La Torá de más alto nivel

En el momento en el que el individuo comprende la importancia de la fuerza de voluntad, ya no hay necesidad de nada más, porque su propia fuerza de voluntad lo conducirá y lo llevará a su sitio, a su vocación y a su función exacta. Enseña Rabí Natan de Breslev:

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 03.04.24

Muchos tzadikim de gran nivel e importancia se unieron al entorno del Baal Shem Tov, fundador y líder del movimiento jasídico. Todos ellos recibieron sus enseñanzas y adoptaron sus prácticas. Y cuando el Baal Shem Tov falleció, el más cercano de sus discípulos, Rabí Dov Ber de Metzrich, así llamado el “Maguid (predicador) de Metzrich”, se hizo cargo del manto de liderazgo. Y los jasidim que habían seguido al Baal Shem Tov cuando aún estaba con vida ahora se volvieron discípulos del Maguid y viajaban con frecuencia a Metzrich a escucharlo.

En el estilo de vida jasídico, el punto culminante del lazo que mantiene el discípulo con su rebe tiene lugar cuando viaja a pasar Shabat en el patio jasídico del Rebe. Allí se siente embriagado por la atmósfera de alto nivel espiritual y ve por fin el rostro del tzadik, lo saluda y recibe el saludo de él, como así también su bendición, y luego rezan juntos. Y el punto culminante del Shabat mismo es el tish -literalmente: la “mesa”- que es la reunión para compartir la comida sagrada. Durante todas esas horas, el tzadik desciende “de la montaña al pueblo” y los eleva del mundo físico a una realidad que consiste únicamente de las llamas del fuego sagrado. Todos se unen en una sola entidad de canciones y anhelo por el Dios Vivo. Y en el pináculo de la comida, el Rebe habla con sabiduría y da un sermón en el que combina conceptos elevados extraídos de la lectura semanal de la Torá y los acontecimientos actuales, dando consejos prácticos y guía espiritual.

El santo Rabino Rabí Yaakov Yosef de Polnoye, autor del libro Toldot Yaakov Yosef, era uno de los miembros del círculo sagrado del Baal Shem Tov ─de hecho, uno de sus principales discípulos─ y fue quien, en sus libros sagrados, dejó sentada la esencia de las enseñanzas del Baal Shem Tov. Tras el fallecimiento de su maestro, Rabí Yaakov Yosef se sintió perdido, igual que un huérfano que acaba de perder a su padre, y sentía la imperiosa necesidad de llenar ese vacío. Extrañaba enormemente los Shabats sagrados que había pasado en compañía del Rebe, sus maravillosos tish y las profundas enseñanzas.

En cierta instancia, Rabí Yaakov Yosef fue a pasar el Shabat en Metzrich, en la casa del Maguid, y quería escuchar una enseñanza del Maguid. El viernes a la noche, envió a su asistente personal a la casa del Maguid para ver qué clase de maestro era el nuevo líder. El asistente regresó con el rostro resplandeciente y le dijo: “El Maguid está hablando de Torá y está rodeado de un fuego ardiente. ¡Usted mismo tiene que ir a verlo!”. Entonces Rabí Yaakov Yosef se puso su abrigo, tomó su bastón y fue a la casa del Maguid. Pero cuando llegó a la casa, el Maguid se quedó callado. Desilusionado, Rabí Yaakov Yosef regresó a la posada donde se hospedaba.

A la mañana siguiente, Rabí Yaakov Yosef nuevamente envió a su asistente a ver si era momento adecuado para ir a escuchar al Maguid. Pero cuando el asistente regresó, le dijo a su rabino: “¿Qué puedo decirle? ¡El Maguid está diciendo palabras de Torá y es como si uno estuviera en la entrega de la Torá en el Monte Sinaí!”. Rabí Yaakov Yosef tomó su bastón y, acompañado por el asistente, se dirigió a la casa del Maguid. Pero una vez más, cuando llegó a la casa, el Maguid se quedó callado.

Durante la tercera comida –seudá shelishit-, Rabí Yaakov Yosef decidió que esta vez no iba a perderse las palabras del Maguid, de modo que no envió a su asistente, sino que fue él mismo temprano al tish del Maguid. Y cuando llegó el momento de dar una enseñanza de Torá, el Maguid se dirigió a Rabí Yaakov Yosef y dijo: “Que el honorable rabino de Polnoye nos honre con palabras de Torá”.

Rabí Yaakov Yosef se negó a hablar, pero tras mucha insistencia por parte del Maguid, finalmente dijo: “He venido aquí a escuchar Torá de su boca. Yo mismo no sé decir palabras de Torá. Yo solamente sé una cosa: ¡que la persona judía tiene que una voluntad muy poderosa!”.

Y el Maguid respondió: “Si usted conoce el tema de la voluntad, entonces yo no tengo palabras de Torá para decirle…”.

En el momento en el que el individuo comprende la importancia de la fuerza de voluntad, ya no hay necesidad de nada más, porque su propia fuerza de voluntad lo conducirá y lo llevará a su sitio, a su vocación y a su función exacta. Enseña Rabí Natan de Breslev:

  Ven a ver lo que he encontrado escrito en el Midrash    Jazita acerca del gran valor de la voluntad… En el      versículo “Eres hermosa, mi amada, como Tirtzá”      (Cantar de los Cantares 6:4), el Midrash dice: “El nombre Tirtzá puede interpretarse como ‘tú tienes la voluntad’. O sea, cuando uno tiene voluntad, no necesita aprender de nadie…”.

Dios quiera que todos podamos fortalecer nuestra fuerza de voluntad y utilizarla para acercarnos cada vez más a nuestro Creador. Amén.

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1. Teresa Gonzalez Cano

4/09/2024

Cuánto anhelo seguir fortaleciendo mi EMUNA y agradezco cada día la voluntad así sea en pequeños pasos para trabajar en ello. Gracias a sus enseñanzas y cada mensaje que recibo enviado por Hashem a través de Ustedes.

2. Esther Macias

4/03/2024

BH muchas gracias, es cierto fuerza de voluntad es lo que necesitamos.
Y ruego cada día al creador por Emunah

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