Tazria – Bellos Actos Humanos
Cuando dominaron los romanos sobre Israel, después de la destrucción del Segundo Templo, fue decretada la pena de muerte a quienes circuncidaban a sus hijos…
Cuando dominaron los romanos sobre Israel, después de la destrucción del Segundo Templo, fue decretada la pena de muerte a quienes circuncidaban a sus hijos…
Los actos humanos que son bellos
En nuestra sección semanal, además de tratar de la `Tumat Nidá´ de la mujer parturienta, se nos recuerda el deber básico y fundamental del Judaísmo, que es el circuncidar (el Brit Mila) a todo varón al octavo día de su nacimiento.
Muchas veces en nuestra historia, los enemigos del Pueblo de Israel tramaron prohibirnos este precepto tan especial. Cuando dominaron los romanos sobre Israel, después de la destrucción del Secundo Templo, fue decretada la pena de muerte a quienes circuncidaban a sus hijos.
El Midrash nos cuenta de una discusión entre Rabi Akiva, quien había sido sentenciado a muerte por los romanos por el "delito" de enseñar Torá en público, y entre el gobernador romano Tornos-rofos. Y la historia fue así: "Tornos-rofos el malvado le preguntó a Rabi Akiva: ¿qué actos son más bellos, los del Creador o los del hombre? Le contestó: ¡¡Los del hombre son más bellos!!
Le dijo Tornos-rofos: ¿Cómo es posible? ¿Acaso el hombre puede crear los cielos y la tierra? Le dijo Rabí Akiva: No estamos hablando de cosas que están más allá del alcance humano, sino sólo de las cosas que el hombre puede controlar. Preguntó Tornos-rofos ¿Por qué ustedes se hacen la circuncisión? Le contestó: Yo sabía que a esto te referías y por eso me preguntaste qué actos son más bellos, a lo que te respondí que los actos del hombre son más bellos que los de Di-s.
Rabi Akiva le trajo espigas y galletas, y le dijo: Éstos son obra de Di-s y éstos del hombre, ¿acaso no son las galletas más bellas que las espigas?
Le dijo Tornos-rofos: Si Di-s quiere que el hombre esté circuncidado, ¿por qué no nace así? Le dijo Rabi Akiva: ¿Por qué nace unido al cordón umbilical y lo tienen que cortar? – Y sobre lo que preguntas: ¿Por qué no nace circunciso? La respuesta es que Di-s le entregó las Mitzvot (Preceptos) al Pueblo Judío, para refinar al hombre" (Midrash Tanjuma Tazria 5).
Si prestamos atención a este Midrash, veremos que ellos no trataron directamente sobre el Precepto de Brit Mila (circuncisión), pero fue el pretexto y punto central de una discusión más esencial. El tema central es la pregunta de las preguntas. La víctima y su verdugo se situaron frente a este interrogante en dos extremos opuestos, en la cual la diferencia es abismal, y la cual no permite concesiones.
Es decir, estaban enfrentados el pesimismo greco-romano, aquí representado por quien conquistó y dominaba en aquel momento, contra el optimismo judío, al cual se le agregaba relevancia dado que quien discutía no era otro que Rabi Akiva, sobre quien pesaba la pena de muerte.
El mundo, opinaba el romano, es así: está tanto lo bueno como lo malo. Le falta ser íntegro pero no es posible mejorarlo. Además no hay necesidad de mejorarlo, ya que no tiene sentido ni dirección, sólo su momento y su tiempo. Por ende debemos vivir nuestros momentos. ¡El hombre es muy pequeño! "¿Acaso puede hacer el cielo y la tierra?" En esta creación tan grande casi no se percibe al hombre; entonces ¿qué valor tienen los actos tanto buenos como malos?
Rabi Akiva percibía el tema en forma totalmente distinta:
Él decía que los actos del hombre son más bellos, aparentemente, que la obra de Di-s. En el momento que tenemos que ser responsables no me recuerdes lo pequeños que somos frente a una creación tan inmensa, sino recuérdame "cosas que están al alcance humano". Aquí nuestra importancia es grande. El mundo fue creado incompleto en forma intencional, para que el hombre pudiera por medio de sus actos y su libre albedrío, completarlo y mejorarlo. En su creación personal tiene que parecerse al Creador Mismo. En su mano está la posibilidad de hornear galletas a partir de lo que antes eran espigas, es decir, embellecer las creaciones que están en el mundo. Ésta es la mayor esperanza. Y principalmente que pueda mejorarse y embellecerse a sí mismo, incluso a su cuerpo, como nos enseña la mitzva de la circuncisión.
La ambición por un mundo mejor es lo que nos da energía para que actuemos, y como dijo Rabi Akiva, los preceptos fueron dados para el refinamiento y el pulido de nuestro ser, para que podamos cumplir con la misión que se nos encomendó.
(Gentileza de www.tora.org.ar)
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