El asesino invisible

Me siento tan mal conmigo misma…. ¿Por qué acabo de decir eso? ¿Por qué? ¿Qué gané con decirlo?

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Sharon Roter

Posteado en 15.03.21

De un tiempo a esta parte, se me vienen escapando palabras de lashón hará (malas habladurías) de mi boca antes de que pueda detenerlas.

 

Yo sé que es lashón hará antes de que abro la boca pero hay una fracción de segundo de indecisión en el que empiezo a justificar que en realidad está bien lo que voy a decir.

 

Y entonces me sale de la boca de un saque, como una necesidad incontrolable de regurgitar.

 

Luego me siento tan mal conmigo misma…. ¿Por qué acabo de decir eso? ¿Por qué? ¿Qué gané con decirlo? Me sigo haciendo estas preguntas agonizantes.

 

La euforia producida al hablar de otra persona ahora es reemplazada por una sensación de fracaso y desilusión conmigo misma.

 

Puedo estar sentada con una amiga y hablando de otra persona, mientras en mi cabeza hay dos personitas hablándome al mismo tiempo.

 

“Eh, señora, lo que usted está diciendo está prohibido. ¿Por qué está hablando de alguien que no se encuentra presente?”. Esta personita está hablando y yo me siento incómoda. Necesito escaparme, esconderme, anular toda esta conversación. Pero ya es demasiado tarde. Ya tiene su propia vida y no puedo controlarlo.

 

Entonces aparece la segunda personita: “¿Y qué tiene de malo? No dijiste nada malicioso. Simplemente estás tratando de aclarar un punto específico de esta persona que no quedaría claro sin este ejemplo. Ni siquiera la criticaste o la juzgaste”. Yo me voy sintiendo un poco más tranquila, mientras ella continúa: “En realidad le hiciste un gran favor a ella y le hiciste un gran favor a la amiga con la que estás hablando y te hiciste un gran favor a ti misma. Además todo el mundo sabe de eso, así que ni siquiera cuenta…”. Y así continúa racionalizando y mientras tanto mi boca continúa produciendo “perlas”…

 

Cuando por fin me doy cuenta de que lo que está pasando no está bien, ya es demasiado tarde. Las palabras ya me salieron de la boca, se expandieron y se alargaron, mucho más allá de mi intención. Si pudiera, rebobinaría hacia atrás… Como en una película, con todo el sonido del rebobinado. De verdad…

 

¿Por qué me cuesta TANTO no hablar de los demás?

 

Una y otra vez caigo en la misma trampa, incluso cuando estoy hablando con gente que se cuida de no hablar lashón hará.

 

Una vez traté de estudiar las leyes del Jafetz Jaim. Cada noche antes de irme a dormir estudiaba unas cuantas leyes. Eso fue hace ya varios años.

 

Una vez llegó mi marido y me encontró llorando.

 

“¿Qué pasó?”, preguntó muy preocupado, porque casi nunca lloro.

 

“Ya no sé más de qué hablar, ni contigo ni con nadie. Me da la sensación de que ya no puedo dejar que me salga ni una palabra de la boca. Está prohibido hablar de TODO!”.

 

Mi marido procedió a hacer lo que mejor sabe hacer en esta clase de situaciones: cerró el libro y me dijo que me tomara unos días de vacaciones de él (del libro..)

 

Me calmó y yo volví a la vida normal. Pero me quedé un poco traumatizada y jamás volví a abrir el libro.

 

El solo hecho de pensar en volver a estudiar estas leyes me da miedo. Saber es poder. Y saber es comprometerse. Pero por otro lado, no saber y pensar que estás pecando es una situación problemática y confusa.

 

Si no tuviera conciencia de la importancia de ser cuidadoso con lo que uno dice podría de alguna manera arreglármelas. Pero el problema es que con el paso del tiempo entiendo cada vez más que las malas lenguas son la base del odio infundado, que finalmente conduce a la división, la destrucción y la postergación de la Redención Final y el fortalecimiento de las fuerzas de impureza.

 

Eso, hablado en términos generales.

 

Y en términos más específicos – puede simplemente matar a una persona. Es un asesino invisible. Un asesino que mata sin derramar sangre, porque no podemos ver el alma destruida dentro del cuerpo…

 

Oh, Dios mío, me parece que voy a tener que juntar coraje y estudiar un par de leyes…

 

Y ustedes… ¿qué piensan?

 

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1. Estrella Pachman

11/01/2020

Gracias por el artículo publicado , es de leerlo a diario, como un medicamento preventivo para nuestra boca =palabras y cerebro = pensamiento. Gracias de nuevo ☺️

2. Antonella

8/13/2018

Por fin alguien que expresa lo que me está ocurriendo!

Por fin alguien que expresa lo que me está ocurriendo!.. Tal es asi que siento que ya no es lo mismo (no soy la misma de antes) con la gente a mi alrededor y no se ni como actuar, menos qué decir.. y a veces me encuentro cancelando reuniones en las que sé que surge el chismorreo (hablar de los demas).. Me siento muuuuy extraña desde hace un tiempo, a veces me asusta.. luego me acuerdo que Hashem está conmigo y me calmo.. y tambien recuerdo que son tiempos CRUCIALES, y no hay vuelta atrás.

3. Anónimo

8/13/2018

Por fin alguien que expresa lo que me está ocurriendo!.. Tal es asi que siento que ya no es lo mismo (no soy la misma de antes) con la gente a mi alrededor y no se ni como actuar, menos qué decir.. y a veces me encuentro cancelando reuniones en las que sé que surge el chismorreo (hablar de los demas).. Me siento muuuuy extraña desde hace un tiempo, a veces me asusta.. luego me acuerdo que Hashem está conmigo y me calmo.. y tambien recuerdo que son tiempos CRUCIALES, y no hay vuelta atrás.

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