj”. Vale decir, los meses de Adar y Nisán y las festividades de Purim y Pesaj son un solo proceso largo de simjá, milagros y gueulá (redención).
¿Y cuál es la mayor esclavitud que aleja a una persona completamente de la libertad?
La mayor esclavitud es el dinero, el deseo desmedido de obtener ganancias. La persona se vuelve triste por culpa de este anhelo, como dice Rabí Najman sobre el versículo: “con tristeza comerás de él”; esas son las personas que caen en el deseo del dinero y no creen que el Santo, Bendito Sea, puede proporcionar fácilmente el sustento. Se esfuerzan en exceso persiguiendo el dinero y son llamados “los que comen pan con tristeza”. Estas personas tienen “rostros oscuros”, sus vidas son oscuras, y sobre ellos se dice: “Me ha sentado en la oscuridad”, que es la cúspide del galut, la cúspide de la muerte.
Por lo tanto, la maldición sobre el sustento impuesta a Adam Harishón es la raíz de la tristeza y la raíz del decreto de muerte sobre él. Y cuando se rectifica el deseo de dinero, no solo que uno recibe libertad y un rostro de luz y alegría, sino también la vida misma.
Quien huye del dinero, el dinero lo persigue
Por eso, Rabí Najman dice que en Pesaj se rectifica el deseo de dinero. Moshé tuvo que suplicarle al pueblo judío que tomara de los egipcios oro, plata y vestimentas, porque habían logrado rectificar el deseo de dinero y no lo querían en absoluto. Es más, debido a que lo rectificaron completamente, merecieron una riqueza extrema: cada judío salió de Egipto con noventa burros cargados con el oro y la plata de Egipto.
Rabí Natán explica que la principal impureza (tumá) de Egipto era el deseo de dinero. Por eso adoraban el Nilo, porque de allí provenía todo su sustento, y también adoraban a las ovejas y cabras, ya que se les llama “ashtarot”, porque enriquecen (maashir) a sus dueños. Por ello, los judíos debían sacrificar ovejas y cabras, que son el símbolo máximo del deseo de dinero.
Hay mucho que anhelar
Por lo tanto, el proceso de Adar es un proceso de tzedaká y generosidad: desde los shekalim en Rosh Jódesh, pasando por los matanot la-evionim (regalos a los pobres) en Purim, hasta la tzedaká para los gastos de Pesaj de los pobres, conocida como me’ot jitín o kimjá d’Pisja, inmediatamente después de Purim. Porque eta continuidad de dar y cumplir con el precepto de tzedaká, junto con la ruptura del deseo de dinero, va en paralelo con el aumento y la intensificación de la simjá.
Y dentro de este proceso, la Pará Adumá (vaca roja) juega un papel fundamental. Porque el “pur” de Purim se convierte en una “pará”. La tristeza es muerte, y según Rabí Najman, el deseo de dinero es una tumá que trae muerte a una persona.
Cuando rectificamos el deseo de dinero y hacemos todo lo posible por aumentar la alegría más y más, necesitamos el efecto purificador de la Pará Adumá para erradicar toda tumá causada por la muerte y ser dignos de una nueva vida, una vida de simjá.
El punto principal de este ensayo es que, si fuiste feliz en Purim y disfrutaste el día, no pienses que ya quedó atrás. ¡Para nada! Hay mucho que anhelar y mucho que hacer para continuar aumentando la simjá. Esperamos más simjá y aún más simjá, buenas noticias, gueulá y milagros para todo el pueblo judío y para el mundo entero. Este es el momento de aumentar la simjá, y al hacerlo, mereceremos hacer teshuvá con amor y alcanzar la Gueulá completa con gran compasión. Amén.
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