El conocimiento del fundamento de los fundamentos, el tema de Pésaj, distingue el judaísmo de la Torá. Otras religiones sólo pueden trazar la raíz de sus inicios a la supuesta iluminación de un individuo persuadiendo a otros con su forma de pensar. Esto se conoce como un fundamento de fe. Un individuo convence a muchos a creer su visión de realidad. En contraste, el judaísmo de la Torá, se mantiene en un fundamento de conocimiento; un conocimiento indudable e irrefutable. Muchos fueron simultáneamente parte de una experiencia milagrosa tras otra en un período de tiempo extenso. No tuvieron que creerle a nadie. Multitudes de personas se convencieron de una realidad más allá de cualquier cosa que ellos hubieran concebido previamente en una forma que no dependía de la personalidad o de los argumentos de una persona.
Sin embargo, la fe no es opuesta al conocimiento. Construida sobre un fundamento sólido de conocimiento, es vital para la integridad de cada individuo. En el calendario judío, la emuná total, la fe total es celebrada en Purim. Aconteciendo al final del año judío, 30 días antes de Pésaj, el último Purim va a ocasionar mejiyat Amalek, la exterminación de Amalek (es decir, la caída definitiva del mal, personificado por Amalek). Este último Purim conmemorará la victoria de la fe y llevará a la llegada directa del Mesías.
Para hablar de Tu bondad en la mañana y de Tu lealtad (emuná) por la noche. (Salmos 92:2)
La primera parte del versículo, ´la mañana´ se refiere a yetziat Mitzraim, mientras que la segunda parte, ´la noche´, se refiere a la noche del exilio cuando uno no ve milagros, cuando hay un hester panim, ´el ocultamiento de la cara (de HaShem)´. En la noche del exilio, todo parece ocurrir de una forma natural para permitir que HaShem permanezca escondido, lo que obliga a la gente a sobrevivir con emuná. Tiene que ser de este modo, pues la emuná es el mecanismo que rompe a Amalek, un destino hacia el cual nos estamos dirigiendo todavía.
Ya que la intervención de HaShem durante los siglos del exilio va a ser de una manera muy natural, todo acerca de Purim – el día sagrado que simboliza la última victoria sobre la noche del exilio – se relaciona con el orden natural de las cosas. Los judíos fueron salvados a través de conductos políticos, no con trastornos abiertos de la naturaleza. En el Libro de Ester, el nombre de HaShem nunca se menciona. Todo está oculto, todo está hester. El nombre de Ester está insinuado en el versículo: haster astir et panai, ´Yo ciertamente esconderé Mi rostro´.39 Aun las observancias de Purim, comer, beber hasta embriagarse y estar alegre, están relacionadas con el mundo físico natural.
En otro lugar, con la ayuda de Di-s, vamos a explicar con amplitud los detalles de Purim. Se mencionan aquí, sólo para dar un contraste con el significado de Pésaj. Purim es el fin del ciclo. Pésaj es el inicio. Purim representa el destino del pueblo judío. Pésaj es el origen. Purim es el terreno productor de fe. Pésaj de conocimiento. Purim y Pésaj están perfectamente diseñados para complementarse uno con otro, y ambos son necesarios para la finalización del ciclo anual, así como del ciclo final de 6000 años de creación. Solamente la integración apropiada de fe y conocimiento hacen al ser humano integral.
Lo Contrario a Yediá
Si el villano de Purim, lo opuesto a la fe, es Amalek, entonces el villano de Pésaj, el oponente al conocimiento, es el Faraón. Si yetziat Mitzraim representa la máxima manifestación del conocimiento de HaShem, de estar convencido de que HaShem existe entonces el Faraón representa el mayor obstáculo para conocer a HaShem.
Cuando Moshé llegó con el Faraón en nombre de HaShem, el monarca egipcio respondió: ´¿Quién es HaShem?´40 Es decir, no existe tal cosa como HaShem. Aun después, cuando los milagros forzaron al Faraón a admitir que HaShem existía, los describió solamente como ´el dedo de Elokim´. Fue solamente el dedo y no la mano. Y fue sólo Elokim, el nombre de Di-s que abarca menos que el de las cuatro letras Havayá; Elokim es el Di-s que creó la naturaleza, bereshit bará Elokim, Quien parece dejar la naturaleza correr su curso.
Aun después que el Faraón aceptó la existencia de HaShem, no aceptó la hashgajá pratit (providencia Divina). Por lo tanto, HaShem lo tuvo que partir en dos etapas: la muerte de los primogénitos y kriat yam suf. La muerte de los primogénitos, la décima de las diez plagas, le comprobó fuera de toda duda que HaShem existía. No obstante, kriat yam suf, significó la caída total y la destrucción del Faraón porque probaba que la hashgajá pratit estaba viva y activa.
En la orilla del Mar Rojo, después de que las agitadas aguas se apaciguaron y el silencio descendió, la naciente nación judía supo absolutamente que HaShem existía y supervisaba cada aspecto de su vida. También supieron que el antiguo Egipto estaba acabado. Y no sólo el ejército egipcio, sino el poder del Faraón que quería nublar el conocimiento de la existencia de HaShem, había sido vencido completamente.
–Selección extraída del libro "Autoestima" por Ezriel Tauber (C) Edit. Jerusalem de México – .
(Con la amable autorización de www.tora.org.ar)
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