Talla única
Alex está desempleado, no puede estudiar, su matrimonio está en ruinas y se pasa el día durmiendo.
Hace 15 años Alex era un chico que tenía mucha popularidad entre sus conocidos y además era un músico talentoso, atleta y y chef gourmet. Amado por todos, Alex hablaba tres idiomas y todos sabían que era una persona muy servicial. Podía arreglar casi cualquier cosa que se hubiera roto y siempre estaba dispuesto a dar una mano.
Por desgracia, hoy Alex está desempleado, no puede estudiar, su matrimonio está en ruinas y es prácticamente un desconocido para sus propios hijos, ya que se pasa el día durmiendo. A veces, su cuerpo tiembla violentamente; otras a veces, literalmente, no puede moverse y, a veces, simplemente se derrumba. Cuando Alex comenzó a pensar en el suicidio como una "solución", lo llevaron a un psiquiatra que le diagnosticó una enfermedad mental.
En un famoso estudio, David L. Rosenhan demostró que los psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales psiquiátricos de hecho no logran diferenciar entre las personas que de veras están locas y las personas cuerdas pero que fingen estar "locas".
Alex no estaba loco ni pretendía estar loco. Esto puede sonar extraño, pero sus problemas no eran producto de una enfermedad, sino producto de que él rechazaba la verdad de cómo se suponía que debía vivir. Permítanme explicarles.
La paradoja de la historia de Alex, como pronto verán, es que realmente era una persona que estaba en busca de la verdad; como tantas personas en la época tan difícil en la que vivimos, Alex anhelaba encontrar a Di-s en su vida.
Cuando Alex se acercó al judaísmo, le dijeron que la única forma de estar cerca de Di-s y vivir una vida de verdad era estudiar el Talmud doce horas al día. Alex acepto este consejo porque el rabino le mostró por escrito que esta era la "verdad". Dado que se tomaba muy en serio la búsqueda de la felicidad en la espiritualidad, Alex siguió el consejo del rabino e hizo un cambio abrupto en su vida. Comenzó a estudiar doce horas diarias y de un solo golpe eliminó todas las demás actividades de su vida que le daban placer.
El problema con su nuevo estilo de vida era que, en lugar de hacer a Alex más feliz, lo estaba deprimiendo cada vez más. El cuerpo de Alex comenzó a rebelarse. Pero Alex pensó que debía ser culpa suya. Después de todo, si la Torá decía que el estudio era el principal propósito de la vida de un hombre, ¿por qué no lo hacía feliz? Alex volvió al rabino para averiguar qué era lo que estaba haciendo mal. El rabino insistió en que Alex estaba en el camino correcto, pero si doce horas eran demasiado, entonces podía reducir el estudio a ocho horas al día.
Lo que el rabino omitió decirle a Alex fue que la Torá también dice que una persona necesita sentirse feliz con su estilo de vida, por lo que, si no es el tipo de persona que se siente feliz estudiando dice horas o incluso ocho horas al día, que también podía elegir entre otras opciones y aun así llevar un estilo de vida de la Torá…
Hasta que Alex no vino a nuestra yeshivá en busca de ayuda, no se dio cuenta de que aún podía andar en bicicleta, pasar tiempo cocinando, tocar su instrumento musical o ir a patinar con sus hijos. Tampoco se sintió libre de usar sus otros talentos considerables para trabajar para una yeshivá u otra organización religiosa. No ha sido fácil para Alex deshacerse de la falacia de que debe esforzarse para estudiar incluso si eso lo enferma. Todavía se compara con los grandes rabinos que se sacrificaron para estudiar incluso cuando les resultaba muy difícil.
Alex, y muchos otros como él, tienen que saber que Di-s les dio la experiencia y los talentos únicos que tienen por una razón y que Di-s no necesariamente necesita que todos se conviertan en grandes rabinos. La persona que ama el estudio se siente feliz estudiando. Si alguien está destinado a estudiar durante muchas horas, también traerá ese placer a casa a su esposa y familia, y funcionará normalmente en todas las áreas de su vida. Esa persona nunca experimentará los síntomas "psiquiátricos" que tenía Alex. Si lo hacen, entonces no están viviendo de acuerdo con el plan de Di-s, sino que están tratando de encajar en la concepción única del estilo de vida de la Torá de otra persona.
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