¡Salgamos a la Guerra!

Una de las cosas que más nos cuesta creer es que podemos luchar contra nuestros impulsos…

Salgamos a la guerra

Una de las cosas que más nos cuesta creer es que podemos luchar contra nuestros impulsos. Sin embargo, si nos dirigimos al Talmud, en el Tratado de Berajot, veremos que allí se nos indica la estrategia a seguir. "Que el hombre siempre haga enojar al instinto bueno contra el instinto malo".

Aunque el enojo es considerado una mala conducta, en este caso es bueno; debemos luchar. Para vencer a nuestro instinto malo se requiere de una lucha constante. Para poder comprender mejor este concepto, vamos a ilustrarlo con el siguiente Midrash: En la feria de Roma, los perros eran muy astutos; un perro se acostaba en la puerta de la panadería, se hacía el dormido, y disimuladamente dirigía sus ojos a las exquisiteces que despedían un rico aroma. El perro aprovechaba un momento de distracción, revolvía todo lo que estaba en la bandeja y se llevaba un pan. Cuando el panadero ordenaba todos los panes, notaba que le faltaba sólo uno. Entonces decía: "Uno solo no es tan grave".

Así es como se comporta la Mala Inclinación: quiere hacer tropezar al hombre sólo en un detalle, para que mañana pueda hacerlo caer en otro. No hay que distraerse. Así dijeron nuestros Sabios en Shabat 105b: "Así es la profesión del la Mala Inclinación, hoy te dice: "Peca en esto", mañana, "Peca en esto otro", hasta que te dice: "Ve a practicar la idolatría" ". ¿Pero qué persona dotada de inteligencia va a dejar que su Mala Inclinación la haga tropezar la primera vez? ¿Qué es lo que debemos hacer? La respuesta es: salir a la guerra.

Nuestra Parashá comienza diciendo: "Cuando salieres a la guerra contra tu enemigo, y HaShem, tu Di-s, lo entregare en tu mano, y llevares de ellos cautivos…". El Jafetz Jaim trae una explicación sobre este versículo. En primera instancia estamos hablando de la lucha del hombre consigo mismo. Luego la Torá nos trae un apartado para refrescarnos la memoria.

Al final de nuestra Parashá nos dice: "Recuerda lo que te hizo a ti Amalek en el camino, cuando salieron de Egipto, que te encontró (en hebreo "Kareja") en el camino". La palabra "Kareja" significa "a tu encuentro" y también se interpreta como derivado del termino "kor" – frio. Amalek vino a "enfriar" tus sentimientos, tu creencia. En este caso ya no estamos hablando de la lucha del hombre consigo mismo sino de él con la sociedad, con el medio que lo rodea. Las compañías, vale decir, nuestro entorno, puede o bien acercarnos o bien alejarnos del camino de la Torá.

Amalek es catalogado como: "Velo iare Elokim", como una persona que no tiene temor de HaShem. Él nos aconseja que nos alejemos de la Torá y que no acatemos los consejos de los Sabios. No solamente que Amalek no teme, sino que su lucha consiste en enfriar y alejar. Intenta por todos los medios que el hombre se aparte del camino correcto. Analicemos: ¿Quien está frente a HaShem en peor situación? ¿El que mata o el que induce al pecado? Según los Sabios, el segundo, pues lo saca de este mundo y del mundo venidero. De acuerdo a una explicación del Rab Israel Salanter, no sólo es malo inducir a una persona al pecado sino también privarse de dar una ayuda por medio de la cual alguien se abstendría de pecar, porque entonces estamos incitando indirectamente a que esa persona peque. La Torá nos dice "Si vieres al buey de tu hermano o a su carnero extraviados, no te harás el desentendido: restituir lo restituirás a tu hermano" (Deuteronomio 22:1).

Pensemos un instante, si por un animal extraviado la Torá viene a remarcarnos que debemos preocuparnos por su devolución, entonces si un alma judía esta extraviada del camino… ¿no deberíamos ocuparnos aún más de hacerla regresar? Estamos en el mes hebreo de Elul, cada uno según sus posibilidades debe hacer lo que esté a su alcance para lograr sus objetivos. Lo mejor en estos casos es pelear contra nuestro Yetzer HaRá (Mala Inclinación) y ayudar a los demás para que también puedan hacerlo. Tengamos en cuenta lo que dijeron nuestros Sabios: "Al que viene a purificarse, de los Cielos lo ayudaran".

(Gentileza de www.tora.org.ar)