¡Todo Se Transformará Para Bien!
Un Justo solía decir: “Cuando los médicos desesperan al hombre, y, a pesar de eso, él se fortalece y pone toda su confianza en Hashem, se le abren las puertas de la curación”...
Un gran Justo solía decir: “Cuando los médicos desesperan al hombre, y, a pesar de eso, él se fortalece y pone toda su confianza en el Creador – entonces se le abren las puertas de la curación”…
¡Todo se transformará para bien!
Es muy importante saber – ¡El Creador es todopoderoso! Y cada Decreto puede ser transformado con plegarias, arrepentimiento y caridad, como dijo el Rey Ezequías: “Incluso cuando una filosa espada está colocada sobre el cuello del hombre – no se evite a sí mismo la Misericordia”. “La Misericordia” significa plegaria, y especialmente la plegaria del enfermo que es la más efectiva, como comentaron los Sabios sobre el versículo (Génesis 21:17): “Pero Di-s escuchó la voz del muchacho…” – aprendemos entonces que la plegaria de una persona sobre sí misma es más eficaz que las plegarias de los otros por él, y es la primera en aceptarse. Como vemos en el versículo antedicho, que aunque la madre del muchacho también lloró, el Creador escuchó antes la voz de su hijo que la suya.
Por lo tanto, aunque el “Rescate del alma” y las plegarias de los Justos son muy importantes, no existe algo tan poderoso y útil como la plegaria del enfermo mismo. Lo esencial de todo, es que hable con el Creador en su propia lengua. Se dirigirá al Creador con súplicas, Le contará todo lo que le pasa, se arrepentirá y pedirá curación; debe prolongar mucho estos ruegos, incluso horas enteras, en las cuales detallará es su propio idioma todas sus necesidades físicas y espirituales. Y como dijo el Rey David (Salmos 30:3): “¡Oh Eterno, Di-s mío! Clamé a Ti, y Tú me curaste”.
Uno de los discípulos del maestro, autor de este libro, tuvo un grave accidente. En su espalda se abrió una honda herida, que dejó al descubierto su columna vertebral, casi hasta los riñones. Los médicos no podían curar la herida por distintas complicaciones e infecciones, y se desesperaron. Cuando llegó el maestro a visitarlo y le contó la situación, así le dijo el maestro: “Hasta hoy, poco te aislaste con el Creador en una diaria plegaria personal, aparentemente el Creador quiere más de ti. Si deseas vivir, empieza desde ahora a aislarte en plegaria por lo menos dos horas por día”.
El alumno obedeció al maestro. Cada noche se acercó con la silla de ruedas al balcón del hospital, y durante unas cuantas horas pidió al Creador, en su propia lengua, que sus tejidos sean reconstituidos en el lugar descubierto. Poco a poco, ante el asombro de los médicos, empezó a formarse un nuevo tejido en su espalda, hasta que la herida cicatrizó y se sanó completamente.
Un gran Justo solía decir: “Cuando los médicos desesperan al hombre diciéndole que no hay curación para su enfermedad, y, a pesar de eso, él se fortalece y pone toda su confianza en el Creador – entonces se le abren las puertas de la curación y de la salvación”…
La explicación de esto es que durante el tiempo que los médicos no desesperan al enfermo, le es difícil confiar únicamente en el Creador, y pone sus esperanzas en los médicos y en los medicamentos. Por eso, no debe el hombre enfermo esperar que los médicos lo desesperen, sino que debe esforzarse desde el principio en confiar exclusivamente en el Todopoderoso.
Cada minuto es importante
El hombre enfermo debe aprovechar la situación en que se encuentra para examinar sus acciones. Hay enfermos que están acostados muchas horas, en los hospitales o en sus casas, sin hacer nada. Ellos deben saber, que todo esto es dirigido desde lo Alto para que aprovechen esa situación, en la que no están atareados y ocupados en la carrera de la vida, usando el tiempo libre para hacer examen de conciencia.
Más aún, cuando por la enfermedad se debilitan los apetitos y el hombre tiene la posibilidad de reflexionar sobre la vida en forma objetiva. ¡Qué terrible es el fenómeno por el que se le pone al enfermo un aparato de televisión frente a sus ojos! Desvía así sus pensamientos y no se le da la posibilidad de hacer lo que él realmente debe hacer – ocuparse con el arrepentimiento, la plegaria y el examen de conciencia.
¡Que tengas éxito!
El hombre que se enfermó y se conduce según las reglas de la fe, logra una buena calificación en el Cielo y en este mundo. Logra arrepentirse de todos sus pecados al darse cuenta de ellos por el estímulo de su enfermedad; sale reforzado en su fe y conoce mejor al Creador; ciertamente logra una rápida convalecencia y una significativa elevación espiritual. Él merece el bien en este mundo y en el Mundo Venidero.
Contrariamente, al que le falta fe, cae en el miedo, la tristeza, la desesperación y malos pensamientos sobre el Creador, como: ¿Por qué merezco esto?, ¿qué hice?… Un hombre como este no logra sacar ningún provecho de la enfermedad, y sus pesares y sufrimientos son muy grandes. Seguramente pone toda su confianza en los doctores y medicinas, y puede así recibir grandes desilusiones.
El hombre debe saber, que cuando logra triunfar en el examen de la fe, le da satisfacción al Creador, dado que por la fe creó el mundo. Con esto el hombre cumple la misión por la cual llegó aquí; y por su intermedio logrará fácilmente la completa curación y un buena calificación en la prueba de la fe.
Continuará…
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut shel Jésed" – "Hilo de Bondad")
7/28/2010
reflexiòn bastante apropiada para mì. Es tan necesario escuchar o leer consejos e instrucciones de nuestros grandes sabios, pues en lo personal me ayudan a saber por donde voy y hacia donde y como reforzar la fè en El Creador y aferrarme unicamente a El, pues conciente estoy q sin H`no hubiera salido a flote y es mi mayor fuerza, pues siempre m escucha y cuando es su voluntad m responde, muchas gracias Reb.Shalom Arush.Shalom
7/28/2010
Es tan necesario escuchar o leer consejos e instrucciones de nuestros grandes sabios, pues en lo personal me ayudan a saber por donde voy y hacia donde y como reforzar la fè en El Creador y aferrarme unicamente a El, pues conciente estoy q sin H`no hubiera salido a flote y es mi mayor fuerza, pues siempre m escucha y cuando es su voluntad m responde, muchas gracias Reb.Shalom Arush.Shalom