El buen dolor

La manifestación por la santidad de Jerusalén parecía una escena de David y Goliat. De nuestro lado había cien manifestadores. A apenas tres cuadras, más de 20.000 activistas homosexuales y lesbianas ocupaban uno de los  más grandes parques de Jerusalén para demostrar por su derecho a una vida de profanación.

Yo alcanzaba a oír la música desde donde estaba situado. En nuestra protesta había más periodistas que manifestadores. Daban vueltas como tiburones. No les interesaba el grupo de de ciudadanos comprometidos en ejercitar su derecho a congregarse. No les parecía importar que esto era en defensa de los estándares básicos de la dignidad humana que ha existido aquí durante miles de años.

Solamente querían filmar el “extremismo”. Para ellos, nosotros somos peores que ISIS.

Para los camarógrafos, los activistas de los homosexuales son gente progresista. NO van a encontrar ningún artículo que trate de la forma en que se vistieron para ir a la manifestación, los actos lascivos que tuvieron lugar, ni el ambiente en general. Nadie se molestó en pararse en la Plaza Sion y preguntarles a 20 personas al azar lo que pensaban de los 20.000 que manifestaban por esto en su propio patio.

Es que esto no se considera que valga la pena de llegar a las noticias. Lo único que importó fue solamente esa única persona de nuestra manifestación que se puso demasiado nervioso y que hizo cosas que fueron demasiado lejos.

Ese es el buen dolor del mundo actual.

Al Final de los Días, el mundo va a estar todo dado vuelta. Las pruebas de emuná serán extremas, cuando los defensores de todo lo aborrecible en este mundo recibirán toda la fama, toda la fortuna y la ferocidad para difundir su mensaje. Una de las señales más claras de que la llegada del Mashíaj es inminente será cuando la voz de la rectitud sea ahogada, censurada o incluso burlada.

Esto basta para hacer que cualquier persona buena se sienta frustrada. Pero esto es una buena noticia.

Hace treinta años, el adulterio era visto como una conducta desviada. Hace veinticinco años, un embarazo en soltería era una verdadera vergüenza para la pareja de novios. Hace diez años, la homosexualidad todavía era inaceptable.

No hay forma natural de explicar cómo es posible que tantas cosas hayan cambiado tan pronto. En la historia de cinco mil años de civilización, jamás las cosas han cambiado con tanta rapidez.

Esto proviene de Hashem.

Todo lo que ven en Facebook, en la TV y en los periódicos son pruebas de emuná que Hashem nos preparó en forma especial. Es claro que estamos en el Final de los Días, que el Satán está agonizando y que Hashem está deliberadamente ocultándose más y más porque estamos cada vez más cerca de Su gran Salvación, Redención y Revelación a toda la humanidad.

La próxima vez que lean acerca de la cosa más terrible siendo objeto de manifestación  como “un paso más en el mundo progresista”, no se pongan nerviosos. Denle las gracias a Hashem por el recordatorio de que estamos más cerca que nunca.

Los tenues sonidos del shofar se van volviendo cada vez más fuertes…