Judaísmo alegre!

Para poder disfrutar en familia no hace falta gastar mucho dinero. No hace falta vídeo y ciertamente no hace falta un Smartphone...

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Dovber Halevi

Posteado en 17.03.21

Para poder disfrutar en familia no hace falta gastar mucho dinero. No hace falta vídeo y ciertamente no hace falta un Smartphone. De hecho, para poder gozar de esta dicha todas estas cosas tienen que quedarse en el baúl del auto.

 

Mi familia y yo pasamos un fin de semana fenomenal. Me tomé un día libre del trabajo y fuimos a Nahal Amud, una reserva natural situada entre Merón y Safed. Fuimos a pie un trayecto de aproximadamente medio kilómetro rumbo a un arroyo que estaba lleno de pececitos de todos colores. Mi hija más pequeña se reía a carcajadas porque los pececitos le picaban los deditos del pie…

 

Yo empecé a preocuparme por el agua que nos quedaba. Habíamos bebido casi toda el agua cuando bajamos la montaña. Le pregunté  a mi esposa qué íbamos a hacer cuando tuviéramos que subir la montaña al volver para no deshidratarnos. Ella me sonrió con toda calma mientras me señalaba el arroyo. Gracias a Dios ella se crió en una granja…

 

Íbamos vadeando el arroyo de agua diáfana, agua corriente. Enseguida llenamos una botella e inspeccionamos su contenido en busca de sedimentos. El agua era perfectamente transparente. Yo mismo la probé y les puedo asegurar que ni la botella de agua mineral más cara no se le acerca en gusto ni en calidad. Nuestros hijos pasaron horas enteras jugando. Mi hijo tomó barro del lecho, hizo pelotas de barro y se las arrojó a todos. Mis hijas se pusieron a bailar. Mi mujer descubrió una pequeña cueva que conducía a una laguna más grande, donde los peces eran del tamaño de zorros!

 

Estábamos en el paraíso. Pasamos la noche en carpas escuchando de lejos el aullido de los lobos. Nos levantamos a la mañana y bebimos una rica taza de café, disfrutando del aire fresco de la montaña, mientras nuestros hijos juntaban piedras para formar un castillo para defender las carpas. Nos encontramos con judíos religiosos, judíos laicos, árabes y turistas extranjeros. Todos nos preguntaron de dónde veníamos:

 

“Netania”

 

Suena tan natural.

 

Mientras íbamos en el auto de regreso a casa, nos dimos una vuelta por Safed. Allí vimos un poster del Rebe de Lubavitch con un mensaje: “Ni un solo judío se quedó en el exilio”.

 

Es verdad.

 

La tierra de Israel es el judaísmo alegre. En todas partes es tu casa. El asado es el entretenimiento nacional. El amor a la Tierra de Israel incluye sus piedras, su polvo, sus flores, su agua, sus muchos senderos, sus pájaros, sus árboles, sus arbustos, sus fragancias, su aire, y sus peces, que alegran a todo el que es lo suficientemente sabio para percibirlo en todos ellos. Esto es algo que todos tenemos en común.

 

Esta mitzva, este precepto de residir en la Tierra de Israel es algo que Maimónides enumera junto con todas las otras mitzvot de la Torá. El que lo observa puede vivir un judaísmo alegre.

 

Nuestros hijos son mucho más felices de lo que podríamos haber soñado. Son niños activos. Son niños sanos. Estamos celebrando el judaísmo alegre en el único lugar de toda la Tierra que Dios creó específicamente para nosotros, para que lo disfrutáramos.

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