¡Socorro! ¡Madre con Fatiga!

No doy más…

Mi cuerpo no puede más. Estoy agotada hasta tal punto que ya no sé si me estoy enfermando o si simplemente estoy exhausta. Este último embarazo casi me sacó lo último que tenía de vida, pero BarujHashem, ahora tengo un bebé precioso para disfrutar. Solamente que después de tenerlo en brazos dieciocho horas al día, mis brazos quieren salírseme del cuerpo e irse a dar una vuelta… O como cuando lo acuesto para que duerma la siesta y se da cuenta de que ya no lo tengo en brazos y se despierta treinta segundos después… Mi marido dice que se toma unas cuarenta siestas por día. Mi casa pasó a ser el Cuartel Central de Caos. Dentro de unas semanas nos estamos por mudar y no hace falta que les diga lo estresante que es una mudanza. Uno de mis hijos se la pasa todo el día llamando a mi celular desde el teléfono de casa. Estoy tan cansada que hasta gritarle para que deje de molestarme es demasiado agotador. Mi hijo de dos años está llorando en la entrada porque no quiere entrar a la casa. Mi hijo de cuatro años decidió cortarse el pelo con la afeitadora de mi marido. ¡Y esos benditos LEGOS!!! ¡Dondequiera que voy los piso!! ODIOOOO LOS LEGOOOOSSS!!!!

Bueno, ahora que me desahogué un poco, déjenme por favor volver al tema del que quería hablarles hoy, o sea, yo. Si yo fuera paciente de Maimónides, él me diría que soy una persona de cuerpo débil. No tengo mucha energía que digamos, si bien mi personalidad es cualquier cosa menos tranquila. Muchas veces me siento que estoy hecha polvo y no puedo funcionar si no duermo lo suficiente. Mi cuerpo hace numerosas protestas con manifestaciones físicas cuando lo someto a demasiado estrés, tanto mental como físico.

Cuando me estreso en forma excesiva, y me canso demasiado y me siento agobiada, empiezo a venirme abajo. En alguna parte leí que el estrés constante (y quién no lo tiene en estos días…) y que sentir que tu cuerpo se viene abajo  se debe a que las glándulas adrenales están bajo un tremendo estrés. Las glándulas adrenales son responsables de liberar hormonas que movilizan el cuerpo y le posibilitan reaccionar ante toda clase de estrés que experimentamos. Cuando estas glándulas se sobre-estimulan, ya sea por un único incidente traumático o por un estilo de vida de constante estrés, su capacidad de mantener la homeostasis y regular la reacción del cuerpo ante el estrés se ve disminuida.Como resultado, no reaccionan con tanta eficiencia ante una situación de estrés. Y cuanto menos reaccionan, más se estresan los demás sistemas corporales y entonces el ciclo continúa hasta que la persona alcanza el punto de surmenage.

Yo pienso que la mayoría de nosotros vivimos con cierto grado de fatiga adrenal. Todos hemos experimentado los efectos físicos del estrés mental. Cuando el cuerpo libera estas hormonas de estrés, cada órgano y cada sistema corporal sufre.

Para corregir este problema, es imprescindible un cambio en la dieta y en el estilo de vida. Sin embargo, hay algo más que también tenemos que mejorar: la emuná.

La emuná es en realidad la panacea que todos estamos buscando. ¿Y qué tiene de especial? Pues bien: imagínense que por más difíciles sean los desafíos y las dificultades por los que están pasando en la vida, tú sabes que todo lo que te está pasando es para tu propio bien. Y no me refiero a “saber” en el sentido intelectual sino dentro de tu corazón… tener esa sensación de increíble calma y confianza interior que no flaquean  por más difíciles que sean las pruebas que enfrentamos.

¿Acaso alguien sabe de lo que estoy hablando? Tal vez no, pero yo sé que es un objetivo que podemos alcanzar y por el que debemos luchar día a día.

Entonces ¿cuál es la conexión entre la emuná y la liberación de la fatiga adrenal? La emuná acaba con el 99 % del estrés de la vida! Toda la preocupación, las ansiedades, los miedos, la ira, sea lo que fuere – todo esto crea estrés físico y mental. Más emuná= menos estrés. Menos estrés = menos presión alta, menos úlceras, menos tensión muscular, menos infartos, menos dolores de panza, menos insomnio, menos cuentas que pagarle al médico, menos remedios, etc.

¿Quién no quiere todo esto?

Por suerte, o mejor dicho, gracias a Dios, el gran médico del alma, Rabi Najman de Breslev, nos dio una receta muy fácil de seguir para que tengamos una vida sana y feliz. Una hora de plegaria personal por día aleja al médico (y al terapeuta….)!!y si bien es cierto que la mayoría de nosotros no tiene una hora entera libre por día, sí podemos hacerlo, dividiendo la hora en bloques de treinta minutos o quince minutos o inclusive cinco minutos por vez. Lo que importa es que le dediques a la plegaria personal todo el esfuerzo que puedas. ¡Tu vida se lo merece!