Huérfanos en cautiverio

La historia de Avigail

Quizá la historia de rehenes más desgarradora sea la de la pequeña Avigail Idan y toda su familia. La siguiente información procede de una entrevista con el tío de Avigail en un podcast de Bring Them Home Now en X (antes Twitter).

Roi Idan era fotógrafo de las agencias de noticias Ynet y Yediot Ajaronot. Roí filmó a los terroristas cuando se infiltraban en su kibutz. Su esposa Smadar y sus tres hijos estaban en casa cuando irrumpieron los terroristas. Smadar fue asesinada. Roy y Avigail estaban fuera de la casa. Él fue asesinado por los terroristas y Avigail pudo milagrosamente huir a casa de su vecino (la familia Brodetz). A las pocas horas, Avigail y la familia Brodetz fueron llevados cautivos.

Sus otros dos hijos, Mijael (9) y Amalia (6), se ocultaron en la habitación de protección junto con el cadáver de su madre muerta durante unas 14 horas. Mijael tuvo la presencia de ánimo de llamar a la policía para preguntarles qué debían hacer. Para entonces, las líneas de emergencia estaban saturadas y Mijael fue trasladado a la MDA (Magen David Adom – paramédicos). La MDA les dijo que se escondieran en un armario de la habitación de protección.

Durante esas 14 largas horas, Mijael y Amalia se decían que pronto los rescatarían y que no se preocuparan. Los rescatadores llegaron, pero los niños no estaban seguros de confiar en ellos; tal vez fuera una treta de Hamás. Un tío habló con los niños por teléfono móvil y los convenció para que salieran en busca de los rescatadores.

Imagínense: dos niños escondidos en un pequeño armario sin nada que beber ni comer, con apenas aire para respirar, de pie/en cuclillas durante 14 horas seguidas y temiendo por sus vidas. No podían moverse ni hablar para que los terroristas no descubrieran su escondite. Era literalmente una historia sacada de una película de terror del Holocausto…

En aquel momento, Mijael y Amalia sabían que habían matado a sus padres y pensaban que también habían matado a Avigail. Aún no sabían que, milagrosamente, ella no había resultado herida, que había abandonado los brazos de su padre muerto y había ido corriendo a casa del vecino. Tampoco sabían aún que la habían llevado cautiva con la madre de la vecina y sus tres hijos. Me maravilla el heroísmo del padre de Avigail, que seguramente contribuyó a salvarla, incluso en sus últimos momentos de vida.

Imagínense: una niña de tres años en cautiverio ¿Qué come esta nena? ¿Quién la ayuda a sobrellevar el terror de lo que está viviendo y el trauma de presenciar la muerte de su padre?

Lecciones en el dolor

Las historias de rehenes no son para leerlas, llorarlas y luego olvidarlas. Hashem nos muestra la tremenda hashgajá pratit (Providencia Divina) que está en juego para cada individuo en cada momento.

La lección más significativa de esta familia es la precisa Providencia Divina que actuó durante cada momento de esas largas horas. Había cinco personas en la familia Idan, pero cada miembro experimentó un curso diferente de los acontecimientos y el resultado. Quién fue asesinado, quién fue rescatado y quién fue secuestrado – todo de acuerdo con la participación directa de Hashem en la vida de cada uno, seguramente basado en la rectificación de su alma.

La regla inquebrantable de la emuná es que si bien los acontecimientos del 7 de octubre de 2023 y el cautiverio continuado de Avigail son horroríficos, en última instancia sirven a un buen propósito espiritual. 

Cualquiera que diga que lo ocurrido es bueno, ¡seguramente es un terrorista! ¡Un vil antisemita! Fue impactante, horroroso, y realmente más allá de las palabras para captar cuán malvado fue. Absoluta, pura maldad. Si todos lloráramos sin parar durante el resto de nuestras vidas, no sería suficiente. Esta masacre tendrá efectos duraderos durante generaciones, además de cambiar por completo el curso de la historia…

Pero con emuná podemos comprender que de esa negrura del mal ha surgido un bien increíble. Todos los judíos recitando salmos, todas sus buenas acciones, bondad, misericordia y entrega y, lo que es más importante, la increíble unidad que ha brotado en el pueblo judío en lugar de las luchas internas en las que nos desmoronábamos, ¡es por el mérito de los que fueron asesinados! Y seguramente hay muchos más aspectos de gran bondad que nuestras mentes tan limitadas simplemente no pueden comprender.

Otra lección importante es la importancia de la emuná para hacer frente a un sufrimiento que no tiene fin. Recurrir a la ONU para presentar demandas por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad no aliviará su dolor ni traerá de vuelta a los muertos. Culpar a Intel, a las IDF, al escalafón político e incluso a Hamás de la masacre puede ser lógicamente correcto, pero no pondrá fin a la muerte de seres queridos ni al trauma sufrido por los cautivos. Por no decir nada de los sobrevivientes, que se encuentran en estados psicológicos tan graves que algunos tal vez nunca se recuperen, Dios no lo permita.

El Rabino Arush llama a la emuná “el poder de sobreponerse”. Sin emuná, ¿cómo podrán estas familias soportar este horrible trauma? ¿Cómo podrán reconstruir sus vidas? Ciertamente, esto también es cierto en nuestras vidas individuales, ya que cada uno de nosotros trata de hacer frente al trauma de sólo saber lo que pasó, y el antisemitismo furioso que está siendo engendrado por la guerra en curso. 

No hay elección, como dice el Rabino Arush: “O emuná, o infierno”. El sábado negro del 7 de octubre fue sin duda el infierno en la tierra. Pero eso no niega el verdadero infierno de ansiedad, depresión y miedo que casi todos los judíos del mundo están sintiendo en este momento. Y contra eso, ¡sólo podemos luchar con emuná!

Hay 240 rehenes vivos conocidos que fueron secuestrados por terroristas de Hamás en Gaza el 7 de octubre (Shabat-Shemini Atzeret-Simjat Torá). El sufrimiento insoportable que ellos y sus familias están sufriendo no se puede medir con palabras.

La siguiente información y fotografías de menores de 18 años proceden de Niños secuestrados en Gaza.

En los casos en que se ha dado a conocer el nombre de la madre, lo hemos incluido entre paréntesis para que se difundan y la mayor cantidad de gente posible pueda rezar por ellos.