A La Luz del Shabát – Ree

“¡Espera. Espera! Nos olvidamos de algo muy importante”. Exclamó ella de repente. “Poco dinero, pero es fundamental antes de cerrar esta operación tan importante”…

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Maór HaShabát

Posteado en 05.04.21

“¡Espera. Espera! Nos olvidamos de algo muy importante”. Exclamó ella de repente. “Poco dinero, pero es fundamental antes de cerrar esta operación tan importante”…

 
Inversión sin riesgo
 
"Dos millones de dólares por un departamento tan bonito como este, en el medio de Jerusalén, es un proyecto que me entusiasma, realmente me parece una ´ganga´".
Para la Sra. Sara, una poderosa empresaria de los Estados Unidos, es una suma razonable. Siempre soñó con tener un departamento en Jerusalén. Le llegaron las fotos del proyecto. ¡Impresionante! Incluso una breve visita a Israel para verlo de cerca. Lo único que faltaba era consultar con su asesor privado para que le diera al banco la orden de transferencia del dinero. 
 
Tenemos un plazo razonable de por lo menos un mes. Le aconsejó el financista. "Desde ahora hasta la fecha de la concreción de la transferencia del millón de dólares al director del proyecto en Israel, tenemos un mes, es un tiempo interesante para invertir. El mercado mundial está inestable, por eso debiéramos optar por lo más seguro". Dijo su asesor. 
La Sra. Sara lo escuchaba a medias mientras soñaba con su departamento en la Tierra Santa de Jerusalén.
 
"¡Espera. Espera! Nos olvidamos de algo muy importante". Exclamó ella de repente. "Poco dinero, pero es fundamental antes de cerrar esta operación tan importante… debo separar el Maaser (diezmo)".
 
"¿De cuánto dinero estamos hablando?"."Sólo cien mil dólares"."¿A dónde lo giramos?"."A una organización de ayuda, en Israel" y le dio los datos necesarios."Por favor, firme aquí". Le pidió el gerente acercándole el documento que autorizaba la transferencia de cien mil dólares de su cuenta a la organización indicada.
 
"Listo. La orden fue ejecutada, sólo nos queda realizar la operación con los novecientos mil dólares restantes". El gerente le explicó resumidamente y con concentración, mientras sus dedos recorrían el teclado y la impresora emitía uno tras otro informes y cotizaciones de todos los mercados del mundo… Cuando se escuchó el sonido del celular de la Sra. Sara.
 
Desganadamente alargó su mano tomando el celular de su cartera. "¿Quién llama a mi número privado ahora? Que impaciente, ¿no puede esperar que llegue a casa?".
"Tenía que ser: Yeni", la esposa de su hermano menor, que siempre llama en el momento menos oportuno.
 "Sí, Yeni."
"¡¿Qué?! ¿Un choque?"
"¡¿Herido?!"
"¡¿Donde está?! ¡¿Está vivo?! Con la voz entrecortada.
"¡¿En qué hospital?! ¡Salgo para allí! Ya estoy saliendo"
No logró llegar a la mitad del camino en dirección a la salida, cuando la alcanzó el gerente del banco: "¡Espere un momento!
"No puedo esperar, mi hermano Israel está herido, su esposa no se puede ocupar, es muy joven y en el hospital no le harán caso, debo ir allá".
"¿Pero… qué hacemos con el dinero, Sra. Sara? Necesitaba instrucciones. Dejaría el dinero donde estaba o lo giraba al circuito mundial de inversiones. ¡Cada día significaba una pérdida de miles!
"¡No me importa! ¡Que pase lo que tenga que pasar! ¡Deje todo como está! Sara no podía pensar en el dinero, mientras debía ocuparse de su hermano.
 
Los siguientes minutos fueron turbulentos y terroríficos corriendo por los interminables pasillos del hospital. ¡Israel se despertó! Le anunció una de las doctoras. Solo es una herida leve, pronto se restablecerá.
Durante toda la noche Sara permaneció junto a la cama de su hermano Israel. 
En las primeras horas del día siguiente… nuevamente el financista en la línea: "Disculpe la molestia, ayer dejamos todo abierto, le pedí al gerente del banco que nos espere hasta hoy al mediodía. Si está de acuerdo, se acerca un momento al banco, firma, y nosotros nos encargamos del resto"
"¡No tengo tiempo para firmas ahora!" Sara estaba decidida y hasta había olvidado la cortesía. "Estoy aquí desde ayer, Israel ya se siente mejor, pero ninguna operación es urgente en este momento".
"Pero se trata de una pérdida muy importante…".
"Lo siento, no me importa, perder a mi hermano hubiera significado una pérdida mucho más importante, suspiró con impaciencia, cuando Israel sea dado de alta y yo tenga tiempo, lo volveré a evaluar.
 
Esa misma mañana corrió la noticia por todo el mundo como reguero de pólvora: El Lehman Brothers Bank había quebrado, un acontecimiento sin precedentes en la historia de las finanzas mundiales, con un pasivo de 430 millones de Euros, arrastrando tras de sí a los más importantes inversores del mundo.
 
Está de más decir que era el lugar elegido para la inversión de la Sra. Sara, operación interrumpida por el accidente del hermano.
¿Acaso fue un accidente? Volviendo a pensar en ello, ella está segura que no.
Si no hubiera hecho la transferencia del Maaser a la organización de ayuda, se hubiera ahorrado muchos minutos y seguramente la operación se hubiera concretado antes de recibir el aviso del accidente.
Más que esto, ¡¿si ella no hubiera hecho la transferencia del Maaser acaso Israel hubiera salido del fatal accidente solo con pequeñas heridas?!
 
Esta historia que llegó a nosotros es real, pero por motivos obvios no podemos dar los nombres verdaderos de los protagonistas. 
Después de leer esto ¿es posible no salir corriendo para dar una Tzedaká (caridad)?, en lugar de pensar: ¿otra vez viene este a pedirme?
No lo olvidemos: más de lo que damos… recibimos.
 
 
– Tomado y Editado de Maor HaShabát, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable: Eliahu Saiegh –
 
(Gentileza de www.Torá.org.ar)

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