La hi-tech y el Jafetz Jaim

Si no tienen un teléfono inteligente, no lo compren. Si lo tienen, piensen en sustituirlo con un teléfono kasher. Si no tienen planes de comprar uno kasher, lean esto:

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Dovber Halevi

Posteado en 17.03.21

Si no tienen un teléfono inteligente, no lo compren. Si lo tienen, piensen en sustituirlo con un teléfono kasher. Si no tienen planes de comprar uno kasher, lean esto:

 

La gente se maravilla ante el auto sin chofer, pero el auto propiamente dicho se inventó en el siglo diecinueve. La gente se maravilla con el teléfono inteligente, pero el teléfono propiamente dicho se inventó de la Primera Guerra Mundial. La tecnología avanzó principalmente a fines del siglo diecinueve.

 

El gran sabio que fue testigo de la transformación inicial de un mundo industrial a un mundo digital fue el Jafetz Jaim.

 

Su perspectiva de la hi-tech sigue teniendo relevancia aún hoy. Según el Jafetz Jaim, la hi-tech es un recurso didáctico. A fin de que internalicemos mejor los Diez Mandamientos, Hashem nos dio el teléfono.

 

Para entender mejor cómo es posible que Hashem escuche todas nuestras voces al mismo tiempo, Hashem trajo al mundo un aparato que posibilita escuchar a alguien que se encuentra a miles de kilómetros de distancia. Y si nosotros podemos escuchar calumnias desde la otra punta del planeta, Hashem ciertamente puede. Si nosotros podíamos hablar con más de una persona a la vez por teléfono, y oír voces de personas situadas en diferentes ciudades y países, con el océano de por medio, entonces Hashem ciertamente puede escuchar a todos, en todas partes.

 

Los grabadores cumplen el mismo propósito. La cámara de vídeo y el grabador reproduce todas nuestras acciones, y todos las pueden ver y/o oír. Rabí Yosi Mizraji nos trae la historia de una boda en la que se descubrió que todos los cheques que habían recibido de regalo fueron robados. La policía les recomendó mirar el vídeo de la boda y buscar pistas allí.

 

La cámara captó en la filmación a alguien llevándose los cheques. Al enfrentarlo, le mostraron el vídeo y él se arrepintió de la vergüenza.

 

El Pirkei Avot (Ética de los Padres)

 

Piensa en tres cosas y no caerás en la transgresión. Sabe qué está por encima de ti: un ojo que ve, un oído que oye y todos tus actos son inscriptos en un libro (Avot 2:1)

 

A fin de reforzar este concepto, Hashem nos proveyó de tecnologías, para que pudiéramos digerir esto con nuestros sentidos básicos. En nuestra generación, Hashem nos dio algunas de las herramientas tecnológicas más grandes: los medios sociales y los teléfonos inteligentes.

 

¿Qué propósito cumplen? Hace treinta años, uno leía las noticias en el periódico. Las leía yendo camino al trabajo, y esa era su cuota diaria. Hoy las cosas cambiaron. Cualquiera sea el tema del que quieras informarte, puedes verlo enseguida a cada momento del día.

 

¿Te interesa lo que pasa en Israel? Únete a algunos grupos pro-israelíes en Facebook y en Twitter. Haz que el teléfono inteligente suene cada vez que se publique online algún artículo, vídeo o algún post de los medios sociales relacionado con Israel.

 

Mientras tengas el teléfono inteligente en el bolsillo, lo cual suele suceder todas las horas del día, vas a estar pegado a un constante flujo de noticias. Cientos de artículos, miles de likes, comentarios y compartir. Muy pronto, sabrás todo lo que sea necesario que esté conectado con el Estado Judío. A lo largo de todo este torrente imparable de información, es posible que te conectes más con Israel que ahora.

 

Esa es la lección que nos está enseñando Hashem. Transformarmos a nosotros mismos completamente  bombardeándonos con un constante flujo de información.

 

¿Y qué pasa si fijamos los teléfonos inteligentes a Dios? ¿Qué pasa si nos unimos a grupos de medios sociales que den charlas de Torá? Y qué si los teléfonos solamente nos alertan cuando hay un post nuevo de alguna idea novedosa de Rashi o un análisis de emuná de la parashá de esta semana?

 

 

Si hacemos de nuestro teléfono inteligente una yeshivá virtual, entonces llegaríamos al Beit Midrash (casa de estudios) incluso mientras bebiésemos latte en el centro de compras.

 

Estaríamos conectados con Dios non-stop. Todos nuestros pensamientos, sentimientos, sueños, y deseos estarían conectados con Hashem y Su Torá.

 

Eso es lo que Hashem quiere de nosotros. Hubo una época, no hace mucho, en que cada judío pasaba todo el tiempo posible rezando, estudiando y mejorando sus rasgos de carácter para poder acercarse más a Hashem. Eso era lo único que quería en la vida.

 

Los tiempos han cambiado. Las distracciones han proliferado y se han intensificado. Sin embargo, el propósito de la vida no ha cambiado. Hoy Hashem sigue dándonos herramientas para virtualizar la experiencia de dedicar todo nuestro ser a Él – para que pudiéramos simular que es posible.

 

Él está en todas partes, en todo momento, dándonos las respuestas incluso antes de que planteemos las preguntas.

 

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