La Emuná y la Salud Mental

Cuando vemos que la persona nació sana y a una edad más adulta sucumbe al miedo, a la ansiedad, a la depresión e incluso a la esquizofrenia, o cualquier otra dificultad mental o emocional, tenemos que saber que la raíz del problema es una Emuná fallida…

Enseña Rabi Najman de Breslev (Likutey Moharán I:173) que el alma y la Emuná constituyen  un mismo aspecto de la realidad. Por consiguiente, la salud emocional de la persona está directamente relacionada con el nivel de Emuná que posee. De allí que los problemas emocionales son consecuencia directa de una falla en la Emuná. La confusión emocional es producto de una Emuná confusa. La debilidad emocional es el resultado de una Emuná débil. Esta es la regla de oro en lo que respecta a todas las enfermedades mentales.

Permítanme que les explique: aquí no me estoy refiriendo a problemas mentales de nacimiento tales como el autismo o el síndrome de Down, los cuales son producto de diversas consideraciones Divinas y de reencarnaciones del alma, ninguna de las cuales tenemos la capacidad de comprender. Sin embargo, cuando vemos que la persona nació sana y a una edad más adulta sucumbe al miedo, a la ansiedad, a la depresión e incluso a la esquizofrenia, o cualquier otra dificultad mental o emocional, tenemos que saber que la raíz del problema es una Emuná fallida. Pero he aquí la buena noticia: cuando esa persona con perturbaciones mentales aprende el concepto de Emuná y ora para tener Emuná, ciertamente se repondrá y se curará de su problema. Cuanto más la persona corrige y fortalece su Emuná, más gozará de salud mental y emocional.

Cada persona  -incluso la persona así llamada “normal”- sufre de problemas emocionales en cierta medida. Además del miedo, la ansiedad y la depresión, la gente sufre de aburrimiento, falta de satisfacción, enojo, preocupaciones, nerviosismo y bruscas  fluctuaciones en el estado de ánimo, por nombrar unas pocas. La Emuná cura todas estas dolencias.

¿De qué tienes miedo?

La gente se siente paralizada del miedo. Les tienen miedo a las demás personas, al jefe, a los recaudadores de impuestos, a los terroristas, a los conductores de los otros coches… la lista es larga. Cada vez que tienen un espasmo muscular, sienten que están por quedarse paralíticos o que sufren de alguna enfermedad terminal. Todos estos miedos son expresiones de una falta de fe, de Emuná, y en especial la emuná de que HaShem hace todo para nuestro propio bien. La persona que tiene emuná no le tiene miedo a nada, porque sabe que está en las manos de HaShem y que todo lo que hace HaShem es para bien. Esto le ahorra un montón de desgaste emocional, porque dado que HaShem hace todo para bien, no hay motivos para preocuparse.

La persona que dedica una hora de su día a realizar una auto-evaluación, teshuvá y plegaria personal en especial no tiene nada de lo que preocuparse. Porque cuando la persona se esfuerza por mejorarse a sí misma, ¿por qué HaShem habría de castigarla? Esa persona no necesita “llamadas de atención”, ya que ella misma se despierta a diario a hacer teshuvá y a la automejora.

La hora diaria de plegaria personal aumenta la felicidad y disminuye el estrés y la angustia y es por eso que la plegaria y la salud mental van de la mano. Y el fortalecimiento de la emuná posibilita una vida sana y feliz.

¡Nunca es demasiado tarde para empezar!