El Camino a la Salud – 2da Parte

Hoy Yardena nos explica por qué siempre que nos sentimos tristes vamos corriendo a abrir la heladera… Un artículo imprescindible para gozar de buena salud!

4 Tiempo de lectura

Yardena Slater

Posteado en 05.04.21

En lo que concierne a llevar a cabo los cambios en el estilo de vida a fin de seguir las reglas de conservación de la salud, puede ocurrir que nos desalentemos. Todos tenemos nuestras obligaciones laborales, la casa, los chicos, la hipoteca, las cuotas del auto, etc. Esto sin lugar a duda va a ser todo un desafío. Muchas veces se lo pone a uno a prueba, nada le va llegar en bandeja de plata. Pero yo, personalmente, les puedo decir que el hecho de que uno se siente bien, liviano, y con tanta energía, sin hongos por los antibióticos, y sin mucosa por los lácteos procesados, y sin pesadez por el trigo y por tanta carne, por no mencionar una tremenda disminución en el riesgo de una enfermedad catastrófica, les aseguro que vale la pena.Así que sigan adelante. Sea lo que fuere que están haciendo, SIGAN!!

Los antojos de comida procesada pueden presentar un serio obstáculo. La “comida reconfortante”, y en especial si se trata de un alimento procesado, puede ser sumamente adictiva. Las cantidades excesivas de sal, azúcar y glutamato monosódicosobreestimulanla producción de dopamina, que es el neurotransmisor que nos da esa sensación de sentirnos bien, y eso produce todavía más antojos de comida, y entonces uno come de más, y entonces sube de peso, y entonces se enferma, etc. Incluso cuando el alimento en cuestión no posee componentes químicos, nos acostumbramos a todo alimento que estemos acostumbrados a comer. Por eso, si sienten que están comiendo gran cantidad de alimentos “pesados”, como ser pan, lácteos, carne, entonces eso es lo que van a seguir queriendo comer. Esto es lo que les recomiendo: empiecen agregando alimentos más  livianos, más nutritivos en cada comida. A la mañana, coman fruta, y en cada comida agreguen ensalada, hojas verdes como lechuga, apio, etc, y brotes. Vayan haciendo la transición poco a poco y en forma gradual, de los alimentos más pesados a los más livianos y más nutritivos.

El apego emocional que tenemos con la comida sea probablemente la parte más difícil del cambio. Tenemos que tomar conciencia de una cosa: en vez de usar la comida como fuente de nutrición, solemos usarla como una especie de droga  que suprime los sentimientos y adormece las emociones. A lo largo del día, cuando salen a la superficie, o sea, a la conciencia, todas esas preocupaciones internas y esos miedos y desilusiones, haciéndonos sentir mal y con necesidad de que algo nos reconforte, automáticamente abrimos la alacena en busca de algo dulce, de papas fritas o de comida procesada, como encurtidos, etc., aunque ni siquiera tengamos hambre. La comida aquieta esa fastidiosa necesidad de confort.
 
¿Qué problema hay? Bueno, la verdad es que esto no sirve mucho que digamos para hacer un poco de introspección y fijarnos qué es lo que nos exige que hagamos un trabajo interno. En otras palabras, hacer un examen de conciencia y teshuvá (arrepentimiento).

Parte del proceso de avanzar en nuestra conexión con nosotros mismos y con Hashem  es ser conscientes de esos sentimientos  y esas emociones que van surgiendo y nos tientan a buscar la comida para reconfortarnos. Cuando sucede eso, si uno se queda con la sensación de falta de confort, que uno siente como “hambre”, pero en realidad no lo es, uno puede alcanzar a entender muchas cosas. Uno puede darse cuenta de repente que en su vida uno no está prestando atención a cosas que les están pasando y que necesitan de su atención. O a veces el hecho de quedarse con esa sensación y enfrentarse cara a cara con ella es lo que finalmente provee alivio y confort.

Entrar dentro de uno mismo y encontrar la luz única y singular que cada  uno posee dentro de su alma,  conectándose con ella de manera satisfactoria es lo que sí lo va a ayudar a llegar a alguna parte. Designar a Hashem, y no a la comida, como tu principal fuerte de confort puede ser muy útil en este proceso. Recuerda siempre que no estás solo. Hashem está a cargo y Él está a tu lado y por lo tanto siempre hay una respuesta, una solución, y una salvación. En otras palabras: el dolor que estamos suprimendo con la comida es mejor que lo tratemos abriéndole nuestro corazón a Hashem en vez de abrir la boca para tragar más comida.

La próxima vez que sientan la necesidad de comer algo aunque en realidad no tienen hambre y no es la hora de comer, líbrense de él bebiendo agua o comiendo una fruta o una verdura. Hagan un esfuerzo por evitar las comidas reconfortantes la mayor parte del día. Consuman los alimentos más pesados en una cena temprana, a eso de las cinco de la tarde. Y en las comidas, prefieran la comida simple y nutritiva: mucha verdura, hojas verdes, brotes y toda clase de alimentos reales, integrales y sin ningún procesamiento y libre de componentes químicos; comida que no fue fabricada en un laboratorio y que no fue hecha para que dure los próximos cincuenta años.

Tenemos que trabajar sobre nosotros mismos , desarrollando el coraje necesario para mantenernos apartados de las comidas reconfortantes. Y ya que estamos en el tema, eviten las terapias superficiales y los remedios de farmacia, que muchas veces pueden producir un daño tremendo. Y enfrenten lo que tengan que enfrentar dentro de ustedes mismos. Tal vez eso no sea tan reconfortante como la “comida de confort”, pero a la larga no hay nada que se compare a los beneficios emocionales y espirituales de vivir acatando las leyes de la salud dentro de un cuerpo sano, limpio, vibrante y lleno de energía!
 

Escribe tu opinión!

1. Armando

10/13/2020

Como puedo ponerme el nombre que me corresponde en hebreo

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario