La Miseria de la Riqueza

En mi carácter de psicoterapeuta, he conocido a muchas personas que literalmente amasaron fortunas de millones de dólares y honestamente no me viene a la cabeza ninguna que realmente sea feliz.

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 05.04.21

En mi carácter de psicoterapeuta, he conocido a muchas personas que literalmente amasaron fortunas de millones de dólares y honestamente no me viene a la cabeza ninguna que realmente sea feliz.

En mi carácter de psicoterapeuta, he conocido a muchas personas que literalmente amasaron fortunas de millones de dólares y honestamente no me viene a la cabeza ninguna que realmente sea feliz. ¿Cuántos de nosotros estamos convencidos de que si se ganaran la lotería, les encontrarían solución a todos sus problemas? Pero en los estudios que se llevaron a cabo en torno a los grandes ganadores de la lotería se descubrió que en la gran mayoría de los casos, “la gran victoria” acabó enterrando a los “afortunados ganadores” bajo una pila de problemas emocionales e incluso financieros.

Cómo Obtener la Felicidad

Esto nos hace llegar a una muy importante conclusión, y es que la gente tiene necesidad de trabajar, esforzarse y sudar bastante para poder obtener vitalidad y esa deliciosa sensación de que lograron algo en la vida. Y al decir “trabajo” no me estoy refiriendo solamente a lo que hacemos en la oficina desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde, sino que se trata más que nada del trabajo que tenemos que hacer sobre nosotros mismos como personas, a fin de crear las vasijas espirituales que necesitamos para recibir toda la abundancia que Di-s quiere darnos. Y este trabajo espiritual tan importante solamente podemos llevarlo a cabo si empleamos la metodología y las herramientas adecuadas para el trabajo, que nos fueron transmitidas en forma directa a través de nuestros Sabios.

La psicología secular cuenta con una gran metodología, pero en sí misma no es suficiente. Además de todos los bienes materiales y los símbolos de estatus, también tenemos que saber en qué poner el énfasis en la vida, para verdaderamente tener éxito y sentirnos realizados, y esa es una sabiduría que solamente podemos obtener de nuestros Sabios de Torá. Muchas veces, aquello en lo cual los Rabinos nos aconsejan que pongamos énfasis son exactamente las mismas cosas que muchos de nosotros sacrificamos para poder alcanzar el éxito en nuestra carrera o el éxito financiero. Cosas tales como disfrutar de la vida y vivir apasionadamente, o tener una relación buena, sólida y cariñosa con nuestro cónyuge, o ser un buen padre o una buena madre – todas estas cosas pueden caer en el olvido en nuestra frenética embestida tras las riquezas materiales, llámense una casa más grande y más lujosa, una cuenta de banco más abultada o unas vacaciones más extravagantes que las del vecino.

¿Para quién queremos tener éxito?

En realidad, podemos sintetizar la fórmula del éxito y la realización en la vida en una sola oración: ¿para quién queremos tener éxito?

Una regla inamovible que surgió de tratar con todas estas personas “exitosas” es que ninguna de ellas se sentía realizada mientras trabajaba solamente para su propio éxito o su propia gratificación. No estoy hablando de personas holgazanas ni de personas que hayan alcanzando la grandeza en forma fácil. Estas son todas personas que se esforzaron muchísimo por llegar adonde están hoy y que son súper-organizadas y súper-eficientes. Pero a pesar de eso, no se sentían realizadas.

En algunos casos, no sólo que no se sentían realizadas sino que además se sentían más tristes y más deprimidas que cuando habían empezado su carrera. Aquí estaban: en la cumbre del éxito y en medio de la depresión, preguntándose para qué servía todo, para qué vivían, qué otra cosa podían esforzarse por alcanzar…

Tony Robbins es un orador muy carismático y muy famoso. Él una vez dijo que mientras estaba dando uno de sus seminarios de motivación, durante el receso, lo llamó su agente de bolsa y le dio que sus inversiones acababan de obtenerle un rédito de 400 millones de dólares. Ahora bien: esa es una cantidad de dinero que la mayoría de nosotros ni siquiera podemos imaginar. Pues bien: Robbins dijo que estaba contento de haber ganado tanto dinero, pero no tan contento como sería de esperar. Y que lo que verdaderamente lo hacía sentir súper bien era estar en el seminario y ver cómo lograba inspirar y ayudar a los demás. Esa noche se fue a su casa, y otra vez se peleó con su esposa, con la que no estaba pasando por una buena época, y que toda la agradable sensación de los 400 millones prácticamente se evaporó en cuestión de segundos…

El dinero, aunque sea de a montones, no es la panacea de la felicidad y la auto-realización, como tantos de nosotros pensamos. Y si el dinero no es lo que nos hace sentirnos realizados, entonces ¿qué?

La Anulación del Ego

Nosotros, los judíos, sabemos -o por lo menos, deberíamos saber- que el propósito de la vida no es solamente ganar dinero. Como judíos, nosotros servimos a una Autoridad Superior, y queremos obtener de la vida algo más que una abultada cuenta bancaria. La vida va pasando, igual que el reloj va marcando un segundo, otro segundo, otro segundo…. Y antes de que nos demos cuenta, la vida se acabó. No podemos dejar a la vida “esperando” hasta que nos hayamos jubilado o hasta que hayamos amasado el primer millón o billón, o cualquiera sea el hito que nos hemos propuesto. Para poder ser verdaderamente felices, sentirnos realizados y vivos cada día, necesitamos exprimir todo el jugo y toda la pasión de la vida.

¿Cómo podemos hacer esto? Centrándonos en algo llamado “anulación del ego”. Una vez que anulo mi ego, ya no voy a trabajar más para “Mí” sino para “ti”. Ya no soy yo, sino que somos nosotros. Voy a tomar una decisión: poner el énfasis en los demás, y en especial, en mis seres queridos, y además en mi relación con Di-s.

Todos nosotros podemos tomar esta firme decisión de cambiar por completo las prioridades de la vida. En un instante, podemos decidir que empezamos una nueva vida, en la que incluimos a Di-s y a los que nos rodean. Y si elegimos esta senda, desde el Cielo nos van a ayudar a dejar de vivir para nosotros mismos y para la gratificación de nuestros propios deseos. Y aunque lo olvidemos un momento, Él nos va a recordar dónde estamos tratando de llegar realmente en la vida, y nos va a devolver a la pista.

 

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