Comiendo con emuná!

Hace unos meses, leí un artículo en Breslev.co.il llamado “Salta!” acerca de dar un salto de fe de acuerdo con una verdad que no acepta compromisos. Déjenme decirles que ese artículo me dejó pensando.. y mucho. ¿Por qué? Porque el verano pasado finalmente lo logré y di mi propio gran salto de fe al dejar mi trabajo tan cómodo y finalmente hacer realidad mi sueño.

Por un lado, es obvio que uno no deja un trabajo bien pago, desde la casa, fijo y para una empresa increíble con colegas maravillosos. Uno no deja su zona de confort tan cómoda y en especial cuando uno realmente necesita ese confort, o sea, el dinero. ¿Para qué arriesgar el estatus quo tan seguro y tan estable solamente para poder crecer y hacer lo que uno ama, su pasión? ¿Quién hace eso hoy en día?

Si eso fuera todo, probablemente nunca me hubiera ido de ese trabajo. Pero Hashem sabe lo que es mejor para mí y parece que Él tenía un límite de tiempo para el tiempo que yo iba a estar en ese trabajo tan cómodo, que, por más confortable que fuera, no estaba permitiendo que mi alma creciera y se expandiera, de la forma en que debía hacerlo.

El verano pasado viajé por primera vez a Uman e inmediatamente después de que volví, tuve perfectamente en claro que Hashem quería que diera el salto AHORA. Así que superé mi eterno miedo a dejar toda la responsabilidad financiera en los hombros de mi marido e ignoré mi tremendo miedo a un futuro financiero incierto, y renuncié a mi trabajo fácil.

Entonces ¿adónde salté? Salté a hacer lo que amo, que es difundir el mensaje de la salud a la comunidad judía y también más allá. Salté a vivir con integridad, a ponerme a mí misma un ejemplo, y también a mi familia y a los demás, de que con emuná, con confianza en Hashem, uno puede ser auténtico con uno mismo y con su alma.

Una de las cosas favoritas que yo hago en mi trabajo de asesora de salud natural es ayudar a la gente a que vea que la salud física está muy conectada con la salud emocional y la salud espiritual. La conciencia de salud no es una “pavada” sino que es un valor de la Torá y la obligación que nos conduce al bienestar emocional y espiritual.

El Rambam – Maimónides, en Hiljot Deot 4:1 afirma que “Dado que el cuerpo sano es una de las formas del Creador, porque no es posible que comprenda o conozca al Creador si está enfermo, por eso la persona debe mantenerse apartada de todo aquello que daña el cuerpo y debe acostumbrarse a todo aquello que sana el cuerpo y le devuelve la salud”.

El Sefer HaJinuj mitzvá 73 y 147 dice así: “Si el cuerpo experimenta cualquier clase de problema, eso afecta también a la mente de la persona. Por eso la Torá nos aleja de todo lo que puede causar daño… porque dado que el cuerpo es la herramienta del alma.. uno debe tratar de mantener el cuerpo sano y fuerte… por lo tanto, es una bondad de Hashem que nos alejemos de los alimentos que resultan dañinos para el cuerpo y que crean mucosas dañinas en el cuerpo”.

Reshit Jojma, Shaar Hakedushá, sección 18, explica: “De más está decir que la persona debe cuidarse mucho de aquellos alimentos que él sabe que son dañinos. Porque aquel que come comidas nocivas cuando podría haberse contentado sin ella está cometiendo un crimen contra su cuerpo y contra su alma, porque está siguiendo su deseo y no se cuida respecto a no dañar su cuerpo. Esa es la Mala Inclinación y el mal consejo destinado a apartar a la persona del sendero de la vida rumbo al sendero de la muerte..”.

Los ingredientes artificiales, los edulcorantes refinados, los cereales refinados, la carne de fábrica y los aceites refinados, los alimentos preenvasados, las comidas de imitación, la harina blanca, las bebidas con sabores, las comidas desgrasadas, la comida basura, los OMGs… se ha comprobado que todos estos alimentos son, en el mejor de los casos, peligrosos y cancerígenos en el peor de los casos. La Torá nos advierte que nos mantengamos alejados de todas estas cosas, porque son un peligro para nuestra supervivencia física.

Pero, desgraciadamente, incluso en el mundo religioso, son muy pocas las personas que están haciendo caso del consejo de nuestros sabios.

En mi calidad de consultora de salud natural, y especialista en desintoxicación con un montón de experiencia de primera mano, les puedo asegurar algo: limpiarse el cuerpo los va a ayudar enormemente a ascender espiritualmente y conectarse con Hashem. Yo di mi salto para vivir mi sueño, para tratar de acercar a más gente a Hashem y a la “santa salud”. Por eso, los invito a unirse a este movimiento y hacer su propia transición, volviéndose personas en excelente estado físico, espiritualmente fuertes, tal como Dios quiere que seamos.