Sé buen comerciante

Tenemos que aprender a ser buenos comerciantes, o sea, comerciantes que siempre buscan más oportunidades. Compra emuná de cada persona. Pero el que solamente compra y no vende, no es buen comerciante.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 08.01.23

La ley general es que en esta vida uno tiene que saber ser buen comerciante. Pero no comerciante de mercancías materiales sino de emuná. Y lo primero que se le pregunta a la persona cuando llega al Tribunal Divino es: “¿Acaso negociaste con emuná?”. El significado simple de esta pregunta es si cada negocio material que uno hizo lo hizo con emuná, o sea, con honradez y con integridad, sin mentir y sin engañar a nadie, pero esta frase también se puede interpretar en el sentido de que uno negoció en este mundo dando y recibiendo emuná: “¿Acaso a cada persona con la que te cruzaste en este mundo trataste de venderle emuná?”.

Tenemos que aprender a ser buenos comerciantes, o sea, comerciantes que siempre buscan más oportunidades. Compra emuná de cada persona, sin importar qué aspecto tenga, tal como dice la Mishná: “¿Quién es sabio? El que aprende de cada persona”. Pero el que solamente compra y no vende, no es buen comerciante. El buen comerciante también sabe vender emuná. El buen comerciante sabe venderle a cada uno según lo que necesite y sabe ensalzar la mercadería que está vendiendo y hablar con entusiasmo y además cree en el producto que está vendiendo. Por lo tanto, el buen comerciante de emuná, que toda su vida busca comprar emuná, también busca todas las oportunidades para vender emuná. Esto es lo que se llama un buen comerciante.

En lo que a gratitud concierne, debemos recordar que la halajá (la ley judía) establece que además de la obligación de dar las gracias, existe la obligación de dar a publicidad el milagro, lo que se llama “pirsumei nisa”, igual que en la festividad de Jánuca, que es la festividad de la gratitud. Es un gran precepto recitar el Halel completo todos los días de Jánuca, pero el precepto más conocido y además el más importante de esta festividad es el encendido de las velas, cuyo objetivo principal es dar a conocer el milagro. O sea que no basta con meramente dar las gracias, sino que hay que difundir la gratitud.

Todos sabemos que cuando una persona se salva de un peligro, acostumbra organizar una comida llamada “seudat hodaiá”, que significa “comida de agradecimiento”, durante la cual el anfitrión les cuenta a los invitados el milagro que le hizo Hashem. Otra costumbre difundida es recitar la plegaria Nishmat Kol Jai – El Alma de Todo Ser Vivo junto a un quórum de diez hombres.

Además, solemos recitar la bendición Birkat HaGomel, que es una expresión de agradecimiento por haberse salvado de un peligro y que debe recitar junto a un quórum de diez hombres y, si es posible, en presencia de más personas, tal como está escrito: “Y Lo alabarán en presencia de la multitud”. Y el Rey David en todo el Libro de los Salmos, habla de agradecer y alabar a Hashem en presencia del público, tal como está escrito:  “Decid entre los pueblos Sus alabanzas”, “Para contar todas Tus alabanzas”, “En las puertas de la hija de Sion celebraré Tu salvación”, “Por eso Te daré las gracias en medio de los pueblos…”, “En medio de la multitud Te alabaré” …

Que seamos dignos de hacerlo. Amén!

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2. Michael Lumbi Lanzas

1/08/2023

Es posible, una Alma judia, reencarna en un cuerpo no judia ?

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