¿Quién va a sobrevivir?

El mundo se está armando hasta el cuello y las naciones se están provocando las unas a las otras. ¿Qué va a pasar con EEUU y con Putin?

3 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

El mundo se está armando hasta el cuello y las naciones se están provocando las unas a las otras. ¿Qué va a pasar con EEUU y con Putin en Ucrania? ¿Qué va a pasar con el Jihad? ¿Acaso Irán va a hacer uso de sus armas nucleares? ¿es posible que una batalla de misiles en Medio Oriente desencadene un conflicto global? Todo esto puede suceder y en estas circunstancias, Armagedon y Gog y Magog pueden llegar a convertirse en realidad. ¿Acaso alguien va a sobrevivir a una guerra causada presionando un botón?

El renombrado Mashguíaj (supervisor) de la Yeshivá de Lakewood en New Jersey, Rabí Natan Meir Wachtfogel, de bendita y santa memoria, le oyó decir al Rabino Aaron Kotler, que en paz descanse, que durante la Primera Guerra Mundial mucha gente fue a ver al Jafetz Jaim, Rabí Israel Meir Kagan de Radin, a preguntarle si ese terrible conflicto iba a ser la Última Guerra, porque pensaban que tal vez se trataba de Gog y Magog.

El “Jafetz Jaim”, con su espíritu de santidad y humildad, respondió: “Después de esta guerra, va a haber silencio durante varios años y después va a haber otra guerra, mucho peor que esta. Y después va a haber otro descanso más de varias décadas y después va a haber otra guerra más que va a opacar completamente a la anterior. ¡Y con esta última guerra va a llegar el Mashíaj!”.

En otra ocasión, Rabí Aaron Kotler le dijo al Mashguíaj de Lakewood que el Jafetz Jaim había dicho que la tercera guerra sería el comienzo de la Gueulá, de la Redención Final, la total redención de nuestro pueblo. Y que a pesar de la enorme gravedad de dicho conflicto goblal, los verdaderos “hijos e hijas de la Torá” iban a sobrevivir. Se refiere a toda la gente que vive según la Torá, separada completamente de las naciones. El Mashguíaj añadió que tiene una promesa, que le fue transmitida de maestro a alumno, empezando con Rabí Yehoshua Leib Diskin, respecto a que en la Guerra Final antes de la llegada del Mashíaj, todos los erlijer íden (los buenos judíos, temerosos de HaShem) iban a sobrevivir.

Una vez, el Mashguíaj de Lakewood oyó a un grupo de alumnos hablando de la posibilidad de una guerra nuclear. Unos se preguntaban a otros quién iba a poder sobrevivir un ataque nuclear y una bomba atómica. Y entonces el Mashguíaj les dio una charla y les dijo así: “¿Cómo es posible que un estudiante de Torá haga una pregunta semejante? Un hijo de la Torá no tiene motivos para temer! Está garantizado ciento por ciento que él va a sobrevivir! No hay motivos para sentir miedo ni nervios.

Hace falta mucho esfuerzo para ser verdaderamente un estudiante de Torá y un buen judío. Para eso debemos purificarnos de toda influencia ajena a la Torá.

Una vez, mientras recitaba las bendiciones matutinas, el Jafetz Jaim se quedó en silencio diez minutos antes de recitar la bendición “she lo asani goi”, que no me hizo gentil. Cuando le preguntaron por qué se había demorado tanto, él respondió: “Tenía que asegurarme de que no tuviera ninguna influencia ajena a la Torá antes de recitar la bendición”.

Uno de los estudiantes casados de Lakewood le preguntó al Mashguíaj: “Mi amigo y yo éramos candidatos a un mismo puesto. Él fue aceptado y yo no. ¿Por qué?”.

El Mashguíaj, que conocía perfectamente a ambos alumnos, le respondió: “Tu amigo jamás leyó ni se interesó por textos ajenos a la Torá. Es por eso que recibió el puesto anhelado”.

Los demás alumnos, al oír esta conversación, exclamaron: “¡Pero todos tenemos nuestra cuota de influencia ajena!”.

Y el Mashguíaj, con su característica humildad, respondió: “Yo también”.

Y si un erudito tan grande dijo eso, qué podemos decir nosotros? El Midrash nos enseña que nuestra redención de Egipto tuvo lugar gracias a que nuestros antepasados no cambiaron ni su idioma, ni su vestimenta ni sus nombres, y a que conservaron su santidad personal y no hablaron las malas lenguas (Vaikra Raba 32:5). En otras palabras: ellos siguieron la Torá, no a Hollywood. Y sería muy sabio que siguiésemos sus pasos, pues en todo el mundo no hay mejor póliza de seguro que esa.
 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario